El día del lanzamiento internacional de la Tarmac, el 28 de julio, Felix Großschartner se impuso con ella en la primera etapa de la Vuelta a Burgos. Después, Evenepoel, Alpahilippe, Sam Bennett o Kamna alzaron los brazos utilizándola en diferentes escenarios, desde sprints masivos a etapas de alta montaña, demostrando que la segmentación de los últimos años entre bicis aerodinámicas o escaladoras se ha evaporado con esta nueva SL7, un modelo en el que la ya omnipresente aerodinámica ha ganado protagonismo. La nueva Tarmac es un cruce entre la última versión de la Venge, lanzada a mediados de 2018 con un cuadro aligerado respecto a la versión ViAS, y la propia Tarmac SL6, de la que mantiene el tubo diagonal más fino, aunque es innegable que la Venge ha preponderado en esta fusión. Hasta el punto de que esta SL7 la ha sustituido en el catálogo de la marca californiana, que ha comenzado a explorar un nuevo segmento, en el que el peso importa más que el rendimiento aerodinámico, con el reciente lanzamiento de la Aethos. Si consideramos que el objetivo de Specialized con la Tarmac es el de conseguir el mayor número de victorias en las carreras World Tour, el éxito parece rotundo; sin obviar, lógicamente, que patrocina a dos muy buenos equipos y cuyos corredores seguramente hubiesen ganado también esas carreras con la SL6. Mantiene la misma geometría que los modelos precedentes y su conducción sigue siendo muy directa -cualquier acción en el manillar se traduce en un cambio de dirección rápido-, aunque ha reducido un poco el nerviosismo del que pecaba en la versión anterior, algo a lo que contribuye el buen comportamiento de las Roval Rapide. A pesar de esta bondad en la conducción, la Tarmac SL7 es una máquina de carreras y el cicloturista que se plantee su compra debe ser consciente de ello. Ha perdido comodidad, aunque ahora se pueden montar cubiertas de hasta 32 mm, para convertirse en una bicicleta que es menos absorbente en su conjunto, tanto en el tren trasero, por el mayor tamaño de los tirantes, como en el manillar Aerofly, donde las ventajas aerodinámicas de su perfil plano se imponen a una ergonomía mejorable. Quizá no es tan explosiva acelerando, pero sigue ofreciendo sensaciones de las que pocas pueden presumir´. Sencillez Specialized ha optado por mantener en la nueva Tarmac el sistema para esconder el cableado que desarrolló para la última actualización de la Venge. Los cables pasan por debajo del manillar y se conducen con una guía atornillada a la potencia antes de ocultarse en los separadores. Es una manera de asegurar un montaje y un mantenimiento más sencillo y, sobre todo, permite utilizar cualquier potencia y manillar, un aspecto fundamental para los más cuidadosos con su postura. Nos gusta el avance del manillar Aerofly II, pero su forma es demasiado ancha, sobre todo para los ciclistas con manos pequeñas, lo que dificulta su agarre cuando colocamos las manos sobre él. En la foto de la bici falta la tapa que esconde los tornillos de la potencia. Está disponible con un agujero para que pase el tubo de la horquilla y así colocar separadores por encima, o completamente cerrada, lo que ofrece una estética más limpia. Hija de la Venge La colocación de los tirantes bajos hace que el diseño de la parte trasera de la nueva Tarmac sea prácticamente calcado al de la última Venge, con la que también comparte la forma del tubo vertical -aunque de menor tamaño-. El tubo diagonal, la pipa de dirección y la horquilla son más refinados, aunque en líneas generales la tendencia ha sido la de incrementar el volumen de los tubos y aplicar perfiles truncados para maximizar el rendimiento aerodinámico, lo que se traduce, en el caso de los tirantes y vainas, en una menor filtración de las vibraciones. En total, según Specialized, es 45 segundos más rápida que la SL6 en 40 km. Cierto o no, el mayor aplomo en terreno llano es evidente. Como ha ocurrido en los lanzamientos de la Roubaix, en 2019, y la Diverge de gravel, este año, se ha optado por regresar al sistema de cazoletas roscadas BSA, dejando de lado el sistema OSBB, lo que facilita el mantenimiento y elimina crujidos Mejores Specialized equipa de serie en el tope de gama las Roval Rapide CLX, en las que se utiliza una llanta con un perfil de 51 mm en la rueda delantera y de 60 mm en la trasera. Las dos tienen el mismo ancho interno -21 mm-, pero