DE TRUENOS Y SANTA BÁRBARA

Me llamó ayer un buen amigo muy comprometido con la seguridad vial de los ciclistas. Estaba preocupado porque tuvo conocimiento por un correo multitudinario que un ciclista había sufrido un accidente mientras entrenaba. En una curva resbaló por culpa de la abundante gravilla que ocupaba la calzada. Sufrió lesiones de consideración. Se preguntaba el infortunado ciclista si podría reclamar a alguien responsabilidades.

Alfonso Triviño

Me llamó ayer un buen amigo muy comprometido con la seguridad vial de los ciclistas. Estaba preocupado porque tuvo conocimiento por un correo multitudinario que un ciclista había sufrido un accidente mientras entrenaba. En una curva resbaló por culpa de la abundante gravilla que ocupaba la calzada. Sufrió lesiones de consideración. Se preguntaba el infortunado ciclista si podría reclamar a alguien responsabilidades.

En un primer análisis el dictamen es muy claro. Por supuesto que puede. Sencillamente es una cuestión de prueba y de aplicación de normas jurídicas. Existe lo que se denomina "responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas", y una de las obligaciones de los titulares de las carreteras es conservarlas aptas para la circulación de todos los vehículos.

Pero ahora llega la segunda parte. Cuando una persona sufre un accidente, éste debería ser investigado "de oficio". ¿Qué ocurre? pues que si el accidentado es un ciclista y el suceso ocurre sin que intervenga otro vehículo, viene la ambulancia y se lo lleva. No suele acudir ninguna dotación para investigar las causas, se presume el descuido y la culpa del ciclista y por eso no se alerta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Y a partir de ese momento es muy difícil probar que la mala situación de la carretera fuera la causa del accidente. Siempre el abogado del Estado y de la aseguradora de la Administración correspondiente, en caso de que el ciclista procediera a demandar al titular de la vía, argumentará al juez todo tipo de reproches al ciclista del estilo de "riesgos inherentes a la práctica deportiva", "esa gravilla no se acredita que estuviera en el momento del accidente", "no existe atestado policial que dictamine  la relación causa-efecto entre la presunta gravilla y la caída". Añadirán que, en todo caso, si no hay atestado, es porque no hay más causa del accidente que la actuación negligente del ciclista.

Desgraciadamente no es una elucubración hipotética, son argumentos sistemáticos de los defensores de nuestras Administraciones.

En España hay un millón de personas que montan en bicicleta por las vías públicas y que en algún momento se Accidentehan de enfrentar al tráfico. Sin embargo son muy pocos los que han suscrito el manifiesto. Bastaría tomarse diez minutos para leer nuestras reivindicaciones y advertir que, entre muchas de ellas, pedimos una actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en acciones de protección con los ciclistas y en apoyo de todas nuestras peticiones sistemáticamente formuladas a los responsables de nuestra seguridad. En su día al General Masegosa (jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) le solicitamos en una reunión que investigara por sistema los accidentes de ciclistas, incluidos los que ocurren sin intervención de otro vehículo, por el alto número de supuestos causados por la mala situación de las vías públicas.

Entre otras muchas reclamaciones, además, se pide que los titulares de las vías las conserven en condiciones de limpieza y señalización. Hablamos de resaltos no peligrosos, rejillas orientadas para que no se introduzcan las ruedas, entre otras muchas.

Se ve que esto y otros muchos supuestos de petición no merece el esfuerzo de suscribir el manifiesto para todos aquellos que lo conocen y no se han molestado en mover un dedo, nunca mejor dicho. Y hay quien dice que montemos una manifestación...

 Me viene a la cabeza el famoso refrán. En este país sólo funcionamos a golpe de desgracias y de estériles puñetazos en la mesa que no pasan de un calentón tomado el café del reagrupamiento. Eso sí, a Belén Esteban la votan masas en un amañado programa para que siga haciendo el ridículo como ella misma dice "corriendo la San Silvester".