Gran prueba: Felt AR3

Hace poco nos comentaba el responsable de una marca como sus estudios demostraban que a velocidades típicas de competición era mucho mayor la ganancia que se conseguía con una trabajada aerodinámica que las que proporcionan una reducción de peso. Algo que prácticamente todas las marcas están aplicando en mayor o menor medida en sus modelos más deportivos pero que sólo algunas marcas llevan grabado sus genes. Felt es una de ellas y se encarga de dejarlo muy patente en su línea AR que engloba a las bicis aerodinámicas y lo hace sin medias tintas en una máquina ideada exclusivamente para devorar kilómetros en el llano a ritmos poco aconsejables para la mayoría de los mortales.

De partida hemos de admitir que nos dejamos llevar un poco por nuestros prejuicios cuando la subimos a la báscula y vimos que se iba más allá de los 8 kg. También nos daba miedo el comportamiento que su cuadro, de aspecto musculoso podría tener con las cada vez más deficientes carreteras. Sin embargo las dudas se disiparon al exprimirla por nuestro campo de pruebas habitual donde precisamente lo que predomina es el terreno en el que más cómoda se encuentra la AR. Llanos y subidas de no más de 4 km sin grandes porcentajes. En este terreno el peso no es tan determinante y sí el feedback que recibíamos de una bici con la que mantener una alta velocidad de crucero es un juego de niños. Por el contrario en las subidas la magia desaparece de golpe y cada movimiento, cada variación del ritmo supone gran esfuerzo.

AR es sinónimo de velocidad y rendimiento en el llano sin medias tintas…

Realmente gran parte de la penalización viene del lado de las ruedas, claramente insuficientes en un cuadro de este nivel, aun así la AR tiene otra forma de hacer las cosas. En el aspecto dinámico, sorprende la excelente rigidez lateral sobre todo cuando tenemos tubos tan perfilados. Algo similar ocurre con la absorción que si bien es bastante seca de tacto nos ha permitido pasar hasta cuatro horas de entrenamiento sobre ella a buen ritmo y carreteras de todo calado sin llegar a casa con el cuerpo machacado.

Afilada (aero)

Resulta curioso comprobar como Felt sigue su propio camino a la hora de aplicar los conceptos aerodinámicos. Aquí encontramos un perfil en el tubo diagonal de los de verdad a de controlar al máximo las turbulencias que se generan en vez de centrarse únicamente en mejorar la entrada del viento. Para esta función están diseñadas las dos aletas Twin Tail que ocupan el borde de salida de la horquilla para recoger el flujo de aire turbulento que genera la rueda delantera, lo mismo que ocurre, de forma más elaborada en el triángulo trasero, con similares aletas en la parte superior de los tirantes y el tubo de sillín formado un pequeño carenado alrededor de la rueda. Para rematar la faena se opta por la cada vez más habitual solución de usar frenos de montaje directo de Shimano bajo las vainas lo que deja unas líneas totalmente limpias arriba a la vez que, permite afinar al máximo los tirantes. Estética y efectividad de la mano.

El juicio

Sensaciones contrapuestas. Es el resumen que podemos sacar de esta prueba. Sinceramente es difícil a priori entender una bici de alto nivel que nos va a limitar mucho cuando queramos afrontar terreno de montaña, con unas ruedas muy básicas o con algún feo detalle como el que mencionábamos de la tija del sillín es para pensarlo. Es el precio de la especificidad y seamos realistas, hay ciclistas que no salen jamás de su zona y si ésta es principalmente llana entonces pueden sacar mucho partido a lo que nos hemos encontrado en marcha. Una bici que en su terreno funciona realmente bien, que se siente rápida y con la que se hace muy fácil ir deprisa y tan solo cambiando las ruedas la podemos mejorar mucho, por lo que al final el gusto que nos deja sobre la carretera es un tanto extraño. Masters de puro músculo y ciclistas que practiquen triatlón sin duda será su público objetivo, quienes más rendimiento podrán obtener del concepto AR.