“Tengo entre kilo y medio y dos kilos menos", cuenta Óscar Rodríguez y no hace falta que lo jure, salta a la vista. El ciclista navarro, visiblemente más fino que nunca después de tres semanas de con centración en Navacerrada y de hacer segundo en la Vuelta a Burgos, se colgará el próximo sábado el dorsal de su segunda grande, su segunda Vuelta a España con toda la ilusión y las expectativas puestas en él.
Después de alzar los brazos el pasado año en la etapa con final en la Camperona, Óscar Rodríguez es el centro de todos los focos y la cabeza más visible de un Euskadi-Murias que sueña, como él, en repetir la gesta conseguida en el 2018. “Me gusta la presión porque es fruto del trabajo. Desde enero me ha tocado capitanear al equipo muchas veces y me gusta", asegura.
Eso no le distrae al de Burlada de sus objetivos, ni tampoco le ha hecho suspirar con metas inalcanzables. Sabe a lo que va a la Vuelta: “La general no me gustaría disputarla pero si en un momento dado llego a una fuga y me pongo bien en la general por casualidad, lo aprovecharé, pero si no, prefiero ir a por etapas como el año pasado que me fue bien", corrobora.
“Éste es el plato fuerte del año y mi carrera, la que me ha hecho más conocido. Todo lo que me ha traído la Camperona no es malo. Lo malo sería lo contrario, pasar desapercibido". Pero tiene claro que si llega a Madrid sin repetir el éxito del pasado año “no sería un fracaso. Ganar es muy complicado aunque la gene me pide que repita. Ahora, con las redes sociales conforme se acerca la Vuelta, la gente se pone a tono. Esa exigencia me gusta, pero quien me tiene que pedir cosas es el director de equipo y nadie más".
En ese plano, Rodríguez cuenta que “Jon Odriozola es el que menos me ha exigido. Él sabe que soy muy profesional y que muy cuido y hago las cosas bien, sabe que lo doy todo y que tengo mucho compromiso. Que lo que quiero es ser un gran profesional".
Confiesa que “alguna etapa" ya tiene señalada. “La de Mas de la Costa está bien, pero es la primera semana y será complicado que lleguen las fugas. La de los Machucos, la Cubilla y el Acebo también me gustan y la de Navarra, en casa será especial pero no acaba en alto. Aunque sea perfecta para una escapada, alguien como yo, que no soy rápido, lo tiene complicado para resolver".