Chris Froome ha asegurado que “no estoy sorprendido de lo fuerte que está Miguel Ángel López. Está siendo muy consistente en las últimas etapas de montaña. Estaba seguro de que iba a intentarlo viendo cómo tiraba Astana. Está haciendo una carrera fantástica, lo veo muy fuerte”. Pero avisa: “Si gana más tiempo en la montaña tendremos que responder más rápido a sus ataques”, y no le importó reconocer que “estábamos concentrados en Nibali, que es segundo en la general”.
Su estrategia es clara: la atención sobre su más inmediato perseguidor, que en esta Vuelta es Vincenzo Nibali. Pero a su favor está la crono de pasado mañana entre El circuito de Navarra y Logroño. “Veremos cómo queda la general. Mañana me voy a dedicar a dormir”, desvela. Y no oculta que “es duro correr la Vuelta después del Tour pero es una carrera que disfruto mucho en estos últimos años. Aún es pronto para decidir si volveré”. Lo respondió al ser cuestionado sobre si regresará a la Vuelta si gana esta edición. “Primero tengo que ver si llego de rojo a Madrid. Veremos lo que hago el año que viene, el recorrido tendrá que ver mucho en mi decisión. Va por delante que la Vuelta es una carrera que me encanta. Me fascina el ambiente y lo dura que es. Es la prueba definitiva para cualquier ciclista que se considere completo”.
Dice sentirse “contento con la posición en la que estoy. Ahora ya pienso en la crono”, en la que es gran favorito para ganar la etapa y aumentar sus ventajas en la general. Y volvió a deshacerse en elogios hacia sus compañeros: “Está siendo un honor y un privilegio correr con ellos, han demostrado la clase que tienen cuando han empezado los ataques, no han entrado pánico, chapeau”.