Hace tiempo que José Joaquín Rojas cambió de profesión. Lo tiene asumido. Sigue haciendo lo mismo, dar pedales encima de una bicicleta. Pero su espléndida madurez le ha hecho evolucionar del prometedor esprinter que era a un gregario de lujo y garantía para los grandes líderes con los que le enrola en cada carrera en Movistar. En el equipo telefónico apenas hay espacio para la improvisación o una carta blanca. “Tengo asumido mi rol de gregario, que es para lo que se me paga y para lo que se me ha contratado”, dice sin remilgos. “Ya no soy un ganador pero disfruto de las victorias de los compañeros como si fueran mías”.
Junto a su paisano Alejandro Valverde ha corrido toda la primera parte de la temporada para auparse a los nueve triunfos que lleva el murciano. En la Itzulia, Rojillas ha cambiado de jefes pero no de cometido. Sus piernas vuelven a ser determinantes, en esta ocasión para Mikel Landa y Nairo Quintana. “Estoy preparado para lo que nos queda de carrera y con ganas de darle la vuelta a la tortilla”, decía en la salida de Vitoria. Dicho y hecho. Camino de Eibar, en los abanicos que se han formado en la primera parte de la etapa, ha tirado de casta y experiencia para meterse en la fuga que se ha formado.
Rojas acudió a la Itzulia desde la Volta a Cataluña . Allí acabó con susto incluido, una fuerte caída en los últimos metros de la última etapa, en la que además arrastró consigo a Egan Bernal. La joven perla colombiana del Sky se rompió la escápula y la clavícula, lo que le ha impedido participar en la Vuelta al País Vasco. “Me dio más fastidio por él que por mi. Yo no tuve nada pero él se vio involucrado por mi culpa. Fue una causa de carrera, estuve hablando con él y lo entendió perfectamente. Me dijo que fueron cosas de carrera y que no me preocupara. A raíz de eso haremos una buena amistad, seguro”.
Olvidado ese percance, Rojas se entrega en esta Itzulia por Nairo y Landa. Es la primera carrera que ambos líderes se encuentran. “Está siendo todo muy armónico. El clima es muy aceptable. La guerra interna la creáis los periodistas. Me gustaría que estuvierais en alguna cena con nosotros”, responde.
José Joaquín Rojas durante el Trofeo Palma de la Challenge Mallorca.
José Joaquín Rojas durante el Trofeo Palma de la Challenge Mallorca.
El murciano cree que “Roglic es casi imbatible. En montaña nos ha demostrado que es de los más fuertes y en la crono fue avasallador”. Pero hay una puerta abierta a la esperanza. “Sabemos que no tiene equipo. Está muy complicado desbancarlo pero nuestro estilo de correr tiene garra. Lo nuestro es atacar sin parar. A nosotros hacer segundos o quintos no nos vale de nada. Jugaremos a ganar”, avisa. “Si no lo conseguimos, habrá que darle la enhorabuena porque habremos hecho todo lo posible para desbancarlo. La intención es seguir luchando”.
Pero, ¿cómo hubiera sido esta Itzulia con Alejandro Valverde participando en ella? “Me he tirado todo el año corriendo el mismo calendario con él y ahora me quedan también las clásicas”, responde José Joaquín. También correrá el Tour y la Vuelta a España. “Para mi Alejandro es de otro mundo, es capaz de hacer cualquier cosa. Los finales como los dos primeros que tuvimos aquí le venían perfecto. Seguro que hubiera estado con Alaphilippe, ganándole alguna etapa. En la crono hubiera cedido un poquito aunque no mucho. Pero aquí tenemos dos grandes líderes que son dos escaladores puros. A cualquier equipo le gustaría tener lo que tenemos nosotros aquí ahora”.