- Nuevo cambio de colores, ¿qué te llevó a fichar por el equipo de casa? - Llevaba dos años en los que no me encontraba y volver a competir en un equipo de fuera no era la mejor decisión. Siento que tenía que centrar mi cabeza lo primero y correr aquí era lo más acertado. Al final es mi cultura y entienden mi forma de ver las cosas. En casa te van a comprender mejor y tengo claro que no me veía preparada psicológicamente para seguir otra temporada lejos. - Por cierto, hablando de colores. ¿Qué opinión te merece la nueva equipación del Laboral Kutxa? - Pues te voy a ser sincera, de niña nunca me gustaron ni el rosa ni el morado, fui siempre más de azul, pero el maillot que nos ha hecho Etxeondo es espectacular. Al principio, en pantalla, no llamaba tanto la atención, pero en vivo cambió mi opinión. Es un maillot diferente y se distingue muy bien. Un color especial para un equipo especial que esperemos que traiga triunfos. - ¿Qué te ves capaz de hacer con 28 años en esta nueva etapa? - ¡Madre mía, 28 años ya! (risas) No me siento muy mayor, pero cuando te rodeas de gente más joven, juveniles como yo digo, te das cuenta de que el tiempo pasa. Afronto una nueva etapa. El año pasado apenas competí y necesito volverme a encontrar, ser la Eider que fui. - Tus dos últimos años transcurrieron en equipos donde eras la única corredora española. ¿Qué valoración haces de esa doble experiencia internacional? - En todos los equipos hay corredoras de muchos países, aunque predomina la nacionalidad de donde es el equipo. Salir fuera aporta mucho porque te flexibiliza. La valoración siempre es positiva, hay que ver mundo y salir de tu zona de confort. - ¿Crees necesario que las corredoras jóvenes salgan fuera o es preferible quedarse en equipos nacionales? - A día de hoy lo importante es que, sea el equipo de aquí o de fuera, tenga todos los medios necesarios, tanto de material como de salario. En España la situación está cambiando con equipos que cumplen esos mínimos, como es nuestro caso, y ya hay posibilidad de ser ciclista profesional. Si sales fuera puedes recalar en equipos con peores condiciones, cosa impensable hace unos años. ¿Debe una chica joven salir o quedarse? Eso es personal. Hay gente que necesita apoyo de casa y otras ampliar su visión. Lo importante es que el equipo de destino cumpla las condiciones necesarias. - Has comenzado la temporada a un gran nivel, tanto en Almería como UAE Tour. ¿Qué objetivos te has marcado? - Pensé que me iba a pesar más que apenas corriera en 2022. Psicológicamente aún no tengo confianza, debo recuperar el ansia por competir, pero disponemos de un buen calendario. No soy de marcarme objetivos, sino de salir a darlo todo. Soy muy ambiciosa y siempre me he pedido más de lo que he dado. Eso sí, lo que me gustan son las vueltas y las carreras que tengan montaña. En 2023 casi todas las que me atraen están apretujadas en mayo. - Tres palabras para definirte como ciclista y otras tres como persona. - Esta va a ser la más difícil. Veamos... como ciclista soy inconformista, escaladora y diésel. Como persona, realista, perfeccionista y cabezota. - El ciclismo femenino y su salud. ¿Si fueras médico, qué diagnóstico le darías a día de hoy? - Cada vez goza de mejor salud y está rejuveneciendo, como en la peli de Big. He visto el cambio, cuando empecé en Lointek casi no había carreras, los equipos no tenían ni Seguridad Social ni baja de maternidad; ahora es diferente. Además, cada año que pasa hay más nivel en los equipos y las jóvenes vienen con mucha fuerza. Cuando empecé estaba sólo el Rabobank y las demás éramos conjuntos de 2ª y 3ª. Las buenas se concentraban en ese equipo y en las competiciones no había escapadas ni control. Hoy cada vez nos parecemos más al ciclismo masculino a nivel de estrategia, aunque lo de formar fugas sigue siendo difícil porque son carreras locas como a mí me gustan. Incluso en las vueltas no hay un día tranquilo. De hecho, el último suele ser el más duro porque el que no tiene nada asegurado lo intenta. También la tele y los medios de comunicación como el vuestro hacen mucho y eso atrae a los sponsors. - Resulta inevitable recordar tu paso por Movistar Team. ¿Ha sido tu mejor época como ciclista? - Fue una etapa más. Más que por estar en Movistar, fue el año que dejé de estudiar -Químicas-. Combinaba estudios y entrenamientos apurando los rayos de sol. Decidí darme esos cuatro años de apretón con los libros para dedicarme luego al ciclismo. Noté un cambio físico porque podía descansar más. Esa sensación es la que quiero alcanzar de nuevo. De Movistar destacaría a las compañeras. El primer año fue el más especial, hicimos una piña muy grande. Muchas veníamos del mismo equipo; otras pasaron de rivales a compañeras y ahora son buenas amigas. Por desgracia, mi masajista, Gari Baños, nos dejó. Él me marcó, ha sido una de las mejores personas que he conocido y siempre me acordaré de él (se emociona). - ¿De qué resultado te sigues acordando con especial cariño? - Como deportista siempre recuerdas las victorias. Por ejemplo, el Tour de l'Ardèche cuando se hacía en septiembre. Ganar en el Mont Ventoux, aunque no terminaba arriba, significa que tu nombre queda grabado allí. Hay gente que le da más importancia al Campeonato Nacional. Yo no porque vino de una escapada rara y le doy más valor a las sensaciones que al resultado. De hecho, parece una tontería pero yo que soy muy lenta una vez gané un sprint... aunque sólo éramos dos. Ver otra rueda delantera por detrás fue increíble. - Háblame de tu pueblo, Balmaseda. ¿Qué lugares promocionarías en una visita guiada? - Para empezar no es un pueblo sino una Villa, hablemos con propiedad (ríe). A nivel ciclismo es una zona con puertos tanto largos -hacia Cantabria- como cortos. El tiempo no es bueno, pero eso no lo podemos controlar. Turísticamente tenemos un puente románico, unas calles peatonales preciosas y la Plaza de San Severino. Además, la Semana Santa se recrea con actores locales. Por último está la fiesta de San Severino, donde hacemos la putxera. - Todas las ciclistas tienen un sueño. ¿Cuál es el tuyo? - Todas las personas tienen un sueño, no sólo las ciclistas. Creo que mi parte negativa no me deja ver lo que quiero conseguir, aunque supongo que sería estar entre las mejores del World Tour. - ¿Tienes alguna manía que consideras se ha vuelto crónica? - Nunca me he hecho esa pregunta. Supongo que no utilizar ropa nueva para correr. En una vuelta, si se seca la ropa de un día para otro prefiero usar la misma. También hay una cinta de pelo que siempre me pongo. Sólo he corrido con dos; una que perdí en cadetes y otra que ya tengo hecha polvo. Cuando se rompa me llevaré un disgusto (ríe). - ¿Con qué compañera del mundillo te irías de vacaciones? - De vacaciones me he ido con Alba Teruel y con Ángel. Ya sabes que el ciclismo absorbe y acabas hablando de bicis. También con Gloria Rodríguez, gran amiga aunque a veces la mataría (carcajada).