Entrevista a José Antonio Pecharromán

El manchego se sinceró con ciclismoafondo.es tras conocer su inocencia y analizó su carrera profesional

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Entrevista a José Antonio Pecharromán
Entrevista a José Antonio Pecharromán

«Tiré hacia adelante porque sabía que no tendría más oportunidades para demostrar mi inocencia»

 

Fotos: Rafa Gómez

Cada una de sus palabras es un desgarro de sinceridad. De felicidad combinada con desilusión. Una mezcla nostálgica. Cargada de desazón. A José Antonio Pecharromán le faltan minutos, páginas para explicar sus sentimientos encontrados. Por eso se explaya con tanta franqueza y cercanía. Todos los momentos que ha vivido encima de la bicicleta los conjuga en pasado. Los buenos y los malos. Su sorprendente victoria en la Euskal Bizikleta. La confirmación en la Volta a Catalunya. El desdichado paso por el Quick Step. Su vuelta a nacer, de manos de Vicente Belda con el Comunitat Valenciana y el exilio en Portugal, tras la Operación Puerto. Una carrera marcada por la mala suerte. La misma con la que se topó en la Clásica de los Puertos del 2007, con un supuesto positivo por un crecepelo. Una sustancia que ni siquiera el AMA tiene incluida en su lista de prohibiciones. Su lucha ha finalizado con resultado demoledor. Victoria para el manchego. El premio, la inocencia. Nada más. Porque sus conjugaciones en verbo pasado no podrá tornarlas en presente. Y mucho menos en futuro. Un porvenir que ya no va a llegar. Frenado por un falso positivo resuelto de forma tardía que deja al que podría haber sido la revelación del ciclismo español sin una página dorada que escribir.

 

¿Cómo te has tomando la resolución del TAS?

Sobre todo, con alegría. Me puedo quedar relajado, sabiendo que se ha solucionado el problema, aunque haya tardado mucho y en la práctica sea un poco difícil a la hora de poder volver a competir. Cuando empezó todo me sentí impotente, porque se estaba cometiendo una injusticia y que me den finalmente la razón me alivia.

 

Ha costado más de un año demostrar que era inocente, con sus miles de papeleos, abogados y despachos que todo ello conlleva. Con la resolución ya encima de la mesa, ¿ha merecido la pena?

Sí, para mí sí. Al principio me dieron ganas de tirar la toalla, viendo como estaba el mundo del ciclismo me dieron ganas de renunciar a todo. Cuando recibí el comunicado se me cayó el mundo encima. Ni siquiera sabía qué era el finasteride. Después, cuando me dijeron que me iban a sancionar con nueve meses entonces me paré a pensar si quería seguir hasta el final para demostrar mi inocencia y recurrir al TAS o bajar los brazos y dejarlo ahí. Lo estuve pensando un día y decidí que, si no era en ese momento no tendría más oportunidades de volver a demostrar mi inocencia. Tiré hacia delante, hasta donde fuera. Hasta hoy, cuando se ha desestimado el positivo.

 

En un primer momento, lo que intentaba era defenderme para intentar seguir corriendo aunque sabía que la situación era muy complicada. Nunca perdí la esperanza. En cuanto a la resolución de la Federación Española, pensaba que todo estaba claro y que no me sancionarían. Creí que podría seguir corriendo  y que la resolución tardaría menos tiempo en salir pero, entre unas cosas y otras, se demoró. Tardaron mucho tiempo en comunicarme que se habían encontrado restos de finasteride en la orina y, por otro lado, también se alargó demasiado la resolución, hasta finales del mes de abril. Una vez que fui al TAS, también ha tardado hasta que han dado la resolución definitiva.

 

¿Crees que tu imagen quedará ya limpia de cara al aficionado y al resto del mundo del ciclismo?

El caso era claro, quien quisiese creerlo podía hacerlo y quien no, no. La Federación Española de Ciclismo se ajusta a sus reglamentos y por eso impuso la sanción, pero todos mis compañeros han creído en mí y de la afición he recibido mucho apoyo, han creído en mi palabra. Me decían que era injusto, pero con ésta resolución creo que se llevarán una alegría.

 

¿Cómo ha podido llegar el ciclismo a situaciones como la tuya, en la que a un corredor le dan la espalda su equipo y su propia Federación por un crecepelo que ni siquiera la Agencia Mundial Antidopaje tiene en su lista de sustancias prohibidas?

