Prepara tu bici para rodar sobre el pavé

Las clásicas flamencas y en concreto De Ronde Vlaanderen tienen como principal elemento diferenciador los tramos adoquinados que hemos de superar sobre nuestra máquina, superficie a la que el ciclista tipo de nuestras latitudes no suele estar acostumbrado.

Sergio Palomar

Prepara tu bici para rodar sobre el pavé
Prepara tu bici para rodar sobre el pavé

Como os contábamos en nuestro anterior artículo con el pavés no hay un término medio, o lo adoras o lo odias. Este último sentimiento, además de por no afrontarlo con la mentalidad adecuada suele producirse por no llevar el material adecuado para estas condiciones tan específica. No tenemos más que fijarnos en los equipos profesionales que dedican largas sesiones de entrenamiento a estudiar el terreno y cuentan con material desarrollado específicamente para estas carreras. Por suerte, estos avances también están al alcance de nosotros en especial las bicis de estilo gran fondo, directamente derivadas, si no idénticas a las empleadas por los equipos en las clásicas. Si tienes la suerte de contar con una bici de este estilo ya tendrás mucho ganado ya que su mayor distancia entre ejes, dirección más relajada y capacidad de amortiguación las hacen las cosas mucho más fáciles. De todas formas, si tu bici no se encuadra en esta categoría, no te preocupes, aquí tienes unos consejos para que rodar sobre el pavés no se convierta en un suplicio.

-Ruedas tradicionales: Nuestras fantásticas ruedas de perfil lucen perfectas en nuestra bici, pero su gran rigidez no es la opción más adecuada cuando se trata de rodar sobre piedras. La absorción que proporcionan las ruedas de toda la vida, de perfil bajo y 32 o 36 radios montados a tres cruces resulta inigualable. Si no dispones de ellas, unas ruedas convencionales de aluminio se muestran suficientes en el tipo de adoquín que encontraremos en tierras flamencas.

-Más balón: Aunque cada vez es más común encontrar bicis que equipen cubiertas de 25 mm es muy probable que tu bici aún cuente con las hasta ahora típicas de 23. Unas cubiertas más anchas apenas nos lastrarán y nos permiten bajar la presión con lo que logramos un extra de comodidad. Para el Tour de Flandes, donde la mayoría de los tramos adoquinados son cuesta arriba o en llano con las piedras bastante igualadas con unas de 25 es suficiente, pero si tu cuadro y horquilla admiten unas de 28 mm tus muñecas lo agradecerán.

-Agarre firme: Las manos, brazos y muñecas son sin duda las partes del cuerpo que más sufren sobre el pavés. Por suerte tenemos varias maneras de aliviar el traqueteo que recibimos desde la carretera. En primer lugar, uno de los trucos más habituales de los ciclistas locales, algo tan simple como poner doble cinta de manillar. Sin embargo, el mayor diámetro del agarre puede resultar molesto para aquellos con manos más pequeñas. Para ello, la mayoría de las marcas disponen de cintas de mayor grosor, con acolchado o incluso pequeñas inserciones de gel que se colocan pegadas al manillar bajo la cinta en las zonas de agarre. Ni que decir que unos guantes, con generoso acolchado en la zona de la palma, se hacen imprescindibles ya no solo por la comodidad que aportan sino por la protección que ofrecen en caso de caída.

-Mejor que sobre: El principal reto al que se afronta cualquier participante en el Tour de Flandes son los empinados muros, cortos pero con pendientes que en algunos casos superan el 20%. Es mejor ir prevenido y llevar un desarrollo suficientemente corto para poder ascender todos ellos sobre la bici. Con un 34x28 debe de bastar para la mayoría de cicloturistas, aunque debéis tener en cuenta que a la dureza de la pendiente hay que sumar la resistencia al avance que supone rodar sobre adoquín.

-Tubeless, tubular o cubierta: Normalmente es una decisión que muchos no se plantean pero que conviene valorar cuando vamos a enfrentarnos a los adoquines. El sistema de cubierta y cámara es polivalente y nos permite reparar fácilmente en caso de pinchazo, pero cuenta con el inconveniente de que si bajamos la presión para ganar en comodidad y agarre corremos el riesgo de reventar la cámara por llantazos. Por su parte, el tubular cuenta con mayor inmunidad frente a los pellizcos pero en caso de sufrir una avería su sustitución es más lenta y el tubular de repuesto ya no estará fijado con la misma seguridad. Por último el sistema tubeless puede ser un buen compromiso entre ambas opciones ya que al carecer de cámara podemos bajar la presión sin riesgo a pinchar, podemos instalarlo en prácticamente cualquier rueda utilizando algunos de los kits disponibles en el mercado aunque necesitaremos cubiertas específicas cuyos flancos estén reforzados para el uso sin cámara.

 

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