Fran Ventoso: la envidiable carrera de un veloz gregario

A sus 38 años, el cántabro de Reinosa ha decidido poner punto y final a su carrera como ciclista profesional. Un total de 17 temporadas en la élite, participando en 18 grandes vueltas, 2 Mundiales y los Juegos Olímpicos de Londres. Se retira con un palmarés envidiable y difícil de alcanzar incluso por grandes líderes. Nada menos que 27 triunfos, incluidas dos clasificaciones generales. Además puede presumir de haber trabajado para Nairo Quintana, Greg Van Avermaet o Alejandro Valverde. Una charla sincera y cargada de emoción, Fran Ventoso en estado puro. El hermano revoltoso - Luis Pasamontes: ¿Recuerdas cómo llega el ciclismo a tu casa? - Fran Ventoso: Sí, por mi hermano mayor, Iván. Era muy revoltoso, no paraba quieto y mis padres decidieron que hiciera deporte. Un amigo de la familia le regaló una bici de carretera y empezó a competir. Ya sabes cómo somos de pequeños: lo que tiene mi hermano también lo quiero yo. - ¿Le quitabas su bici? - No, me prestaron una para comenzar y después tuve las mías propias. Recuerdo una gris y otra azul, ambas sin marca. Después compré de segunda mano una Razesa. Mis bicis tenían rueda 600 porque era muy bajito. - ¿Comenzaste pronto a competir? - Con 7 años. En mi casa no había nadie que nos inculcara competir o montar en bici, lo hacíamos porque nos gustaba. Empecé en principiantes con el CCC... Club Ciclista Campurriano (carcajada) Curioso que mi primer y último equipo tenían algo en común. Lo compaginaba con otros deportes como fútbol, balonmano e incluso surf. En esas categorías de escuelas también pasé por el C.C. Argoños y el C.C. Noja, dado que nos trasladamos allí desde Reinosa. Mi último año antes de pasar a cadete ya corrí con Saunier Duval. Y desde ese momento hasta mi primer equipo profesional, todos los equipos bajo ese patrocinio, siempre con un club detrás. En cadete y júnior era la Peña Ciclista El Parque de Los Corrales de Buelna. Aldabonazo en Almendralejo. Vistiendo el maillot del Saunier Duval ganó una etapa en La Vuelta batiendo a Hushovd, O'Grady, Zabel y McEwen. - ¿Y qué tal los estudios? - No soy un buen ejemplo. Estudié hasta cuarto de la ESO y después intenté dos Bachilleratos, pero no conseguí sentirme atraído por ninguno. Ahora sé que debería haber probado con algún módulo de Grado Superior. Me hubiera gustado aprender mecánica. Llega un momento en el que descubres que quieres pedalear al cien por cien. Sí, en cadete hacía la pretemporada con el equipo de fútbol. Les comentaba que era ciclista y que si podía entrenar con ellos algún día. Me gustaba jugar con otros niños, aunque en cuanto volvía la competición nada me podía retener en el campo de fútbol. La bici me llamaba a gritos. - Y eso que los inviernos en Cantabria no son fáciles para pedalear. - Como júnior tengo el recuerdo de llamar a mi madre por teléfono, pedirle que pusiera la calefacción a tope en el coche y que viniera a buscarme. No podía acabar ni los últimos 10 kilómetros hasta casa, del frío que tenía bajo la lluvia. Los buenos resultados te animaban a seguir. Sí, hasta infantil gané todas las carreras. Recuerdo tener como rival al hermano de Juanjo Cobo, Javier. La motivación también provenía de paisanos que brillaban en categorías superiores. Freire, Iván Gutiérrez, Nozal, Josué y Saúl Barrigón vencían en las competiciones de la zona. - ¿Cómo fue ese paso tan complicado a amateur en el que todo el palmarés previo desaparece? - Muy difícil. En el Saunier Duval-Mapei hice tres temporadas en la categoría. A mí, ya desde cadete, me costaba mucho subir. Mi primera Vuelta a Castilla y León fue tremendamente dura. Esa año únicamente conseguí una victoria. Poco a poco me adapté a la categoría y sumé trece triunfos, todos en vueltas por etapas. Además fui tercero en el Campeonato de España de Salamanca y viajé al Europeo y al Mundial. - Tú eras sprinter... - Lo tenía claro. Recuerdo fijarme en los profesionales que veía en televisión como Abdoujaparov o el primer año de Boonen en US Postal, haciendo tercero en Roubaix. A Alfonso Gutiérrez, cántabro, no llegué a verlo correr, pero tenía presentes sus 73 victorias. - De esta etapa, antes de ser profesional, tienes en el corazón a algunas personas. - Cundo, con el que corrí mi último año en escuelas, supo hacerme disfrutar del ciclismo como merece un niño. Peñalosa fue mi director en el Club Ciclista Argoños y aprendí mucho a su lado. No me quiero olvidar del tristemente fallecido Félix Iglesias, que apostó por el ciclismo en Cantabria y fue animando a Saunier Duval hasta conseguir el equipo profesional. A flor de piel. Durante el intenso repaso