Arrancamos esta prueba con una mirada al pasado. En los primeros años de la década del 2000 éramos ciclistas de bici de montaña y, con el ánimo de seguir mejorando, nos decidimos a comprar una flaca. Tras mucho consultar, informarnos y decidir lo que queríamos/necesitábamos, una cosa nos quedó clara: la opción con grupo Shimano 105 -en aquellos años aún de 9 piñones- y, por entonces, cuadro de aluminio se postulaba como idónea para empezar con plenas garantías.

Una bici que aún hoy seguimos utilizando para un uso urbano, pero con la que hemos recorrido los Pirineos con sus míticos puertos, participado en Quebrantahuesos o Pericos, por citar algunas de las marchas famosas, y, por supuesto, miles de kilómetros de rutas y entrenamientos. En resumen, una bici perfectamente solvente para un uso cotidiano y primer escalón antes de seguir subiendo en la gama buscando mejores prestaciones según crecían nuestra forma, kilometraje y ambiciones.

Opción lógica

La compra de una bici es algo visceral, por lo que no son pocos los que buscan lo mejor y algo que les haga marcar la diferencia en su entorno. Sin embargo, no todos tenemos ni una economía lo suficientemente saneada para el desembolso que requieren los modelos tope de gama, ni unas prestaciones sobre la bici para necesitarlos. O, aun teniendo inquietudes deportivas, muchos son los que no ponen el ciclismo en lo más alto de su escala de prioridades y saben sacar el jugo a la muchas veces olvidada gama media.

Hemos querido comprobar de primera mano qué nos ofrecían las marcas, estableciendo como línea de referencia los 2.000 € de presupuesto en los que se encuadran nuestras invitadas. El grupo 105 también es protagonista de estos montajes, que se adaptan convenientemente a los nuevos tiempos con la incorporación de los frenos de disco. Todas salvo la BH Quartz, que mantiene frenos convencionales y compensa el ahorro que ello supone para escalar hasta el grupo superior Ultegra.

También en el concepto de bici es distinta, ya que se trata de un modelo gran fondo mientras que el resto de modelos se derivan de las opciones deportivas de cada marca, incluso compartiendo, como ocurre con la MMR, molde y geometría con la tope de gama. En ellas se utilizan fibras de carbono de menor módulo, por lo que para acercarse a los requerimientos de rigidez que se demandan es necesario incluir más cantidad de material. Aparte, el menor módulo de este nivel de carbono hace posible un punto extra de absorción que seguro que agradecerán los usuarios a los que van dirigidas estas máquinas.

Sin florituras

Contar con un buen bastidor y un grupo solvente obliga a los fabricantes a reducir costes en otras partes de la bici para poder mantener el precio final en rangos competitivos. Es por ello que manillar, potencia o tija suelen ser componentes genéricos de aluminio que se presentan firmados por la propia marca. Cumplen son su función, pero suelen penalizar el peso.

Aquí Scott se desmarca ya que su firma de componentes Syncros cuenta con un mayor punto de calidad y entidad propia como para dotar de distinción a esta bici. Además, también incluye ruedas y sillín para completar un conjunto totalmente homogéneo. Por su parte, MMR también se diferencia del resto al optar por una firma reputada como es Ritchey, que desde hace años equipa sus modelos aunque, en este caso, con su serie más básica.

Permisivas

A pesar de derivarse de modelos deportivos, se ha buscado un comportamiento y una colocación del ciclista menos exigentes, ya que el usuario al que van orientadas no va a ser, en la mayoría de los casos, alguien de gran forma física y que esté todos los días pedaleando. En la BH, por su concepto gran fondo, no hay dudas. La Merida, a pesar de llamarse Scultura, poco tiene que ver con sus hermanas mayores. La Addict también es un poco más corta y alta que las opciones RC que definen a las bicis más deportivas de Scott.  Únicamente la MMR apuesta por conservar todas las cualidades de su buque insignia en un cuadro de factura más asequible.

