De entrada, he de decir que me pareció muy fea la postura de Katusha de no respetar la decisión de Joaquim Rodríguez, quien había elegido el momento de su retirada. Quería irse con un gran sabor de boca y la jugada le salió bien, con una buena actuación en el Tour de Francia y peleando hasta el final por las medallas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Está claro que el equipo ruso tiene el derecho de pedir a su empleado que cumpla con lo que pone en su contrato, pero eso no quita para que su comportamiento haya dejado mucho que desear. Han sacado del retiro a Purito para que continúe compitiendo muy a su pesar. De caballeros no es.
El catalán tiene un palmarés más que suficiente como para que sea él mismo el dueño de decidir el instante perfecto para poner punto y final a una carrera deportiva que le ha dejado entre los mejores de la historia, pues lo que le ha faltado de ganar en la carretera -una grande- lo ha suplido con su carisma.
Pero bien, dejando a un lado la injusticia de no dar la opción a un ciclista de su nivel de elegir cuándo y dónde quitarse el dorsal para siempre, también aviso de que tengo ya destrozadas las manos de tanto aplaudir al Katusha, pues gracias a su incómoda actitud puede que hayamos ganado la continuidad de Joaquim en el ciclismo profesional. Reconozco que cuando le escuché anunciar durante la Vuelta que volvería al final de esta temporada para correr las clásicas italianas, de mi rostro salió una sonrisa, pero es que en el momento en el que Ángel Edo, su mánager, dejó en el aire que su retirada en 2016 podría caer en suspenso, la sonrisa se convirtió en una alegría tremenda.
Siempre he sido de esos que durante años llevamos diciendo que cuando no estén los Valverde, Contador, Samu, Joaquim o en su época, Óscar Freire, les echaremos mucho de menos, por lo que si les podemos exprimir lo máximo posible, bienvenido sea. Además, está visto que aún sigue, y siguen, a un grandísimo nivel. A Purito le veremos mañana en el Giro de Lombardía, un monumento que ha ganado en dos ocasiones, pero ojalá que no sea la última vez. Él, de momento, sólo ha dicho que ésta será su última carrera con el Katusha. La puerta de la continuidad está abierta…