Prueba: Lapierre Xelius SL 600 Disc FDJ

Una bici con la decoración de los equipos profesionales es una tentación, más si se trata de un modelo completamente nuevo y que introduce el que parece será el sistema de frenado en el futuro.

Joaquín Calderón / Fotografía: www.cesarlloreda.com

Pruebas de bicis
Pruebas de bicis

Como parece que cada vez es más habitual, pasa de nuevo por estas páginas una bici con frenos de disco, un sistema que a muchos no termina de convencer -nos pasa también a nosotros, en la redacción tenemos opiniones divergentes-, pero que poco a poco empieza a verse en grupetas, dispone del apoyo decidido de los fabricantes para dinamizar un segmento en el que hay menos margen para la innovación que en otros y que sólo necesita un último empujón que convierta su crecimiento en exponencial: la aprobación definitiva para que se utilice en competiciones oficiales. Y es que la sensación de algunas marcas, o eso transmiten sus responsables en las presentaciones internacionales, es que en España nos entra por los ojos lo que llevan los profesionales, por lo que las compras son todavía más pasionales que razonadas.

Lapierre demuestra que comodidad y deportividad no son antagónicas

Con ese factor de atracción por ser la bici del FDJ cuenta de partida la Lapierre Xelius, que estrena esta temporada cuadro específico para discos y que nosotros os presentamos con otro atractivo, los colores que replican los de la máquina del equipo galo, pero con un montaje más discreto donde el protagonista es el Shimano Ultegra mecánico. Es curioso que, a diferencia del modelo con frenos tradicionales, en el que hay disponibles cinco montajes, desde el Dura-Ace Di2 que conmemora el 70 aniversario de la marca fundada por Gaston Lapierre en Dijon al Shimano 105 de la serie 700, en el nuevo modelo con discos sólo haya, además de esta 600 FDJ, dos opciones más, una con Ultegra Di2 y otra con 105, lo que hace que echemos de menos un tope de gama más competitivo para acercarse al de las marcas punteras y que bien podría equipar los mismos componentes que los que utiliza el equipo al que patrocina la marca francesa.

DEPORTIVA, ¿PERO TANTO?

Presentado como novedad la temporada pasada, el cuadro Xelius SL es la base de esta versión con discos, en la que se han incluido las modificaciones que requieren las torsiones generadas por las pinzas de freno en horquilla y vainas, ejes pasantes en ambas ruedas -fundamentales para evitar los roces y ruidos que tanto nos molestan- y una resina diferente para soportar hasta 190º, en vez de los 140º de los cuadros habituales, y evitar así problemas por el calentamiento de los discos. Sin embargo, el elemento más llamativo del bastidor es la unión directa al tubo horizontal de los tirantes, que son así más largos para permitir mayor flexión y que son independientes del tubo del sillín. Esta especie de triángulo -que nos recuerda a la granfondo Pulsium que los ciclistas del FDJ estrenaron en la París-Roubaix hace tres temporadas- es el gran secreto de una bici que hace del comportamiento desequilibrado entre la cómoda zona trasera y la rigidez del pedalier y parte delantera su mayor virtud.

Ejercicio de geometría. El triángulo que forman los tirantes con el tubo del sillín no es una filigrana estética de Lapierre, sino que la marca francesa busca aumentar la flexión de los tubos para mejorar la comodidad en la parte trasera. 

El confort es notable en zonas rugosas, aun con unas ruedas que no son especialmente absorbentes como las Shimano RX31 que equipa de serie y poniéndolo a prueba inflando las cubiertas más de lo recomendable para experimentarlo, mientras que, a diferencia de otros modelos que son incluso más ligeros, la bici se muestra ágil cuando se lo pides con una respuesta que no deja entrever que su peso se acerca peligrosamente a los nueve kilos. Que es rápida y tiene como único objetivo la competición es obvio, sólo hay que recordar que Thibaut Pinot ganó con ella en Alpe d’Huez en la etapa que todos recordaremos porque Nairo Quintana tuvo a Chris Froome contra las cuerdas, pero entre sus virtudes puede presumir de que no es nada exigente con la espalda, lo que agradecerán quienes busquen una bici con sensaciones deportivas pero no quieran ir a modelos con las posturas más radicales que exigen -salvo que llenemos de espaciadores el tubo de la horquilla- las pipas de dirección cortas que utilizan otras marcas. 