Pedaleando

Acostumbrados a montar sobre las mejores superbicis del mercado, a menudo perdemos la perspectiva de que este deporte es tan sencillo como dar pedales. Está claro que esas bicis de ensueño llevan todas sus cualidades al máximo exponente. Sin embargo, cuando vuelves al mundo real, el de la mayoría de gente con que nos cruzamos por la carretera, te das cuenta de que estas bicis no se encuentran tan alejadas. El principal punto que las delata como de gama inferior es el peso, algo más de 9 kg en orden de marcha.

No es una cifra disparatada, pero sí que nos obligará a poner más de nuestra parte en cambios de ritmo y ascensiones largas. Sin embargo, como os demostramos hace algún tiempo, la influencia real del peso de la bici no es tanta como se suele pensar. Más importantes son las cualidades dinámicas. Al derivarse de los modelos competitivos se mantienen las cotas de dirección, longitud de vainas y distancia entre ejes, lo que les aporta una agilidad más que suficiente. Incluso la gran fondo de BH cuenta con una dirección cerrada y vainas cortas para lo que se estila en este tipo de bicis, aunque con un manejo suavizado por una distancia entre ejes que pasa del metro.

De hecho, casi definen más el comportamiento de cada bici las cubiertas y ruedas elegidas. Las DT-Swiss de la MMR y las Syncros de la Scott se llevan la palma en la relación entre rigidez y peso, aunque las cubiertas de 28 mm de la primera nos conceden más agilidad en los cambios de inclinación a costa de renunciar a algo de la gran comodidad que logra la Addict con sus gomas de 30 mm. En ambos casos, modelos de primer nivel, lo que siempre resulta de agradecer. De todas formas, es curioso que los dos modelos más deportivos sean los que monten cubiertas de mayor balón, ya que tanto BH como Merida optan por los 25 mm que, en nuestra opinión, resultan lo más polivalente para la mayoría de carreteras de nuestro país.

De lo que no cabe duda es que todas ellas, cada una con sus peculiaridades y estilo, son bicis muy serias con las que podemos afrontar cualquier ruta o marcha que nos planteemos. Que sus grupos cuentan con idénticas tecnologías a las de los grupos superiores, con la salvedad del mayor peso y de los materiales empleados en su construcción. Al fin y al cabo, es lo que todos tenemos claro: la bici tiene influencia, pero, a la hora de la verdad, lo que decide quién se corta en un puerto o aguanta la rueda entre los mejores es el indio y no la flecha.

1. BH Quartz 3.5

Extraña bici la que ha creado la firma vitoriana para cubrir el segmento gran fondo. U n diseño con muchísimo sloping, un puesto de conducción especialmente alto y corto, y un manillar de 44 cm nos dejan claro desde la primera pedalada que la deportividad no es el fin buscado por esta bici. Sin embargo, teniendo en cuenta el rango de precio en el que se encuadra, nos parece una fantástica opción para aquellos que se inician en el ciclismo de carretera o quienes por edad, forma física o, simplemente no contar con un buen nivel técnico, no se sientan seguros sobre una bici de carácter deportivo. El cuadro cuenta con detalles de gama superior como el pedalier sobredimensionado o el cableado interno.

También sorprendente es cómo BH ha conseguido ajustar el precio para ser capaz de ofrecer un grupo Shimano Ultegra, con un funcionamiento ligeramente más preciso que el 105 que solemos encontrar en este nivel. Los frenos convencionales de llanta encajan con el usuario al que va dirigida esta bici, ciclistas que huyen de cualquier tipo de complejidad. Su funcionamiento es sobradamente solvente, especialmente si tenemos en cuenta que BH ha optado por puentes de Direct-mount que añaden más solidez a la frenada. En marcha prima la sensación de estabilidad, aunque la dirección es suficientemente rápida como para que no se nos atraganten los descensos con curvas enlazadas. En general podríamos decir que esta Quartz resulta una bici muy intuitiva de controlar con la que adentrarte en el ciclismo de carretera será un juego de niños.

LO MEJOR
» Grupo Shimano Ultegra.

LO PEOR
 » Peso excesivo para no tener discos.

