En el caso de la Bianchi que acompaña estas líneas, fue creada utilizando componentes que procedían de las dos fuentes: los que teníamos guardados -o nos han regalado tras rebuscar en sus cajones- con bastantes años encima esperando una segunda vida; y los más modernos, de antiguos tests publicados en nuestra revista a los que seguimos haciendo kilómetros para verificar si con el uso prolongado acaban apareciendo fallos.
La base, el cuadro y la horquilla, fabricados en acero son imprescindibles, también se podría aceptar de titanio o aluminio pegado -como los Vitus y Alan-. ¡De carbono, no! Excepto, quizá, algún TVT o los primeros modelos LOOK. Nuestra Bianchi, en realidad, no procede de la fábrica de la centenaria marca italiana, sino que elegimos la tonalidad y logos más bonitos de la historia del ciclismo para decorar un cuadro de la segunda mitad de los ‘80 soldado por Letona, un artesano de Alsasua -Navarra- que soldaba por encargo para otras marcas. Como no pudimos conseguir los logos originales, lo dejamos en manos de los profesionales de Artenruta para que lo pintasen, con un resultado excelente, como podéis apreciar en las fotos. El grupo, un SRAM Force, aunque no tiene el acabado metálico más clásico del Campagnolo Athena de las Gios y De Rosa, era el que teníamos a mano, y hasta la fecha no nos ha dado ni un solo problema.
Las Shamal Mille, el actual tope de gama de Campagnolo en perfil bajo de aluminio, da el toque exclusivo y de calidad a la bici. Su frenada es una de las mejores del mercado gracias al tratamiento de la pista de frenado y a sus zapatas azules específicas. La potencia y manillar -ambos 3ttt para evitar incompatibilidades- son de la misma época que el cuadro. El ángulo y longitud radicales de la potencia nos obliga a llevar las manos muy bajas y adelantadas. La estética manda. Uno de nuestros sillines favoritos, el Selle Italia Flite -en versión reeditada 1990-, da a nuestra neoclásica el toque final junto a la tija Ritchey plateada, el portabidones Elite Cuisi de titanio y la cinta de manillar perforada.
Un manojo de nervios
Echando un vistazo al gráfico de la geometría, seguramente os habréis quedado sorprendidos con la distancia entre ejes, cortísima para una talla 55 que, junto un ángulo de dirección de 73,5º, dan como resultado un comportamiento muy delicado. Soltarse de manos o trazar curvas abiertas a alta velocidad se convierte en una aventura no recomendable para novatos; pero tras un largo rodaje hemos logrado domarla y acostumbrarnos a sus reacciones. Así eran algunas bicicletas hace varias decenas de años.
Parece que hemos acertado tras escuchar comentarios de los que la recorrieron de arriba a abajo con la mirada. Es cuestión de saber elegir con gusto todos los elementos que la forman, dar nuestro toque personal y disfrutar de una pequeña obra de arte que puede utilizarse todos los días.
Ficha
Cuadro: Acero Columbus SLX, con racores
Horquilla: Acero Columbus, rosca 1"
Dirección: Max's System, rodamientos de agujas
Bielas: SRAM Force 22, 50/38.
Eje: 30 mm, cazoletas Rotor ITA30
Casete: SRAM Red, 11-25, 10v
Desviador: SRAM Force 22
Cambio: SRAM Force 22
Manetas: SRAM Force, 10v
Cadena: KMC X10
Frenos: SRAM Force
Ruedas: Campagnolo Shamal Mille, cierres de acero
Cubiertas: Hutchinson 25 mm, Intensive Tubeless y Equinox 2 Reinforced
Manillar: 3ttt Prima 220, 40 cm
Potencia: 3ttt Pro Titanium, 125 mm, -18º
Tija: Ritchey Comp, 27,2 mm
Sillín: Selle Italia Flite Titanium 1990
Pedales: Shimano Ultegra SPD-SL
Peso total: 8,690 kg (con pedales y portabidón)
Geometría (mm): Talla 55