MÁS DIÁMETRO, POR FAVOR

Si buscamos culpables de los más de 8,8 kg de esta Lapierre tenemos que dirigirnos a las ruedas, un modelo de gama media de Shimano que a cambio de su más de 2 kilos nos ofrece un amplio abanico de posibilidades para utilizarlo con cubiertas anchas y una resistencia y durabilidad fuera de dudas, tanto de las llantas como de los bujes. Sin embargo, recurrir a ellas, aunque reduce el coste de la bici y la deja en un atractivo precio, no nos parece la decisión más adecuada en una montura de este nivel, ya que limitan las buenas prestaciones que el cuadro ha demostrado cuando le hemos calzado otras ruedas -en concreto, unas Zipp 202 Firecrest Disc cuya prueba habéis podido leer en el número 16 de Bicisport y con el que conseguimos adelgazar casi 500 gramos-.

Robustez. Las ruedas Shimano RX31 han sido ejemplo de resistencia y fiabilidad durante la prueba, aunque sus 2 kg perjudican las cualidades dinámicas -sobre todo cuesta arriba- de una bicicleta puramente deportiva.

Precisamente, Zipp aporta el manillar y la potencia de aluminio de su serie Service Course, también pesados para este nivel, sobre todo el manillar, y que nos obligarán a disponer de una llave Torx T25 para su ajuste -nada dramático, ya que esta llave se popularizará al ser necesaria para apretar los tornillos que fijan los discos a las ruedas-. Un pero más importante es el del diámetro de los discos, que nos hubiese gustado que fuese de 160 mm, al menos en la rueda delantera. Los de 140 mm son más ligeros, y algunos defienden que más estéticos, aunque es un factor absurdo al hablar de seguridad, pero pierden eficacia en bajadas muy largas o cuando la adherencia se ve comprometida, como nos ocurrió durante la prueba en una carretera muy bacheada mientras rodábamos en Portugal. Es una pega que quizá nunca noten los que circulen siempre por zonas perfectamente asfaltadas y que se soluciona cambiando el de serie por un disco más grande, pero, teniendo en cuenta que no se ha buscado el mínimo peso con el montaje, debería salir de la tienda ya con 160 mm para poder disfrutar desde el principio de las ventajas de los frenos de disco.

Medidas estándar. Los dos discos de 140 mm cumplen con suficiencia a la hora de detener la bici, aunque hubiésemos preferido, aun a costa de perder algunos puntos en estética, un disco delantero mayor, de 160 mm.

GEOMETRÍA

Una bici que es la réplica de un equipo profesional no puede estar orientada a otra cosa que a ir lo más rápido posible. Sin embargo, esta Lapierre, además de la comodidad de sus tirantes traseros, permite ciertas concesiones por la longitud de su pipa de dirección, un poco más alta y que ofrece una postura menos radical que otros modelos de competición, por lo que se puede adaptar a aquellos que busquen una bicicleta con alguna de las ventajas de las opciones granfondo pero sin dejar de lado el nervio deportivo.

LAPIERRE XELIUS SL 600 DISC FDJ

CUADRO

Cuadro Xelius SL Carbon Disc

Horquilla Xelius SL Carbon Disc

Tallas De XS a XXL

Colores Negro/rojo/azul. Réplica FDJ

TRANSMISIÓN

Bielas Shimano Ultegra

Desviador Shimano Ultegra

Cambio Shimano Ultegra

Mandos Shimano ST-RS685

Cadena  Shimano 105

RUEDAS

Ruedas Shimano RX31 Disc 12x100 / 12x142

Casete Shimano 105 11-28

Cubiertas Continental Ultra Sport 2 700x25c / 700x28c

Frenos Shimano BR-RS805

COMPONENTES

Manillar Zipp Service Course 420 mm

Potencia Zipp Service Course 6° 110 mm

Tija Lapierre Sp-3d1 27,2 mm

Sillín  Fi'zi:k Antares R5

CIFRAS

Peso total 8,865 kg

Precio 3.299 €

Distribuidor Cycles Lapierre

Página Web de Lapierre