En BH tenían claro que su G7 era una de estas bicis por lo que, a la hora de lanzar la nueva generación que protagoniza estas páginas, no se han vuelto locos y, más que de una nueva bici, tendríamos que hablar, como si de un programa informático se tratara, de una actualización. Poniendo dos fotos juntas de G7 y G8 es prácticamente como si estuviéramos resolviendo un pasatiempo de los de 'busca las diferencias' y sólo los cables ocultos en todo su recorrido delatan que nos encontramos ante un nuevo modelo. Cuando su predecesora se presentó a finales de 2015 fue una adelantada a su tiempo, apostando únicamente por los frenos de disco cuando la implantación del sistema era aún tímida por parte de las marcas. De hecho, BH tuvo que recular lanzando al año siguiente la versión G7 Pro con frenos convencionales, principalmente para surtir a sus equipos patrocinados que en aquel momento eran totalmente reacios al uso de discos en competición y por ello continuaban empleando la anterior G6. BH G8 Ahora, con el sistema plenamente implantado, esta G8 vuelve a apostar únicamente por este método de frenado, manteniendo a su vez en su ideario el contar con una bicicleta de peso contenido. A la hora de pedalear sobre ella las sensaciones que recibimos son muy similares a las que recordamos en una bici que se muestra muy viva en cualquier condición y exigente a la hora de bajar rápido. Seguimos destacando de ella su polivalencia, ya que tratándose del modelo aerodinámico de la marca no desentona para nada cuesta arriba, incluso nos atrevemos a decir que por posición sobre la bicicleta nos hemos encontrado más a gusto con ella en terreno ascendente que en el llano, que, a priori, debería ser donde mostrara todas sus dotes. Si funciona… … no lo toques. Por ello no es de extrañar que esta nueva G8 sea prácticamente indistinguible de su predecesora. Para la elaboración del cuadro se confía en un material tan sobradamente probado como la fibra de carbono Toray T800 y se incide en el proceso de fabricación y el laminado para dejar el cuadro, según datos de la marca, en 850 g. La rigidez torsional sigue quedando en manos del sistema de pedalier BB386 desarrollado por FSA, firma de la que BH es distribuidora en nuestro país. Por su parte, el aspecto aerodinámico se confía en los habituales tubos de perfil truncado que reducen la resistencia al viento sin penalizar la rigidez del cuadro, un aspecto esencial cuando hablamos de una máquina de competición. Como en la anterior versión, esta G8 se percibe sólida a la hora de ponernos de pie y aplicar vatios sobre los pedales. El tacto es directo, quedando la absorción en un segundo plano, priorizando así las dotes deportivas. Ocultos La tendencia de esconder los cables del viento ha llegado también al modelo aerodinámico de BH. La G8 sirve de escaparate perfecto para la nueva dirección ACR creada por FSA para facilitar esta tarea a las marcas, que siguen buscando el modo óptimo de guiar cables y latiguillos a través del tubo frontal sin que ello afecte al giro de la dirección ni provoque extrañas curvas. De hecho, la G8 está disponible en opción de grupo mecánico que utiliza el mismo guiado interno. Para pasar los cables, las cazoletas de dirección se han sobredimensionado para poder habilitar una ranura por delante del rodamiento por donde pasan los cables que van hacia la parte posterior de la bici. Por su parte, el latiguillo del freno delantero pasa directamente desde la potencia a través del expansor para bajar a lo largo del tubo de la horquilla hasta la pinza. Un sistema sencillo y que, sin duda, facilita a los fabricantes este aspecto que, a menudo, es un dolor de cabeza. Efectividad La relación entre FSA y BH se refleja también en el cuadro de mandos. Primero con una potencia específica diseñada para acompañar a la dirección ACR y a la que se ancla un manillar SL-K en 400 mm de ancho que, junto a sus cotas compact, refuerza la agilidad de movimientos de la que hace gala la bici. En las ruedas, sin embargo, BH opta por su gama propia de componentes EVO que en su modelo de 50 mm tiene unas ruedas cumplidoras y que se muestran muy competentes cuando el viento de costado hace su aparición. Lo que nos parece criticable es la elección de cubiertas. Está claro que se trata de un consumible sencillo de sustituir, pero montar de serie un modelo de 28 mm, de 366 g, duro como las piedras, con aro rígido de alambre y descatalogado de la gama de Hutchinson, en una bicicleta de este nivel nos parece completamente fuera de lugar. De hecho, en las primeras pedaladas la bici nos pareció muy lenta hasta que las sustituimos por unas gomas pata negra de 25 mm. Como de la noche al día. Inconfundible Desde aquellas primeras Global Concept del equipo Liberty con las que se iniciaba esta saga de bicicletas, la tija integrada ha sido una de las señas de identidad. Primero totalmente, como se estilaba en aquellos tiempos, y en las últimas versiones manteniendo una minitija que facilita el ajuste. Al igual que en la G7, se conserva el apriete por detrás mediante dos tornillos allen de 3 mm. Ya en su momento criticamos que su métrica los hacía susceptibles de redondearse incluso realizando el apriete con llave dinamométrica. En cualquier caso, la sujeción de la tija es completamente fiable y resultan muy accesibles a la hora de realizar la regulación, al contrario de lo que suele suceder con los cada vez más habituales sistemas de cuña integrada. Geometría Si un parámetro destaca en las cotas de esta G8 son sus cortísimas vainas en una geometría que se mantiene inalterada en los modelos deportivos de BH hasta donde nos alcanza la memoria. Esto, unido al escaso avance de la horquilla, nos da una geometría donde la agilidad prima sobre cualquier otro parámetro y que hace de esta bici un auténtico juguete cuando de enlazar curvas se trata, aunque exige un cierto nivel técnico al ciclista. No nos ha gustado que BH haya optado por una potencia de 100 mm en vez de la de 110 que montaban modelos previos. Un aspecto que, con el guiado interno de los cables que complica cualquier ajuste posterior, se torna más crítico, sobre todo si tenemos en cuenta que el salto entre una talla y la siguiente es bastante acusado. BH: referencia Nos alegra comprobar que BH, una de esas marcas históricas del ciclismo y de las pocas que puede presumir de semejante bagaje en nuestro país, siga con una salud de hierro y evolucionando sus modelos sin perder la comba al mercado, manteniendo a la vez la cabeza fría para no malgastar los preciados recursos. Unos recursos que en gran parte siguen confiando en la competición como herramienta indispensable para el proceso de desarrollo de sus bicis y que se traducen en la larga colaboración con la escuadra Burgos-BH o con el equipo francés Arkéa-Samsic, que lució las máquinas de la firma vitoriana en el escaparate único que supone el Tour de Francia. El juicio Un paso arriesgado por parte de BH, o no. Por un lado estás presentando un producto claramente continuista con el que es posible que no se tenga el suficiente impacto en un mercado ávido de novedades. Sin embargo, por otra parte se apuesta por la modernización de un producto que funciona bien y que para nada estaba desfasado en un alarde de sentido común ante la vorágine que exige estar constantemente en boca de todos. Esta G8, al igual que sus predecesoras, puede presumir de mezclar aerodinámica y ligereza, una línea que están empezando a seguir muchas firmas en sus nuevos modelos. Un camino que BH ya inició hace ¡4 años! En cualquier caso, estamos ante una bici muy solvente en todos los terrenos y que, salvo al cicloturista puro, cuenta con buenos argumentos para contentar prácticamente a todos los públicos. Balance final Si dudas entre qué estilo de bici comprar, en esta G8 es posible que encuentres la respuesta. Subiendo, bajando o llaneando es una máquina que no te defraudará.