a la trayectoria deportiva de Ventoso hubo lugar para las risas y también para las emociones. - Poco a poco surgió la posibilidad de cumplir tu sueño. - En 2003, mi último año amateur, existía el Vini Caldirola-Saunier Duval y ya estaban Matxin y De la Fuente formando parte del equipo. Hice una buena temporada, pero no fui uno de los elegidos para pasar. Juanjo Cobo y Litu anduvieron mucho y tenían garantizado el pase. Había hablado con Juan González y teníamos pactado que si no daba el salto correría en el Würth. Tuve una reunión con Matxin y finalmente conseguí un acuerdo por tres temporadas. Recuerdo lo contento que me sentía por haber alcanzado lo que perseguía. - En 2004, tu primer año como profesional, te rodeaban grandes ciclistas. - Me impresionó todo. Piepoli, Tafi, Strazzer, Perdiguero o el bueno de David Cañada que venía de la ONCE. Llegaron al equipo también, más adelante, Purito, Mayo o Marchante. Ciclistas de mucha calidad y allí estaba yo, dispuesto a dar el máximo. Victoria exprés - ¿Notaste mucho cambio? - Comencé de la mejor manera posible: ganando. Fue en Qatar por delante de ciclistas como Sébastien Chavanel o Hunter. Un golpe de moral, creerme que realmente estaba preparado para ser profesional. Por el contrario, ese año también me llevaron a Milán-San Remo y en Cipressa ya dije ciao a la carrera; no pude aguantar el ritmo. - ¿Cómo que uno de Reinosa gana el Campeonato de USA? - Ja, ja, ja. Curioso. Viajamos a final de año a Philadelphia porque Prodir tenía intereses comerciales en Estados Unidos. Corrimos el Campeonato Nacional, llegamos un grupo reducido y pude ganar. El primer estadounidense en cruzar la meta, cuarto, fue Fred Rodriguez. Entre los más rápidos. Primera temporada en Movistar Team y diana en el Giro 2011 por delante nada menos que de Petacchi. - En tu segunda temporada profesional debutaste en las grandes vueltas. - Pues no las empecé con buen pie... nunca mejor dicho. Acudí al Giro de Italia y los primeros días sufrí una caída que me provocó un esguince de tobillo; me tuve que retirar. Ese mismo año, en La Vuelta, sufrí como en mi vida. Me quedaba siempre con un grupo de doce ciclistas entre los que estaba Simoni, que ficharía por Saunier el año siguiente. Eso sí, lo teníamos claro y nos poníamos a relevar desde el minuto uno. Éramos la grupeta de la grupeta. - Tras un 2005 de tomar contacto con las grandes vueltas, los dos años siguientes volviste a dar triunfos al conjunto amarillo. - Sí, consigo ganar en la Euskal Bizikleta y en la Vuelta a España, en Almendralejo por delante de Hushovd. Lo que es la vida, después de sufrir tanto el año anterior me llevé una etapa. Y en 2008, en Castilla y León, donde tan mal lo pasé como amateur, vencí tres etapas. - Había que renovar y con ese palmarés... - Eso pensaba yo. Creía que con las victorias conseguidas merecía una mejora, pero no llegó. Decidí emprender otro camino y no fue fácil. No encontraba un lugar para continuar. Afortunadamente, el Andalucía-CajaSur de Cabello y Martínez Oliver me abrió las puertas. Gané etapas en Castilla y León y La Rioja, pero tuve que terminar la temporada antes de tiempo. - ¿Qué ocurrió? - Di positivo tras ir al hospital con tensión alta y ser medicado. Cometí una negligencia al no declarar el medicamento en un control antidopaje. Presenté todo tipo de informes del médico de urgencias que me atendió, una prueba pericial..., pero AMA y UCI me sancionaron nueve meses. El caso estaba parado y mientras tanto entrenaba con todas mis fuerzas para volver. En Benidorm coincidí en el hotel con el equipo Carmiooro. Salí a entrenar con ellos y un día me citaron para charlar. Me ofrecieron fichar, les conté con detalle mi situación y su respuesta fue clara: "¿Puedes sacar tu licencia mañana?". Imprimimos el contrato ese mismo día en la recepción del hotel. Confiaron al máximo en mí y no era fácil cogerme en ese momento. - Tu manera de recompensar su confianza fueron los triunfos. - Salí con más ganas que nunca. Fueron siete etapas y dos generales: el Tour de Hainan y París-Corrèze. En 2010 se convirtió en Continental Profesional y logré cuatro victorias, incluida la París-Bruselas. Además fui segundo en el Campeonato de España. En confianza. Compañero durante dos temporadas en Movistar Team, Luis Pasamontes cambió de rol para entrevistar a su amigo. - Eras un ciclista apetecible para cualquier equipo. - Justo después del Campeonato comenzaron los contactos con Unzué. En las primeras reuniones no tenía claro quién iba a ser su patrocinador, pero lo que sí sabía es que llegaría. Lo que al principio iba a ser un contrato por dos temporadas se convirtió en únicamente