2. Merida Scultura 4000 Disc

La gama Scultura, la más escaladora de la firma de origen taiwanés y diseño alemán, incluye la Disc 4000 como el modelo más asequible con cuadro de carbono y frenos de disco. Denominado CF2, las formas del bastidor son casi idénticas a las del modelo superior CF4 -el utilizado por la escuadra WorldTour Bahrain Merida-, sólo el tubo de dirección más largo del CF2 nos puede hacer sospechar que su carácter es más tranquilo, pero durante el test hemos comprobado que no olvida sus orígenes más competitivos gracias a una rigidez bastante elevada y una geometría en un punto medio entre las utilizadas por modelos gran fondo y de competición.

El grupo, un preciso y fiable Shimano 105 del que destacamos su frenada potente y dosificable, es el culpable junto a los componentes y ruedas -ambos de la familia Expert de Merida- de un precio ajustado a cambio de un peso elevado, aunque está a la par de sus compañeras de comparativa. Con el montaje de serie -tras situar sobre la potencia todas las arandelas de la dirección- podríamos rodar sin problemas en el pelotón de una carrera máster o disfrutar en las marchas más duras, pero para dar el siguiente paso es aconsejable sustituir las ruedas por unas más ligeras y absorbentes, aunque no es imprescindible que sean de carbono. También cumplirá si nuestro objetivo es menos ambicioso, como rodar sin prisas en una grupeta sin datos de pulso ni potencia, pero si se ponen las cosas serias no podamos poner la bici como excusa si no estamos a la altura.

LO MEJOR

» Alta rigidez y calidad del cuadro y horquilla.
» Geometría agresiva con un punto de comodidad.

LO PEOR

» Ruedas pesadas y poco absorbentes.
» Fundas y latiguillos muy largos.

3. MMR Miracle

Auténtica pata negra la que nos trae MMR. Una bici que montada con un grupo superior es apta para satisfacer incluso al ciclista más experimentado. De hecho, la opción con Shimano 105 es la más sencilla que encontramos en su catálogo, disponiendo por encima de versiones con Ultegra y Force eTap AXS. Esta nueva Miracle que la firma asturiana renovó completamente a mediados de año utiliza los mismos moldes y, por tanto, cuenta con la misma geometría que la bici tope de gama Adrenaline. De hecho, acabamos de probarla en el número 421 de Ciclismo a Fondo y, salvo por la diferencia de peso, el comportamiento es prácticamente indistinguible entre ambas.

Estamos ante una bici pura de competición, larga y bajita de posición, y bien podría ser la elección de aquellos que conciben la bici desde un prisma deportivo. MMR ha trabajado en esta bici para reforzar la zona frontal y así asegurar una conducción lo más ágil y precisa posible. Si tienes la habilidad necesaria, es una delicia lanzarse en los descensos y enlazar una curva tras otra. Es casi como estar en un videojuego. En las subidas también demuestra su agilidad y, gracias a la gran rigidez que consigue también a nivel de pedalier, los cambios de ritmo para responder a los ataques de nuestros compañeros de grupeta, o cuando seamos nosotros los que los lancemos, son quizás un poquito más sencillos. Bici, sin duda, para ciclistas con cierta experiencia que buscan una máquina de uso intensivo, pero que no están dispuestos a realizar una gran inversión.

LO MEJOR

» Cuadro con cualidades muy próximas al tope de gama.
» Precisión de dirección.

LO PEOR

» Demasiado deportiva para el que se inicia.

4. Scott Addict 20 Disc

La llegada de la nueva Addict RC Disc, con un cuadro completamente diferente en el que se ha apostado por la aerodinámica y la integración, ha hecho que el diseño del segundo escalón en la gama Addict ya no sea tan similar al del tope de gama. Hasta ahora las diferencias sólo eran la utilización de un carbono menos avanzado y una geometría ligeramente más relajada gracias a un tubo de dirección 2,5 cm más alto para disminuir el alcance hasta el manillar. A pesar de este pequeño guiño para acercarla al segmento gran fondo, esta Addict mantiene el carácter de su hermana mayor y quien busque deportividad sólo tiene que colocar una potencia más larga para radicalizar una bici que funciona en todos los terrenos.

