El amor por el riesgo, la adrenalina, la mente fría, la locura, el no tener miedo a nada, está en el DNI de un piloto de rallies, siempre caminando por el alambre del peligro, virtuosos del espectáculo, y en el de un velocista, uno de esos esprinters que en cada llegada, en cada recta final de una etapa, se juega la vida, como el piloto que roza el abismo en cada curva, en cada tramo infernal, al borde de barrancos terribles, pánico en los espectadores, pelos de punta en todos los presentes, que componen esas carreteras que regalan el hueco justo para que navegue un coche. La lucha contra el crono, el apurar cada curva para sacar la máxima ventaja posible, la concentración como arma principal, son las similitudes que unen, por otro lado, la vida de un piloto de rallies, siempre peleando por ser el más rápido, el que menos tiempo gaste, con la vida de un contrarrelojista. Dani Sordo, cántabro, 28 años, dos veces tercero en el WRC, podría ser Mark Cavendish o podría ser Fabian Cancellara, aunque para él, un hombre del motor amante de los pedales, amigo de Matxin, amigo de Vidal Celis, "los ciclistas están hechos de otra madera". Los admira. "Están locos", dice Sordo, un piloto de rallies al que también le gusta ir sobre dos ruedas.
La semana pasada ganó la Stadium Race. ¿Qué tal fue la experiencia de correr en un estadio de fútbol como el Vicente Calderón?
Ya había competido en algún otro, pero hacerlo en Madrid, con la cantidad de gente que había, es muy gratificante. Y más, si puedes ganar delante de tu gente. Estuvo muy bien.
En su preparación utiliza la bicicleta. ¿Cómo suelen ser sus entrenamientos con ella?
Tengo bastantes amigos que andan en bicicleta y, en especial, un amigo muy cercano que es Vidal Celis, con el que salgo a entrenar a veces. Más que nada, voy a rueda, porque es imposible seguirle. El ciclismo es un deporte muy bonito y viene muy bien. El problema que tengo es que dejo un poco la bicicleta para irme a una carrera y la semana siguiente, cuando vuelvo a cogerla, ya estoy otra vez flojo.
Además de Vidal Celis, ¿suele salir con algún otro ciclista profesional?
Conozco a Iván (Gutiérrez), a Óscar Freire, a bastantes más de por aquí, pero no salgo mucho con ellos porque van a otro ritmo y para sufrir, prefiero ir un poco más al mío.
¿Mountain bike o carretera? ¿Cuál le gusta más?
Practico los dos. Las sensaciones con la 'bici' de carretera son más buenas porque vas a más velocidad que con la de montaña, con la que cambias más de ritmo. Con la de carretera, cuando vas en grupo, te pones atrás y aguantas. En definitiva, las dos me gustan.
¿Ha participado en alguna marcha cicloturista?
Sí, en alguna de por aquí. Como tampoco tengo mucho tiempo de entrenar, de prepararme, no quiero hacer el ridículo (sonríe). Una vez fui a una de aquí, que la preparé un poco y acabé bien. Más que nada, fue para pasar el rato. Iba con Vidal y otros amigos. Alguna vez, Vidal me empujó un poco para arriba porque me dio una 'pájara' (sonríe de nuevo). Lo pasas bien. Bueno, lo pasas bien cuando ya has llegado. Sufrir también te ayuda para prepararte moralmente.
¿Sigue el ciclismo profesional?
Sí, porque creo que la gente del ciclismo está hecha de otra madera. Para mí, tienen un mérito increíble. Estar todo el día ahí dando pedales y subir los puertos que suben, es la leche.
¿Cómo está viendo el Tour de Francia? ¿Cree que recuperará Contador el tiempo perdido que tiene con Andy Schleck?
Sí, creo que sí, ojalá que sí. Siempre es mejor que gane un español. El año pasado ya estuvo muy emocionante y espero que este año vivamos un Tour parecido, aunque la 'mierda' que la gente echa encima es una pena porque no hay derecho.
Usted conoce bien al público francés por su relación durante años con Citroën. A Contador, por el episodio de la cadena de Andy en 2010, por el tema del clembuterol, le pitan y le abuchean. ¿Entiende ese castigo?
