¿Qué es una falsificación? Es un producto que vulnera la propiedad industrial por tratarse de una copia sin licencia que se vende como si fuera original.
Fabricar y vender falsificaciones son delitos que destruyen empresas y puestos de trabajo, fomentan las organizaciones criminales y la economía sumergida, y pueden derivar en graves problemas de salud y seguridad en los consumidores. Según la OECD -Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico-, representa el 2,5% del comercio mundial. No tienen garantía ni han pasado los controles de calidad obligatorios por ley, perdiendo los consumidores todos los derechos.
Se falsifican todo tipo de productos: dinero, obras de arte, ropa y complementos, bebidas, alimentos, óptica, juguetes, joyas, perfumes, cosméticos, medicamentos, artículos electrónicos, software, repuestos para vehículos...

La industria relacionada con el ciclismo también sufre la lacra de las falsificaciones. Equipaciones y complementos, cascos, gafas, zapatillas, cuadros y horquillas, componentes, herramientas y accesorios son copiados y comercializados en todo el mundo.
Dentro del grupo de componentes, los más falsificados son los que reemplazamos y compramos con frecuencia por su desgaste, como las cadenas o las calas de las zapatillas -los dos casos que analizamos en este artículo-.

¿Qué podemos hacer?
La única forma de que no nos estafen es comprar en puntos de venta -online o tiendas físicas- autorizados u oficiales de las marcas. No debemos fiarnos de la popularidad de webs como Amazon, Temu, Aliexpress, Ebay... y sus anuncios con fotos de productos auténticos, cientos de puntuaciones positivas y comentarios de compradores afirmando que es 100% auténtico, o un precio que no llame la atención por ser exageradamente barato; también hay que extremar la precaución en las aplicaciones de compra y venta -o en persona- de artículos nuevos o usados entre particulares.
Nos consta que las plataformas de venta están haciendo un gran esfuerzo en perseguir las copias fraudulentas para no perder credibilidad y, como consecuencia, ventas. Como prueba de ello, comentar que para este artículo tuvimos que invertir bastante tiempo en dar con componentes falsos, cuando unos años atrás resultaba bastante más fácil encontrar falsificaciones junto a los originales.
Como consumidores podemos, dentro de nuestras posibilidades, ayudar a combatirlo no comprando productos falsos. Si ya os han engañado -esperamos que de forma involuntaria- no dudéis en contactar con el vendedor exponiendo el problema e informar al fabricante sobre dónde lo habéis adquirido. En nuestro caso, nos devolvieron el dinero tras escribir al vendedor y enviar de vuelta las calas y la cadena; pero no eliminaron los anuncios a pesar de denunciarlo en la sección correspondiente de la plataforma de venta donde lo compramos.

¿Cómo diferenciarlos?
Es habitual que el precio del artículo falso tenga un descuento muy elevado respecto al verdadero, aunque para despistar algunos vendedores lo acercan bastante al del auténtico. En el anuncio se suelen utilizar imágenes del producto original, pero no debemos fiarnos ya que al recibirlo comprobaremos que no coincide con el de las fotos y tocará reclamar.

Estética/presentación: Tanto en el caso de las calas como en el de la cadena que compramos, y que podéis ver en las fotos, las diferencias a simple vista en el embalaje y el producto son muy sutiles. Cambian ligeramente los colores, el tamaño de las cajas, la ubicación de los textos y los logos... pero nada que nos haga estar al 100% seguros de que es una falsificación si no tenemos el auténtico al lado y ya sabemos exactamente en qué debemos fijarnos.
Como curiosidad, la cadena falsa lleva un adhesivo con un código para verificar si es auténtica o no, y la verdadera no lo incluye.

Fabricación: Encontramos diferencias en el producto en sí pero, de nuevo, son muy pequeñas. En el caso de las calas, si las doblamos con fuerza apreciamos que las falsas son más blandas; y tanto los tornillos -tienen puntos de óxido- como las pletinas de sujeción -menos planas que las originales- son de peor calidad.
La cadena falsa tiene los textos y logos de los laterales grabados de una forma más basta respecto a la auténtica. Pero la clave está en los biseles de los eslabones internos que lleva la cadena verdadera -los hemos rodeado con un círculo verde en la foto-, ausentes en la copia. Os recordamos que estamos comparando cadenas para grupos de 12v, las de 11v no tienen los mismos biseles y, por desgracia, son más fáciles de falsificar.

Funcionamiento: Las cadenas falsas están fabricadas con un acero de baja calidad que puede fisurarse o incluso romperse, y tienen mayor tendencia a oxidarse. Hemos comprobado que se desgastan muy rápido, al cambiar de corona no va igual de bien que una original e incluso suenan diferente -dando la sensación de que hay más rozamiento-.
En cuanto a las calas, el funcionamiento de las copias nos pareció un poco más brusco, sobre todo al desengancharnos del pedal. También duran menos que las originales por la menor resistencia del material con el que están fabricadas; pero el principal problema está en que pedaleando a máxima potencia pueden llegar a partirse.
La conclusión a la que llegamos después de examinar detenidamente y comparar los componentes falsos con los auténticos, es que resulta muy difícil diferenciarlos incluso teniendo la copia y el original delante, ya que los falsificadores cada vez invierten más recursos en lograr una copia casi exacta.