Las cosas se llevan haciendo mal desde hace muchos años. Los reglamentos tenían que haber sido más claros. No se tenía que haber dejado llegar tan lejos a organismos como el AMA o la UCI en cuanto a sus programas antidopaje. Tenían que haberlo hecho con más criterio y haberlo regulado mejor, pero se ha llegado a un punto en el que se trata el tema muy a la ligera. Están intentando matar moscas a cañonazos. Romario también sufrió un caso parecido, con la misma sustancia y, con él tardaron dos o tres semanas en desestimar el positivo. En el ciclismo, se tardan 16 meses. Se está viviendo en un clima en el que todo el mundo está bajo sospecha y al mínimo ruido parece que hay más de lo que en realidad pasa. En mi caso, era un tratamiento terapéutico contra la caída del pelo y parecía que me estaba tratando para ganar una carrera de coches. Como se ha demostrado, no era así. Pero hemos llegado a un punto en el que no se cree ni en la palabra de los médicos. Espero que poco a poco, se pueda luchar para que el ciclismo vuelva a ser como antes y que no se viva siempre con este miedo.

 

Aquellos primeros días, viendo el mismo caso en Romario, sentirías una gran impotencia

En el primer momento sientes impotencia y mucha rabia. Estaba agobiado, con ansiedad porque no sabía cómo afrontar la situación y sobre todo, con mucha incertidumbre de lo que va a pasar. Pasé unos días muy malos. No sabía si los entrenamientos me iban a servir para algo. En toda mi carrera deportiva, incluso en categorías inferiores, salía a entrenar con la ilusión de competir pero en ese momento no sabía si me iba a volver a ver en una carrera. Los primeros días intenté aislarme. Era optimista y pensaba que se iba a solucionar, lo veía muy claro. Pero cuando pasaron unos diez días y el Benfica rescindió mi contrato todo se puso cuesta arriba. Tenía mucha rabia. Intenté darle las menos vueltas posibles y asumir la situación. De una forma u otra, el ciclismo a nivel profesional son sólo unos años, a todos nos toca dejar de competir un día. En mi caso, fue antes de lo que esperaba y me mentalicé de que tenía que dar un paso más en mi vida.

 

Retrocediendo aún más a ese fatídico momento, la temporada 2003 fue tu gran año. Para el mes de junio, cuando ganaste la Euskal Bizikleta y también la Volta a Catalunya muchos te señalaban ya como el relevo generacional y la gran revelación de la temporada, ¿te daba a ti la misma sensación?

Ya ha pasado mucho tiempo desde aquello y le he dado muchas vueltas analizando los momentos clave de mi carrera deportiva y viendo dónde había fallado y dónde acerté, pero hay que pasar página  y no vale mucho darle vueltas a lo que podía haber sido.

 

Después llegó tu fichaje por el Quick Step

Esa fue una de las equivocaciones más graves que tuve. Fue lo que paró mi carrera de golpe. Nunca me adapté a ese equipo ni a su forma de correr. Pensaba que ese cambio iba a ser para mejorar, para seguir creciendo como ciclista. Pero fue todo lo contrario. Pasé dos años negros, en los que no me encontraba bien, no corrí carreras que se adaptaran  a mí. Cuando vienen a buscarte y te ponen un contrato importante en la mesa pensaba que van a confiar en mí, pero no fue así.

 

Dicen que de todas las malas experiencias también se puede aprender, ¿Hubo algo positivo en esas dos temporadas?

Todo son malos recuerdos porque fue una época en la que incluso perdí la ilusión por el ciclismo. En esos momentos llegué a pensar que sería más feliz si no estaría corriendo en bici. Es cierto que aquello me ayudó a hacerme más fuerte, a afrontar las situaciones que te vienen con más entereza, pero personalmente no se lo deseo a nadie.

 

¿El fichaje por el Comunitat Valenciana fue como una vuelta a nacer?

Cuando volví a España empecé a disfrutar de la bici, corría con ganas. Empezaba a encontrarme bien de nuevo pero vinieron todos los problemas con la continuidad del equipo por la Operación Puerto y alguna lesión mía. No terminé de levantar cabeza.

 

¿Y los primeros meses en el Benfica?