No, la gente no debería de hacerlo. De todas formas, creo que Contador se tendría que haber olvidado del Tour este año, porque iban a perder más ellos que él. Si quitas a Contador del Tour, ellos pierden mucho. Siempre que Contador va al Tour, le 'putean', así que creo que se debería centrar en el Giro, en la Vuelta y en otras carreras y dejar el Tour, que perdería bastante si no fuera él.
Con Matxin tiene una gran relación. Incluso, estuvo presente en el vídeo de presentación del Footon-Servetto. Él es un gran artista del marketing. ¿Nunca le ha propuesto probar como ciclista en su equipo?
No, porque ya sabe Matxin que yo como ciclista, como mucho, podría dar sólo unas vueltas. Con Matxin tengo una relación muy buena, somos amigos. Le veo a menudo en la tienda de ropa que tiene y quedamos a veces para tomar café y hablar cosas. Él ya sabe que me tiene aquí para echar una mano cuando haga falta y yo sé que también le tengo para ayudarme en lo que necesite.
Al equipo de Matxin, el Geox, este año le están poniendo innumerables obstáculos, quedándose fuera de algunas de las carreras más importantes del mundo, como el Tour de Francia. Probablemente, la razón esté en los casos de Riccò y Piepoli con Saunier. ¿Comprende esta situación?
No sé qué decir, porque estos temas en el ciclismo son muy complicados. No creo que haya que castigar a todo un equipo por uno o dos sólo. El ala que coge todo esto le está pegando mucho ahora a Matxin, que está teniendo muy mala suerte. Podría tener muchos más patrocinadores si no hubiera pasado todo esto. Es un gran director. No se lo merece.
¿Hay algún ciclista que le llame o le haya llamado la atención especialmente?
Alberto Contador siempre me ha llamado la atención. Lo que hizo el año pasado en el Tour, que estuvo muy emocionante con todo lo que pasó con Schleck, fue muy bonito. La verdad es que todos tienen un mérito increíble. Cuando les ves subir los puertos como los suben, es la leche. Tiro también por los de aquí, por los de mi tierra. Óscar Freire ha hecho grandes cosas. Es un deporte muy sacrificado, por los que les admiro a todos.
Su deporte, como el ciclismo, también es de riesgo. ¿Cuál de los dos es más duro?
Sufrir se sufre bastante más en el ciclismo que en los coches. En peligrosidad, los dos tienen mucha, porque ellos bajan puertos a 100 km/h con el casco ese pequeño sólo, sin ninguna protección. Están 'locos'. Si se caen y se meten debajo de un guardarraíl, se matan. Es que dices, "vale, van en bicicleta", pero es que bajan a 100 km/h, con tubulares, con esas ruedas tan pequeñas. Es la leche. El ciclismo también tiene mucho riesgo.
¿De dónde viene su afición por el ciclismo?
Simplemente, porque siempre me ha llamado la atención. Los ciclistas tienen muy merecido su sueldo. Para ser profesional tienes que tener un coraje increíble para salir a entrenar todos los días, para estar siempre empujando todo el día?... También porque conozco a mucha gente. Vidal Celis es muy buen amigo mío y después, a muchos ciclistas de Cantabria, de Asturias, del País Vasco, de todo el norte. Aquí, en España en general también, el ciclismo tiene mucho 'boom'. Es normal que nos guste.
Además del riesgo que ambos deportes tienen, ¿en qué se parecen los rallies al ciclismo?
Que los dos vamos sobre ruedas, ellos sobre dos y nosotros sobre cuatro (sonríe). Todos los deportistas tenemos el espíritu de competitividad en común.
Si pudiera copiar algo del ciclismo para su deporte, ¿qué copiaría?
Copiaría, sobre todo, la fuerza mental de los ciclistas. Están todo el día tirando y tirando. Una vez, cuando corría con Citroën, me acordé mucho de ellos. Fui a probar con el coche al Col du Galibier, que estaba todo nevado, y me quedé pensando en que todo lo que subí yo con el coche, ellos lo suben con la bicicleta y en pleno Tour. Y eso que ellos empiezan a subir desde más abajo de donde empecé yo. ¡Y yo ya estaba cansando de subir! (sonríe). Tienen mucha moral y mucha fuerza de voluntad.
¿Y viceversa? ¿Qué llevaría de los rallies al ciclismo profesional?
Eso ya es más difícil. Ahí ya no sé decirte qué llevaría.
Entrevista a Dani Sordo
«Se sufre más en el ciclismo que en los rallies»