Sobre todo, como ha sido norma en la serie Addict, en las subidas, donde destaca por las sensaciones que transmite su compacto cuadro; mientras que en los descensos es bastante noble por otra marca de la casa, la dirección ligeramente más abierta que sus rivales. A pesar de que los neumáticos de 30 mm elevan el peso -podríamos reducir unos 100 gramos sustituyéndolos por los mismos en medida de 25 mm-, ofrece una comodidad notable y los componentes cumplen con suficiencia, aunque con algunas modificaciones nos acercaríamos a la barrera de los 8 kg.

Destaca sobre todo la calidad de las ruedas Syncros RP 2.0, las mismas que montan algunas versiones del cuadro tope de gama, que están preparadas para utilizar neumáticos tubeless y cuentan con una anchura interna de 24 mm que contribuyen a ese confort. De la estética no solemos hablar, pero la versión Dark Blue de este mismo montaje es espectacular.

LO MEJOR

» Calidad de construcción.
» Comportamiento equilibrado.

LO PEOR

» Sonoridad de los latiguillos.

Fichas técnicas

Shimano 105, cuadros de carbono bien resueltos y componentes sencillos son el nexo de unión de estas cuatro máquinas en las que se intenta elevar el concepto calidad/precio a la máxima potencia.

Otras opciones 

Además de estos cuatro modelos que hemos probado, otras marcas tienen también interesantes opciones de bicicletas con un precio en torno a los 2.000 € con cuadro de carbono. Estas son algunas de ellas: 

Cannondale SuperSix EVOCarbon 105 - 2.299 €

La gama de la nueva Supersix comienza en este modelo con un montaje con el grupo Shimano 105, en su versión con frenos tradicionales de llanta, del que puedes ver más detalles en https://www.cannondale.com/es-es/bikes/road/race/supersix-evo/supersix-evo-carbon-105-smu?sku=c11760m1048

Canyon Ultimate CF SL Disc 7.0 - 2.099 €

La empresa alemana utiliza en esta Ultimate CF SL el mismo molde que la bici escaladora del Movistar Team, aunque con un tipo de carbono más pesado para su construcción. Según la marca, se sitúa por debajo de los 8 kg en este montaje con grupo Shimano 105 con discos y ruedas DT Swisss. Más información: https://www.canyon.com/es-es/road-bikes/race-bikes/ultimate/ultimate-cf-sl-disc-7.0/2156.html?dwvar_2156_pv_rahmenfarbe=BU%2FWH

Focus Izalco Race 9.8 - 2.199 €

Focus ha renovado la versión Izalco Max, pero mantiene las líneas clásicas en este modelo Race, el segundo escalón de la gama. Una buena opción para el que busque una bici deportiva, con frenos tradicionales y con un montaje muy decente como este Shimano Ultegra mecánico. Más información: https://www.focus-bikes.com/es_es/95590-izalco-race-9-8

Giant TCR Advanced 2 Disc Pro Compact - 2.099 €

La marca japonesa se ha adelantado estrenando ya la nueva TCR para 2021, en la que su versión Advanced 2 Disc es la puerta de entrada a una de las bicis más longevas en el pelotón internacional. Equipa un grupo completo Shimano 105 con frenos de disco y ruedas Giant PR-2 Disc que vienen tubelizadas de serie. Más información: https://www.giant-bicycles.com/es/tcr-advanced-2-disc-pro-compact-2021

Specialized Tarmac Disc - 2.199,00 €

La marca de Morgan Hill ofrece como punto de partido en su gama Tarmac, este cuadro construido con fibra de carbono FACT 9r y un montaje con Shimano Tiagra de 10 velocidades y frenos de disco. Puedes ver más detalles en https://www.specialized.com/es/es/tarmac-disc/p/171354?color=271686-171354

Trek Émonda SL 5 Disc - 2.249 €

Trek ofrece en el primer precio de la Émonda su cuadro con carbono OCLV de la serie 500 con un montaje con grupo Shimano 105 de frenos de disco y ruedas Bontrager Affinity Disc listas para utilizar neumáticos tubeless. Está disponible en tres colores diferentes que puedes ver en https://www.trekbikes.com/es/es_ES/bicicletas/bicicletas-de-carretera/rendimiento-en-carretera/%C3%A9monda/%C3%A9monda-sl/%C3%A9monda-sl-5-disc/p/27880