Probamos la Wilier Zero.7

La bici del Lampre durante 2012 ha pasado por la redacción de Ciclismo a Fondo.

Sergio Palomar / Fotos: Rafa Gómez (estudio) - www.cesarlloreda.com (acción)

Probamos la Wilier Zero.7
Probamos la Wilier Zero.7

Puedes encontrar la prueba completa en el número 331 de Ciclismo a fondo

Estamos ante una máquina que sabe muy bien hacia qué público va dirigido, una bicicleta perfecta para competición. La Wilier Zero.7 es la réplica de la utilizada por los Scarponi, Cunego, Ulissi y compañía, un modelo que se dota de lo último, contando con un cuadro de muy alto módulo con nanopartículas, pedalier sobredimensionado y, sobre todo, el esperado Campagnolo EPS del que ya pudisteis ver un completo reportaje en el número 330 de Ciclismo a Fondo. Sin medias tintas, esta pieza de la marca italiana nos incita a ir lo más rápido posible. La posición es exigente a la par que efectiva y conducirla de manera fuerte por terrenos montañosos requiere de una cierta destreza.

Wilier ha puesto toda la carne en el asador con esta bici. Si ya su anterior estrella, la Cento.1, parecía a un nivel insuperable, en esta ocasión han rizado el rizo. En la Zero.7 se utiliza carbono de alto módulo 60Ton, garantizando una estructura rígida y eficiente. Para apaciguar el comportamiento del cuadro, han recurrido a su tecnología S.E.I., consistente en intercalar entre las capas de carbono una fina lámina de material viscoelástico destinada a filtrar las vibraciones que llegan a través de la estructura. El resultado es patente en carretera, ya que a pesar de tener una bici sumamente rígida a todos los niveles, más teniendo en cuenta la ligereza de su cuadro, no se hace pesada cuando pasan las horas o nos toca circular por las típicas carreteras rurales, rotas y bacheadas.

Una bici pura de competición como ésta requiere soportar la tremenda potencia que es capaz de aplicar un profesional, sus cambios violentos de ritmo y que siempre ofrezca una total precisión. La geometría de la Zero.7 es 100% de competición, con una pipa corta, con distancia reducida entre ejes y con ángulos verticales. Sin concesiones, su posición es pura de ataque. Exige al ciclista tener una buena forma física y cierta flexibilidad para encontrarse cómodo. En bajas es como un juego de niños a la hora de cambiar la dirección y dirigirla hacia el lugar que deseamos, apaciguándose cuando la velocidad aumenta por sus contenidas vainas, mientras que cuando la carretera pica, su carácter nervioso la convierte en eléctrica a la hora de cambiar de ritmo.

Resultado
A pesar de haber vivido momentos críticos en su alargada historia que dio comienzo en 1906, teniendo que cerrar en 1952 y siendo luego rescatada por los hermanos Gastaldello, Wilier llega a la actualidad en uno de sus mejores momentos. Con el reconocimiento de la comunidad ciclista y con unas bicis que recogen los últimos avances, su escaparate es inmejorable por su relación con el Lampre-ISD. Sólo haría falta incluir las piernas de Cunego o Scarponi para estar a la altura de este Fórmula 1, un auténtico purasangre de competición. Nuestra protagonista no está pensada para otro uso que no sea el de ir lo más deprisa posible. Tanta especificidad se traduce en prestaciones simplemente espectaculares, aunque tanta deportividad la aleja del público general, de aquellos cuya espalda no pueda soportar una posición tan racing o quienes no tienen el entrenamiento suficiente como para extraer todo su jugo. Su precio es de 9.799 euros.