Empecé el año con una rotura de escafoides pero al final de año anduve bien. Terminé octavo en la Vuelta a Portugal y haciendo un buen trabajo, pero fue entonces cuando me comunicaron mi positivo en la Clásica de los Puertos, que fue un palo. Te pones a mirar para atrás, toda la mala suerte que he tenido y prefiero no pensar mucho en el pasado.

 

Cuando se conoció tu presunto positivo estando en el Benfica, ¿qué te pareció la reacción del equipo?

En un primer momento se portaron muy bien. Tanto el director como los masajistas me llamaron para mostrarme todo su apoyo y decirme que iban a intentar arreglarlo, pero después la administración del equipo fue la que decidió la rescisión de mi contrato. La gente con la que vivía el día a día cuando eres profesional no es realmente la que toma las decisiones y no tengo nada que reprocharles. La dirección del equipo tomó esa decisión de rescindir mi contrato, que ahora se ha declarado improcedente pero con la gente del equipo no tengo quejas. En Portugal estuve muy a gusto y no tengo quejas. Es uno de los sitios fuera de España donde mejor me han tratado.

 

¿Cómo ves el panorama del ciclismo actual?

El ciclismo, tal y como está ahora se rige por la norma de que, mientras le pase a otro, los demás sigue hacia delante sin decir nada pero con esa filosofía y esa forma de actuar vamos cuesta abajo. Suena paradójico que Sastre y Contador hayan ganado las tres grandes vueltas en un año y Samuel Sánchez la medalla de oro olímpica y, a nivel de equipos estamos peor que hace diez años. Tanto en presupuesto, como en licencias y en el mismo número de formaciones. El panorama es desolador. Habría que mirar por la salud del ciclismo, no por los éxitos que consiguen cuatro corredores. Éste era un deporte del que antes vivían muchas familias y ahora no es así.

 

¿Contemplas la posibilidad de volver al ciclismo profesional ahora que ya se ha demostrado tu inocencia?

Soy realista y lo veo complicado. Los equipos tienen cerradas sus plantillas y no creo que quieran abrirlas para hacer un hueco a nadie. Además, después de estar un año sin competir, no creo que haya muchos ciclistas que hayan vuelto a la competición. Quizás si esta resolución se hubiera conocido en septiembre u octubre, con las plantillas abiertas no sé si hubiera habido posibilidad de encontrar un sitio pero a estas alturas lo veo sumamente complicado. Es casi imposible.

 

Así que es solo por la situación, ganas no te faltan

Sí, sobre todo sí, pero tampoco se puede correr en bicicleta por cualquier precio. He sido ocho años ciclista profesional, empecé con 21 años y he visto mucho desde que empecé mi carrera. He sido testigo de cómo han ido bajando los salarios y las condiciones. Se debe dignificar esta profesión. Por todo ello sé que es difícil volver, porque primero debería llegar una oferta y, después que fuera tentadora.

 

¿Dónde podremos ver a partir de ahora a José Antonio Pecharromán?

Estoy trabajando en la Asociación de Deportistas de Castilla- La Mancha y sigo haciendo deporte. Mi intención es participar en triatlones y carreras populares, que ya he hecho alguna, y disfrutar de lo que la vida del ciclista profesional no me permitía. Han sido muchos años haciendo un deporte en exclusiva y ahora práctico muchos más. Me toca seguir hacia delante. El ciclismo a nivel profesional de una época de mi vida que ya ha pasado y solo me queda pensar en la siguiente.

 

¿Se queda alguna espina clavada?

Sí, sobre todo el no haber conseguido mejores resultados en los años que he sido profesional y, haber aprovechado más las dos temporadas en el Quick Step. No pudo ser y no vale de nada darle vueltas. Tenía condiciones para haber ganado alguna carrera más pero psicológicamente no aguanté. Los deportistas de élite tienen que ser tan fuertes físicamente como mentalmente. No me adapté y después me vinieron las desgracias una tras otra. Me queda la espina de no haber tenido más suerte, para preparar mejor los objetivos y haber conseguido alguna victoria más. Cuando la situación me acompañó y estaba en plena forma, rendí bien. En la Vuelta a Portugal con Benfica, en la Vuelta a Burgos, donde fui segundo con el Comunitat Valenciana y tras una lesión y la anterior exclusión del equipo para correr la Vuelta aquel año. Con un poco más de suerte, hubiera conseguido alguna victoria más.