Comenzamos describiendo cómo es una bicicleta gravel para competir. Esta debe ser ligera, rígida, aerodinámica, con geometría agresiva, manillar estrecho y ruedas de perfil medio con cubiertas bastante anchas. La nueva generación Rave SLR cumple todas las características mencionadas, y las supera con su espectacular cuadro y horquilla con un diseño más extremo que el de muchos modelos aero de carretera, o sus imponentes ruedas con perfil de 48 mm y cubiertas de 50 mm.
El cuadro y la horquilla están fabricados en fibra de carbono HUS-MOD de alto módulo -la utilizada por Wilier en sus modelos más rígidos y ligeros- y LCP (Liquid Crystal Polymer). Da igual donde dirijamos la vista, en cualquier punto podemos comprobar cómo se han utilizado diferentes técnicas para reducir la resistencia al viento. El tubo frontal y las patas de la horquilla poseen la mínima superficie frontal y una lateral bastante amplia, el horizontal se ha aplanado considerablemente, el diagonal cambia radicalmente su perfil para proteger del viento al bidón y los tirantes se anclan al tubo del sillín más abajo de lo habitual.

Componentes como la tija del sillín o el manillar integrado -ambos de carbono y firmados por Wilier- también tienen un diseño aero que se integra a la perfección. Para los frikis de los datos, la marca afirma que gracias a las simulaciones y test en el túnel de viento la Rave SLR ID2 ahorra 5,3 W -a 35 km/h- respecto a la versión anterior, lo que equivale a más de 50'' de rebaja en un recorrido de 70 km a 350 W de media.
El montaje probado no escatima en lujos, como el grupo SRAM RED XPLR AXS -nuestro favorito para gravel a falta de catar el nuevo Shimano GRX Di2 1x12- y las ruedas Graff Aero 48 de Miche -marca adquirida en 2022 por Wilier-; o componentes como la tija y el manillar integrado Wilier, y el sillín Prologo Nago R4 PAS Nack, todos de carbono.

Su estética no deja indiferente. En un primer vistazo podríamos confundirla con una bici de carretera aero de última generación a la que se han añadido unas cubiertas y transmisión de mountain bike... pero es una race gravel. Su decoración Pixel Green -inspirada en los clásicos monitores de fósforo verde- ayuda a robar miradas, aunque su acabado mate atrae bastante la suciedad y a su vez nos impide limpiarla con facilidad.
Nos ha costado encontrar defectos o puntos a revisar, pero se echa en falta un potenciómetro de serie -sobre todo quienes más en serio se toman los entrenamientos y la competición a pesar de que la marca estadounidense SRAM dispone de ellos en sus tres grupos XPLR; pero tampoco lo ofrece en opción, obligando a la compra por separado de las bielas con medidor de potencia o unos pedales.

Excepcional
El actual tope de gama de SRAM para gravel, el RED XPLR AXS, es el grupo más deseado por su casete de 13 coronas, el reforzado y preciso cambio, una frenada muy potente y dosificable, la ergonomía de las manetas o un peso total bastante contenido. El plato de 40 dientes que incluye de serie la Rave, combinado con el 11-46 del casete, consigue unos desarrollos válidos para todo tipo de perfiles, aunque quizá los ciclistas más competitivos echen de menos un plato más grande para seguir pedaleando en llanos y bajadas rápidas a costa de perder cadencia en las subidas más duras.

El cambio utiliza el estándar Full Mount de SRAM, y va directamente anclado a la puntera del cuadro logrando un anclaje muy sólido y que reduce los desajustes en el cambio. Para montar un modelo de la generación anterior o de otra marca es imprescindible usar una patilla UDH (Universal Derailleur Hanger). También posee un sistema de protección que devuelve el paralelogramo del cambio a su posición original tras recibir un impacto para evitar daños en el motor.
Afilada
Aunque en la foto su enorme cubierta delantera delata que se trata de una gravel, el manillar integrado con la parte superior plana y la zona frontal del cuadro en forma de reloj de arena no desentonarían en una bici de carretera aero. Tampoco podía faltar el guiado de los latiguillos de freno por el interior del conjunto potencia-manillar y el tubo de dirección para mejorar la aerodinámica y la estética.

No echamos en falta los extremos con ángulo -conocido como flare- apuntando al exterior en el manillar, ya que el diseño del F-Bar de Wilier consigue el mismo resultado: rotar las muñecas para poder abrir los brazos y elevar el control de la bici, pero reduciendo su anchura total a 43 cm -la correspondiente a una talla M de la Rave SLR ID2 probada-. Las manetas de freno también tienen un ángulo abierto hacia los lados para mejorar la ergonomía, y combinadas con el F-Bar permiten que nuestras manos no adopten posiciones forzadas o incómodas que nos impidan controlar la bicicleta o sufrir molestias con el paso de los kilómetros.
Brutales
La ruedas Miche Graff Aero, con sus llantas de carbono de 48 mm de alturay unos generosos 27 mm de anchura interna, son la base perfecta para montar las enormes cubiertas Vittoria Terreno T50 de 50 mm de anchura, aunque la cifra real -medida con un calibre- aumentó 2 mm más al expandirse en unas llantas tan anchas. El cambio respecto a unas cubiertas de la anchura más utilizada en gravel -40 mmes apreciable en todos los aspectos. La absorción, comodidad, agarre en curva y tracción mejoran alcanzando el nivel de una mountain bike sin suspensión.