una. Me vino bien. - En 2011 llegas a Movistar Team con máxima cobertura. - Gané en Australia, Vuelta a Andalucía y dos etapas en Castilla y León. Antes de viajar al Giro de Italia firmé por tres temporadas más. Mi recuerdo de esos primeros años es muy bueno. Me daban mucha confianza y eso me motivaba. La estructura es muy potente y noté un gran cambio a mejor. El equipo quería que disputara clásicas de pavés con Rojas e Imanol Erviti, aunque faltaba cultura. Se intentó el cambio, pero iba muy lento. Había tenido a Tafi como mentor y me enseñó mucho. Estar en las mismas condiciones que otros equipos es primordial en las clásicas. Tampoco se trabaja el sprint. Si llegan esas victorias perfecto, pero no es un objetivo. En las volatas debes tener lanzadores, trabajar la colocación, hacer entrenamientos simulando el tren y eso hace que tú confíes al máximo en las carreras. Movistar Team estaba más centrado en grandes vueltas. Hombre de equipo - En Movistar Team mutas poco a poco en hombre de equipo. ¿Eso influyó para que desistieras de esprintar? - Fue un cúmulo de circunstancias. Me voy haciendo mayor y freno más, no soy tan valiente. Hacer 5º o 6º para un velocista no es importante. Esos puestos se valoran en una etapa de montaña, pero un hombre rápido tiene que ganar. Desde 2012 no he sumado victorias, pero ya había conseguido nueve con Movistar, entre ellas dos etapas en el Giro de Italia y el Campeonato de España. - Vaya palmarés, compañero. Nairo Quintana quería a Ventoso cerca. - Cuando Nairo llegó al equipo le costó adaptarse y yo tenía buen rollo con él. En general he tenido buena relación con todos los compañeros. Arri y Eusebio me dicen que quieren que vaya con Nairo al Giro 2014 para protegerlo en las etapas llanas, evitando riesgos. Me di cuenta que podía hacer una buena labor. Alguna etapa me dieron permiso para esprintar y yo dije que no, que estaba allí para otra cosa. Nairo ganó el Giro y me sentí muy orgulloso de mi trabajo. Chico para todo. Velocista con 27 triunfos en su palmarés, hombre de equipo y capitán de ruta, tampoco desentonó en los adoquines. - Qué poco estamos hablando de Valverde. - Apenas coincidían nuestros calendarios, siempre teníamos carreras diferentes, pero ha sido el líder que más me ha impresionado. Después de su parón, llegar y ganar en el Down Under, sabiendo que allí los australianos llegan a tope, está al alcance de muy pocos. Se cuida mucho y siempre está fino. Poco hay que añadir; es muy bueno. - En 2017 cambias de aires. - El año anterior me dijeron que haría el Giro y no me llevaron. Había estado en Sierra Nevada preparándolo, trabajando duro. Después que iría al Tour, otro mes en altura y en el Campeonato de España de Cocentaina (acabó 8º) me comunican que tampoco voy. No es fácil trabajar y no poder sacar a relucir los esfuerzos hechos. Me quedé en plena forma y sin carreras. Entonces me aseguran que estaría en La Vuelta, que no me preocupe. Vuelvo a prepararme, participo en el Tour de l'Ain para coger ritmo y desde allí tenía que volar a la salida. Vi en las redes sociales que estaba convocado para otra carrera y que tampoco haría La Vuelta. La comunicación es fundamental en cualquier equipo. No me importaba no estar en ninguna de las tres grandes, pero contar las cosas a los ciclistas es fundamental y muy económico: no cuesta nada. - Era la hora, suiza, de mudarte. - Hablé con mi amigo y representante los últimos años, Manuel Quinziato. Le dije que me gustaría ir al BMC, donde él militaba, para convertirme en un hombre importante en clásicas. Greg Van Avermaet era un líder sólido para estas carreras y sabía que podía hacerle un buen trabajo. Con Jim Ochowicz, mánager del equipo, materializamos el fichaje. De estar agobiado y desmotivado a recuperar la ilusión. Me impresionó su forma de trabajar. Un día me llamó Jim para preocuparse por mí y por mi familia. Me quedé sorprendido; no quería hablar de entrenamiento o carreras, sólo preocuparse por Fran. - El equipo cambia de sponsor y vuelves al CCC. - Sí, ya había estado mi primer año de escuelas en el CCC (risas) Tenía claro que 2020 era mi última temporada profesional, mi entorno más cercano lo sabía. En septiembre le dije a Quinziato que no me buscara nada. Veía que me iba haciendo mayor para estar en la élite. Corrí muy poco por la pandemia y el equipo me pidió ir a La Vuelta porque no había ciclistas. No estaba para competir, pero me dijeron que saliera y fuera decidiendo día a día. Mi idea era terminar en Santander e ir andando a casa, tenía siete kilómetros. No lo conseguí porque caí enfermo en Sabiñánigo y tuve que retirarme. - Y ahora... - Tranquilidad durante un tiempo. