Erviti: “Estaba 100% convencido de que lo de Flandes no había sido casualidad”

Entrevista a Imanol Erviti, el héroe de Flandes y Roubaix.

Ciclismoafondo.es / Fuente: Prensa Acquadro

Erviti: “Estaba 100% convencido de que lo de Flandes no había sido casualidad”
Erviti: “Estaba 100% convencido de que lo de Flandes no había sido casualidad”

Imanol Erviti (Movistar Team) inicia esta semana un breve periodo de descanso antes de encarar un gran bloque de entrenamiento que ha de dejarle a punto para defender las opciones de Nairo Quintana en el Tour de Francia. El ciclista navarro ha dado por concluido su primer bloque de la temporada en el que se convirtió en el gran protagonista para la afición española en las citas de pavés: séptimo en el Tour de Flandes y noveno en la París-Roubaix. Erviti dejó su selló sobre los dos Monumentos de adoquines, algo que perseguía desde hacía tiempo y que le ha reportado un importante reconocimiento que se suma a su alta valoración como gregario. Ahora confía en superarse a sí mismo en los próximos años –“Hayman es una inspiración”, sostiene sobre el ganador de la Roubaix 2016-, pero antes apoyará a Quintana a conseguir su sueño amarillo.

Dos semanas después de Roubaix, ¿qué balance hace de su actuación en los dos Monumentos del pavés?
Son carreras que me gustan mucho, que siempre había tenido la ilusión de disputar, de hacer un buen papel, de verme en cabeza… Y en 12 años no lo había conseguido. Son carreras muy peculiares. A veces por mi condición, por ser la época de las alergias, por la forma de correr, o por las condiciones de carrera, he vuelto disgustado. Y este año ha salido todo muy bien y he disfrutado muchísimo.

¿Qué ha cambiado respecto a otros años?
Todo va sumando. Cada año me he podido llevar un disgusto, pero también he aprendido algo. Yo creo que en Flandes, el conseguir entrar en la fuga, correr de otra manera y verme delante, me dio mucha más determinación para Roubaix que también salió bien. Sobre todo, he aprendido bastante de nuevo.

¿Su séptimo puesto en Flandes fue un punto de inflexión y un impulso a su moral?
Más que la moral fue la determinación. La noche anterior de Roubaix estaba cien por cien convencido de que lo de Flandes no había sido casualidad. Todo el que sigue estas carreras sabe que el 70- 80% del pelotón puede tener mala suerte: romper algo, un pinchazo, un enganchón, una salida de cadena, una caída… El ir a contrapié te condiciona y es una carrera que no perdona. Para el mismo Cancellara se torció.

¿Cómo siente uno el cuerpo después de una Roubaix?
Sufres porque te exprimes y te quedas dolorido. Sobre todo Roubaix te maltrata la musculatura. El lunes estás cansado, pero el martes estás más jodido aún. Si vas por delante, incluso menos porque el pavés tienes una cosa peculiar: cuanto más suave vas, más agresivo es para el corredor; los golpes son muy verticales y son peores.

¿Tiene tiempo de disfrutar en carreras como Flandes o Roubaix?
En carrera yo pienso que disfrutas de la emoción del momento. Pasar los tramos con toda la gente, animando, te pone los pelos de punta y das el 110% y sacas todo para echar el resto. Haces tu carrera, no estás pensando en nada más, peleas hasta el último metro para sacar lo mejor. Quizá por la repercusión que ha tenido, por las felicitaciones, te das cuenta que son dos días que todo el mundo del ciclismo sigue.

¿Cómo fue esa ducha en el velódromo de Roubaix?
Diferente.  Un poco más emocionado que otras veces. No dejé un gramo en los adoquines, llegué vacío. Me costó darle un rato la vuelta al cuerpo antes de ducharme. No tenía muchas ganas de hacerlo rápido. La mezcla entre la fatiga, saborear el momento, ver las repeticiones en la televisión, la emoción, disfrutar de hacer un monumento delante… Y te empiezas a dar cuenta de todo.

¿Qué felicitación o abrazo le emocionó más?
(Se lo piensa). Todos. Desde la familia, que es la que me aguanta en el día a día, hasta los compañeros e incluso que te feliciten los líderes te emociona. Normalmente, eres tú el que los felicitas y sentir que ellos se han emocionado contigo es bonito. Me gustó muchísimo la sensación de que todo el mundo se alegraba.

Ya se pueda retirar tranquilo.
(Risas). ¡No! Quiero hacer más cosas. Sinceramente, era una cosa que ya llegas casi a desesperarte; de intentarlo, luchar… He llegado en grupos, sin ningún brillo, y era algo que tenía pendiente y clavado. Y ahora me da fuerza y determinación para pelear de nuevo y disputar. Si se da bien, por qué no.

Ahí está el podio de Mathew Hayman, vencedor en Roubaix a sus 38 años.
Sí, sí, exactamente. Él lo hizo perfecto y es un ejemplo y una inspiración. De hecho, me gustaron mucho sus declaraciones tras la carrera: que había tenido que esperar 15 ediciones para tener su día perfecto.  Definitivamente es una inspiración. Lo hizo todo bien. Vistos los vídeos, me quito el sombrero y me alegró por él que es otro trabajador y un compañero que está siempre por sus líderes. Me alegré por su victoria.

Y una vez has vuelto a tu trabajo de gregario en las Ardenas, Valverde vence en la Flecha Valona.
Sí, sí. Es diferente pero también es una victoria que sientes tuya. Todo el día se trabajó muy bien. A mí me tocó llevar la escapada cerca y realmente puedo decir que es un trabajo que haces con toda la confianza y encantado porque él siempre responde. Y acabar la carrera con su victoria da más valor a tu trabajo. Tener un líder tan bueno es una gozada para un gregario.

¿Ha finalizado ya tu primer ciclo de la temporada?
Tras Lieja he levantado el pie para estar una semana muy tranquilo. Y mayo es para hacer un buen bloque de entrenamiento, hacer un trabajo duro para el Tour, con un periodo en altura, porque junio es más competir y recuperar. La rueda ya está girando, esto no puede parar.