No son días fáciles para Michael Valgren (EF), que el pasado viernes acudió a un hospital a realizarse pruebas rutinarias del control de las lesiones que se produjo durante la pasada Ruta de Occitania, y salió con unos resultados ciertamente inquietantes.
En concreto, en la ronda por etapas gala se cayó y sufrió una luxación de cadera, una fractura de pelvis y una lesión en una de sus rodillas. En principio, y tras las operaciones pertinentes, no se esperaba que nada de ello pudiera comprometer la carrera del ciclista danés.
Hasta el viernes de la semana pasada, en la que tras una rápida revisión con los doctores, se decidió hacerle pasar unas primeras pruebas de necrosis en la cadera. Lo que se busca con éstas es detectar la muerte de células y tejidos como resultado del daño.
Lo desveló el propio corredor en una entrevista para una cadena danesa, afirmando también lo siguiente: "No pueden determinar si padezco necrosis en este momento, pero el médico me ha dicho que hay riesgo".

"Eso significaría que hay un punto muerto en el hueso. Así que tendrían que colocarme una cadera artificial porque mi hueso actual no estaría recibiendo suministro de sangre", proseguía explicando Valgren.
Cuestionado sobre si podría correr con una cadera artificial, Valgren respondió que "creo que sí, aunque no lo sé seguro. No es algo de que dependa de mí y por eso prefiero no pensar en ello".
"Después de un tiempo habrá que ver cómo evoluciona. No estoy nervioso, el médico me aseguró que es normal que me suceda ésto en la cadera si no la estoy usando. En seis meses tengo otro control, veremos", finalizaba Valgren.