Es uno de los temas recurrentes desde hace unos meses y seguro que, si eres de los que entrena en una grupeta numerosa, te habrás visto obligado a pronunciarte sobre si te parecen necesarios o no los frenos de disco, si son o no peligrosos por los hipotéticos daños que pueden provocar en caso de caída y si se expandirán tan rápidamente que las bicicletas sin ellos se quedarán obsoletas dentro de poco tiempo.
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“El cableado interno funciona sin ruidos molestos ni fricciones y, junto al cierre de sillín integrado, ofrece una estética con líneas limpias”
Mucho hemos escrito últimamente sobre ello y las opiniones en la redacción sobre su necesidad son diversas, pero hay algunas cuestiones que parecen irrebatibles: no les afecta el estado de las llantas, mantienen sus prestaciones en cualquier situación meteorológica y, sobre todo, permiten una frenada con superior modulación. Muchos defienden que llevamos décadas con frenos tradicionales y no hemos tenido mayores problemas; pero tampoco es menos cierto que en los últimos tiempos las ruedas full carbon o algunas soluciones aerodinámicas con frenos bajo el pedalier han supuesto una pérdida de prestaciones en la frenada. Lo mejor de todo es la posibilidad de elegir que brinda la variedad existente y, como siempre, nuestra recomendación es probar ambos sistemas y decidir tras evaluar nuestras necesidades.
Sin renunciar a nada. El concepto gran fondo no tiene por qué estar reñido con otros relacionados con las prestaciones, como demuestran los perfiles aero utilizados por Rose en su modelo cicloturista.
DIFERENCIAS EQUILIBRADAS
Los argumentos en contra de los discos para cicloturistas se suelen reducir a dos: el aumento de peso y el mayor precio. La Rose Xeon CDX que te presentamos en estas páginas minimiza el primer argumento -arroja un contenido peso de 7,6 kg- y pulveriza el segundo, con un precio ajustadísimo teniendo en cuenta su montaje. No es la única verdad considerada como absoluta que rompe: en las primeras pedaladas descubrimos que debajo de su aspecto, en el que destacan las formas curvadas de vainas y tirantes para mejorar la absorción y la postura relajada que permite su pipa alta, se esconde una bici con aspiraciones. Se lo debe a su cuadro, desarrollado a partir del Xeon CGF y en el que se han introducido modificaciones para albergar los frenos de disco.
Curva de la felicidad. La curiosa forma de los tirantes para reducir las vibraciones es el denominador común en los cuadros de la gama Xeon, aunque aquí es más acusada que en la versión Team CGF, para la que se eligen frenos tradicionales.
Construido con fibras de alto módulo con resistencia a la tracción de 30 y 40 toneladas por cm2, distribuyéndose según las propiedades que se quieran obtener en cada parte del cuadro, nos ha sorprendido por sus contrastes: cómodo en la parte trasera y lo suficientemente rígido tanto en la zona del pedalier, a lo que contribuye el tubo diagonal sobredimensionado, como en la pipa de dirección, cuyo generoso tamaño ayuda a reducir los efectos de flexión que podrían producirse por su longitud. Las cubiertas Continental GP4000 II de 25 mm, un detalle a teneren cuenta que una bici de este precio equipe unas gomas de alta gama y de una calidad más que contrastada, maximizan las prestaciones en cuanto a comodidad junto a las ruedas DT Swiss R 23 Spline, que con 18 mm de anchura en su parte interior ofrecen un considerable balón que, además de mejorar la absorción, nos aseguran mayor control y estabilidad. Aquí no hay discusión y, si en el caso de los discos el principal argumento de sus detractores es que los profesionales aún se muestran un tanto reticentes, en el de las cubiertas anchas es el contrario: cada vez más equipos utilizan 25 mm frente a los habituales 23.
Garantía de calidad. Las ruedas DT Swiss R 23 Spline Disc tienen varias hermanas por encima –como las ligerísimas RC 28 de carbono-, pero son unas ruedas todo uso magníficas por la calidad de sus bujes y la resistencia de sus llantas.