la delantera es más ancha -35 mm frente a 30,7 mm-, lo que hace que, mientras rodamos, nos dé la sensación que las cubiertas Turbo Cotton de 26 mm -casi 28 mm de anchura real- no cubran por completo la llanta. Tranquilos, que, aunque parezca algo que es sencillo que ocurra, durante nuestra prueba no hemos dado ningún llantazo. La marca asegura que son un 25% más estables que la versión CLX de 50 mm, cifra que no somos capaces de confirmar, pero sí aseguramos que durante la prueba no hemos tenido ningún problema con el viento lateral. A pesar de su perfil, son muy ligeras -1,4 kg-. En breve montaremos las Alpinist de 33 mm y os contaremos las sensaciones en estas páginas y nuestra web. Falta de costumbre Casi hemos perdido la cuenta de las bicis de esta temporada con SRAM, una tendencia que se equilibrará con las rumoreadas novedades que prepara Shimano. En la prueba de la Giant TCR comentábamos que con el plato de 48 y la corona de 10 existía la posibilidad de quedarnos cortos. Con buen criterio, nuestro colaborador Antonio Alix nos tiró de las orejas. Es cierto que rodando en solitario es muy difícil que ocurra -es más que un 52x11, casi 53x11-; pero nuestro comentario iba encaminado -nos faltó espacio para explicarlo- a que el salto de la corona del 10 al 11 puede ser crítico en situaciones en las que pedaleamos a tope en llano, en las que nos ha ocurrido que no hemos podido mover el 48x10 y el 48x11 -un poco más largo que el 52x12- nos obligaba a mantener mucha cadencia. Lo achacamos a que rotamos entre varias bicis con distintos desarrollos -no le ocurrirá a quien pedalee siempre con la misma bici-, o puede ser que no estemos en nuestra mejor forma física. GEOMETRÍA Una de las claves del éxito del Tarmac es la escasa variación de geometrías en cada actualización. Así, las medidas de esta SL7 son exactamente iguales que las de la SL6 -y que las de la Venge-. Unas cotas de bici deportiva definidas por su baja pipa de dirección -131 mm que pasan a ser 143 mm reales porque es necesario colocar la tapa de dirección- y su escasa longitud entre ejes, que da como resultado una conducción muy directa que hace que los cambios de dirección sean muy rápidos. En la anterior SL6, sobre todo en la versión con frenos a la llanta, apreciábamos una dirección nerviosa que ahora se ha suavizado, quizás por la mayor rigidez -y peso- de la horquilla. Specialized La Tarmac se estrenó en la gama de Specialized en 2003 con un cuadro bautizado como E5, que se construía con una mezcla de carbono y aluminio y tenía una peculiar forma de aleta en el tubo del sillín. En el Tour de 2004, el Domina Vacanze de Mario Cipollini estrenó el primer cuadro de carbono S-Works Tarmac con el mismo diseño, una bici que en 2006 fue sustituida por el Tarmac SL. Desde entonces, la marca ha usado esa denominación actualizando los cuadros, aproximadamente, cada ciclo de 3 años. La primera versión con frenos de disco fue el SL5, presentado a mediados de 2014, precisamente la bicicleta en la que la marca estrenó el concepto Rider-First Engineered, que consiste en que la cantidad de fibras y el laminado se optimiza para cada talla con el objetivo de que la conducción sea similar tanto en los tamaños más grandes como en los pequeños. El juicio Un avión, un pepino o cualquier término que se te ocurra y sea el más utilizado en tu grupeta para definir a las mejores bicis del mercado. La nueva Tarmac es mejor que la anterior SL6 en términos aerodinámicos -y aunque sea difícil de apreciar, sólo la sugestión de la rigidez del conjunto y el sonido de las Roval Rapide nos hará ir más rápido- y el aumento de peso -unos 150 g- no debe de ser crítico. Quizás ha perdido un poco el 'toque Tarmac', una sensación de aceleración que todo el que haya montado en una de las versiones anteriores, sobre todo la SL6, ha experimentado y que seguramente tenga que ver con la ligereza, pero ha ganado en consistencia en términos generales, sobre todo en terreno llano y en subidas de poca pendiente. Es decir, se ha adaptado a las exigencias de los ciclistas profesionales, que son, en definitiva, los que van a aprovechar al máximo una bicicleta de estas características. BALANCE FINAL Si tu objetivo es darlo todo en cada salida, o compites, existen en el mercado muy pocas bicis con las que tendrás las sensaciones de rapidez que ofrece la última generación de la Tarmac.