Cuatro años se cumplen hoy de una de las tardes más apasionantes que nos ha brindado este deporte en los últimos tiempos: la exhibición de Alberto Contador camino de Fuente Dé. Una genialidad que destrozó el pelotón, puso patas arriba la carrera y le dio la Vuelta a España.
Este aniversario no podía llegar en mejor momento pues su recuerdo se suma a la sensacional actuación que completó ayer en Formigal para poner en relieve la grandeza de un corredor con una capacidad única para llevar a cabo con éxito apuestas cargadas de épica y valentía. En aquella ocasión, aprovechó una etapa que no debía tener excesiva trascendencia para arrancar en el Puerto de la Hoz, a 50 kilómetros de meta, e iniciar una inolvidable cabalgada que, reforzada por una gran estrategia de equipo, le condujo hasta Fuente Dé donde se coronó vencedor y nuevo líder de la Vuelta a España. Recortó los 28 segundos en los que Purito Rodríguez le aventajaba y le endosó otros dos minutos y medio más para sentenciar definitivamente la carrera a su favor. Un movimiento que es historia de la Vuelta e historia del ciclismo.