La construcción de las ruedas sigue la línea a la que nos tiene acostumbrados la firma suiza: bujes muy trabajados, con unos acabados realmente bonitos y un fiable sistema de trinquetes de 36 dientes en el núcleo trasero; radios planos y rectos; y una resistente llanta tubeless que, en otras bicicletas con un paso de rueda mayor que el de esta Rose, nos permitirá montar cubiertas más anchas y explorar así rutas con asfalto en mal estado o pistas de tierra.
A LA CARTA
La versión probada cuenta con el mejor montaje de la gama CDX, en la que encontramos una versión un poco más costosa -apenas 30 euroscon Ultegra Di2 y dos opciones por aproximadamente 500 euros menos con SRAM Force o Shimano Ultegra. Además, como caracteriza a Rose, que vende directamente al cliente a través de su plataforma en internet, una fórmula con ventajas y desventajas, el usuario puede modificar en el configurador algunos componentes como ruedas, tija, potencia, manillar, sillín o incluso cinta de manillar. En este montaje base encontramos la ligera potencia Ritchey C220, de la que nos hubiese gustado que fuese un par de centímetros más larga para una postura deportiva -también se puede elegir en el configurador- y el manillar Ritchey Comp Road Streem II, que cumple sin problemas, pero que puede no ser del agrado de todos por su parte superior plana.
Donde no se puede poner ninguna pega es en el grupo Dura- Ace mecánico -quizá sólo que nosotros preferimos 52/36 y que algunos usuarios consideran que la maneta para discos es voluminosa-; tampoco a los discos, después de casi 900 km con salidas variadas en las que los hemos puesto a prueba en descensos y zonas urbanas con frenazos bruscos. Funcionan de forma impecable, las pastillas cogieron mordiente a los pocos kilómetros, no ha sido necesario ajustarlos y, gracias a los ejes pasantes de 15 mm delante y 12 mm detrás que aseguran que la rueda queda siempre en la misma posición, no hemos sufrido incómodos roces. ¿Son estrictamente necesarios? Probablemente no, porque los frenos tradicionales, en especial con llantas de aluminio, son suficientes para la mayoría de las situaciones habituales. ¿Mejoran la seguridad para un amplio número de usuarios? Sí, sobre todo para los menos expertos, los familiarizados porque vienen del mountain bike, los ciclistas de mayor peso o aquellos que pedaleen en lugares donde la lluvia es persistente. Lo mejor: tener la mente abierta, probarlos en condiciones reales y, después, formarnos nuestra propia opinión.
GEOMETRÍA. La pipa alta y el ángulo de sillín muy vertical, con el que se consigue reducir la distancia hasta el manillar, convierten a esta Rose en una bici muy cómoda; pero no te dejes llevar por las apariencias porque, aunque es cierto que carece del comportamiento directo de modelos deportivos, se defiende con suficiencia en la mayoría de los terrenos.
ROSE XEON CDX-4000
Cuadro
Cuadro Carbono alto módulo T30/T40
Horquilla Carbono 1 1/8" - 1 1/4"
Tallas 50, 53, 55, 57, 59, 62
Colores Rojo/negro - azul/negro
Transmisión
Bielas Shimano Dura-Ace 50/34
Desviador Shimano Dura-Ace
Cambio Shimano Dura-Ace
Mandos Shimano ST-RS685
Cadena Shimano HG900
Ruedas
Ruedas DT Swiss R 23 Spline Disc
Casete Shimano Dura-Ace 12-28
Cubiertas Continental GP4000 S II 700x25
Frenos Shimano BR-RS805 160 / 140 mm
Componentes
Manillar Ritchey Comp Road Streem II
Potencia Ritchey WCS C220
Tija Rose RC-170 Flex Carbon
Sillín Selle Italia SLS Flow
Cifras
Peso Total 7,630 kg (sin pedales)
Precio 3.222,27 €
Distribuidor Rose España, 943 573 000
