Malos momentos

Hace ya un mes que solicitamos a la Dirección General de Tráfico, en nombre de la Mesa Nacional de la Bicicleta, una reunión urgente. Todo el colectivo ciclista aglutinado en la Mesa está desconcertado con la actitud de la DGT en su autismo supremo. La callada ha sido su respuesta, en un ambiente de alarma social por los últimos accidentes que elevan el pico de fallecidos. Sin embargo el ocho de abril María Seguí comparecía en el Congreso ante la Comisión de Seguridad Vial para explicar la reforma de la nueva Ley. Transcribo literalmente su explicación a la norma del casco a preguntas de la oposición:

Alfonso Triviño

Malos momentos
Malos momentos

Hace ya un mes que solicitamos a la Dirección General de Tráfico, en nombre de la Mesa Nacional de la Bicicleta, una reunión urgente. Todo el colectivo ciclista aglutinado en la Mesa está desconcertado con la actitud de la DGT en su autismo supremo. La callada ha sido su respuesta, en un ambiente de alarma social por los últimos accidentes que elevan el pico de fallecidos. Sin embargo el ocho de abril María Seguí comparecía en el Congreso ante la Comisión de Seguridad Vial para explicar la reforma de la nueva Ley. Transcribo literalmente su explicación a la norma del casco a preguntas de la oposición:

“Aclarados estos dos puntos en lo que podrían haber sido malas interpretaciones o malas presentaciones por mi parte en la exposición, comentaré también otras dos cuestiones que me preocupan al escucharles sus dudas acerca de la ley. No soy yo la jurista en la sala pero creo que todos ustedes deberían saber y comunicar debidamente aquellos que lo pregunten, que si la ley no contempla que el casco sea obligatorio para los mayores de 16 años en el entorno urbano no hay nada que yo pueda hacer en el reglamento al respecto, por lo tanto queda claro y constatado que la ley marca del uso obligatorio en vía interurbana para todas las edades y en vía urbana para los menores de 16 años, aunque, como también ha quedado claro por otra de las exposiciones, la Dirección General de Tráfico seguirá educando en la noción de la conveniencia y el efecto protector de su uso, eso es incuestionable.
Esa es la primera aclaración que querría hacer y, repito, no soy yo el letrado en la sala, ni el letrado de la sala, pero entiendo que todos ustedes, con un bagaje legislativo mucho más profundo que el mío, que lo es sanitario, no deberían haber jamás dejado que esa duda arraigara en nadie.
En todo caso también aclaro que efectivamente el texto refundido de la ley no pasa formalmente por el Parlamento pero no tengan ustedes ninguna duda que el texto refundido es lo que su nombre indica, el texto refundido, y nada más lejos de nuestra intención que el querer aprovechar para hacer lo que no está ya escrito.
En todo caso eso en cuanto a clarificaciones de lo que, repito, me ha parecido eran dudas o comentarios que venían de varios de ustedes.”


Os paso el texto del artículo en cuestión, que ya conocéis al ser objeto de otra entrada:
“Los conductores y, en su caso, los ocupantes de bicicletas y ciclos en general, estarán obligados a utilizar el casco de protección en las vías urbanas, interurbanas y travesías, en los supuestos y con las condiciones que reglamentariamente se determinen, siendo obligatorio su uso por los menores de dieciséis años, y también por quienes circulen por vías interurbanas.”

Cualquiera que entienda castellano comprende perfectamente que la redacción es confusa y calculadamente ambigua. El caso es que nuestra petición de reunión urgente está motivada porque nos tememos que nos van a soltar un Reglamento que va a consumar la pédida de derechos cuando ya sea irremediable. Por cierto, la intervención destila bastante rabia contenida y parece ser un reproche a sus Señorías. Debe ser que todo lo que hemos trabajado con los diputados y senadores de todos los Grupos ha podido frenar los objetivos mantenidos por la Directora de imponer casco obligatorio para todos en todas las vías. Pero hay muchos, pero que muchos otros aspectos legales propuestos por nosotros que no han sido tenidos en cuenta y así ha salido la Ley.

Es una lástima que la DGT se encastille en ignorarnos. La verdad es que es la lucha de David contra Goliat, y hay que reconocer que cuando toda una DGT trata de imponer sus criterios con sus mecanismos todopoderosos, han logrado que la población en general recele de los ciclistas y se solidarice con los verdugos. Pero, eso sí, considerarnos un "estorbo", arrinconarnos a la derecha de la derecha y no aceptar que el ciclismo como medio de transporte es imparable, solo va a lograr que todos aquellos que sí vamos en bicicleta, que somos cada vez más, tratemos de evacuar a esta gente con la única arma de la que disponemos. El voto.