Como puntos negativos encontramos un peso superior, peor aerodinámica -aunque test recientes indican que apenas hay desventaja- y más pérdidas por rozamiento en superficies muy duras; pero aun así siguen dejando la balanza a nuestro favor, y prueba de ello son los cada vez más numerosos participantes en competiciones de alto nivel que optan por cubiertas de 50 mm -o más-. En nuestro caso también nos convencieron, pero no es una opción para todos.
Preparada
Además de las típicas roscas para instalar dos portabidones -el del tubo diagonal se puede situar en dos posiciones gracias a sus tres tornillos-, no podían faltar los anclajes en la parte superior del tubo horizontal, junto a la dirección, para fijar una bolsa con seguridad y sin cinchas que puedan dañar la pintura del cuadro; ni las roscas para un tercer portabidón -perfecto para rutas largas- en la zona inferior del tubo diagonal, cerca del pedalier, aunque quedará muy expuesto al polvo o el barro.

Lo que no vamos a encontrar son anclajes para llevar bolsas o alforjas en la horquilla, o en los tirantes para instalar un transportín; tampoco roscas para unos guardabarros. El objetivo de la Rave SLR ID2 es claro: ahorrar peso prescindiendo de todo lo que no vamos a necesitar en carreras gravel. Para pruebas muy largas o incluso de varios días, tocará llevar una alforja sujeta en la tija del sillín y quizá otra en el triángulo interno del cuadro, o una bolsa del manillar si damos prioridad a la capacidad de carga frente a la cada vez más buscada aerodinámica.
Referencia
Wilier pertenece al grupo de marcas de bicicletas con más de un siglo de vida que aún siguen en activo. Fue creada en 1906 en Bassano del Grappa (Italia), y su logo con la albarda de San Sergio siempre ha estado ligado al ciclismo de competición en ruta; actualmente surte al equipo UCI WorldTeam Groupama-FDJ. En su departamento de investigación y desarrollo, llamado Wilier Triestina Innovation Lab, dan forma a sus nuevos modelos de bicicletas, incluida la Rave SLR ID2, que fue puesta a punto en el túnel de viento y en carreras de máximo nivel como la Unbound -disputada en Kansas, Estados Unidos-.
La firma italiana ha sabido adaptarse a la perfección a las últimas tendencias del ciclismo, en este caso al gravel de competición con un modelo de diseño inspirado en la Filante, su bicicleta de ruta másaerodinámica, y adoptando un paso de rueda que permita llevar cubiertas de 50 mm, la nueva fórmula para ir más cómodo y seguro sin apenas perder velocidad.

Un diseño aún más extremo que el de muchos modelos aero de carretera.
GEOMETRÍA
La segunda generación Rave SLR mantiene los ángulos y medidas orientadas a la competición del modelo original, aunque introduce cambios sutiles para afinar su comportamiento. En talla M -la probada- sólo destacamos un reach y un tubo horizontal más largos -3 y 4 mm, respectivamente- para facilitar una posición más aero. Frente a otros modelos gravel de rendimiento tampoco encontramos grandes diferencias, aunque en la Wilier el ángulo de dirección en algunos casos quedará un poco más abierto para ganar estabilidad. Quienes necesiten una posición del manillar más baja, pueden quitar los dos espaciadores situados entre la dirección y la potencia para ganar casi 15 mm.

El juicio
Las cubiertas de 50 mm de la Rave SLR nos han hecho retroceder casi diez años en el tiempo hasta nuestros comienzos con el gravel. Experimentando con cubiertas descubrimos que montando unas para MTB de 2” -unos 50 mm- el comportamiento de la bici cambiaba por completo, en nuestra opinión a mejor; pero quedaron en el olvido tras escuchar la frase "al final vais a inventar el mountain bike" y sustituirlas por otras normales más estrechas. Con el tiempo se han ido ensanchando las cubiertas gravel hasta los 50 mm de la Rave SLR -o incluso más-.

Al igual que en las ruedas de carretera, gracias al uso de llantas con mucha anchura interna, montar cubiertas anchas ya no supone perder vatios y sí ganar en comodidad y agarre. Y si no nos acaban de convencer o solemos rodar por pistas fáciles o asfalto, no hay problema en instalar a la Rave SLR unas de 40 mm; en cambio, quienes tengan una gravel con unos años a cuestas seguramente no podrán montar unas de 50 mm sin que rocen con el cuadro o la horquilla.
