Prueba: Berria Falcon 8

Los avances tecnológicos permiten aplicar soluciones de alta gama a las bicicletas más básicas consiguiendo un precio ajustado y un rendimiento soberbio, como el de esta Berria Falcon.

Juan Ocampo - Fotogafía: Alvaro Palomar

Pruebas de bicis
Pruebas de bicis

Parece mentira, sí, pero la Falcon es el modelo básico del fabricante manchego. Una bici a la que, con los ojos cerrados, sólo su peso de poco más de 8 kg delataría como un modelo de este precio, pues sobre ella todo son máximas prestaciones.

Lo primero que llama la atención es su carácter inquieto. Es una de esas bicis que, con una sensación de equilibrio inestable, parecen que están preparadas para reaccionar a la más mínima insinuación del piloto, lo que la hace ágil y manejable pero que necesita de buenas manos para poder sacar el máximo partido. La culpa la tienen sus cotas, que se alejan mucho de lo que podría considerarse una bici gran fondo, y la gran rigidez de su cuadro por sus ­fibras de alto módulo, el eje de pedalier 386 Press fit, las vainas asimétricas y su voluminoso tubo diagonal. Todo esto hace que sea una bicicleta que responde a las exigencias sin arrugarse lo más mínimo.

La posición sobre ella, típica de competición, es agresiva pero cómoda, por lo que nos hemos sentido como en casa desde el primer día. Larga de arriba -es de agradecer su potencia de medida lógica-, permite rodar acoplado cómodamente con los brazos en ángulo y la espalda horizontal. Pero también facilita una posición cómoda para subir con cadencia agarrado a la cruz del manillar. De pie, ya sea en subida, apurando un repecho con el plato o esprintando, ni se inmuta por su dirección sobredimensionada y su esbelta horquilla de carbono, que se muestran tremendamente sólidas. En el manillar es probable que las manetas queden algo alejadas al frenar, aspecto muy necesario para exprimir un nervio en los descensos que, a pesar de que va a obligar a más de una corrección, permitirá, junto con una total ausencia de cimbreos o vibraciones, un paso por curva noble, con posibilidad de modi­ficar la trayectoria y, sobre todo, muy rápido, lo que te hará batir sin querer tus registros en todas las bajadas sin apenas tener la sensación de arriesgar, como nos ha pasado. Realmente es una bici sin complejos.

Sin peros

Lógicamente, su capacidad de absorción de baches, grietas o agujeros no es su fuerte. Su tija de 31,6 mm y sus ruedas no ayudan. Las Vision Team 30 ruedan muy bien, poseen una estética impecable, aunque el negro de la banda de frenado tiende a perderse con el uso, y son muy rígidas lateralmente, sí, pero también verticalmente, más aun con unos neumáticos de 23 mm. Sin embargo, frenan estupendamente a pesar de la baja calidad de los puentes de freno y zapatas, el único gran inconveniente de esta bici. Respecto al grupo, aunque su rendimiento esté por debajo del cuadro y se pueda sentir agobiado en algunos momentos puntuales, responde en cualquier situación, lo que es toda una garantía. Por último, algo tan importante como su estética. Aunque alejada de las líneas angulosas de los modelos superiores, también resulta atractiva y posee unos acabados de altísima calidad que no admiten pega alguna, como su magní­fica pintura o su cableado interno. Sinceramente, y aludiendo al título, estamos ante una bici que con otros frenos más potentes y unas ruedas más ligeras puede codearse sin complejos con gamas altas.

Lo mejor

» Magnífico rendimiento.

» Peso contenido.

» Acabados de gama superior.

Lo peor

» Peso de las ruedas.

» Frenos.

Ficha Técnica

Cuadro / Horquilla: Falcon 2.2 MHX carbon / EOS

Grupo: Shimano 105 11-28 / frenos Avant / FSA Gossamer 50x36

Ruedas: Vision Team 30

Componentes: Ritchey Logic II / 4 Axis / 2B

Peso total: 8.250 g

Precio: 1.599 €

Página web de Berria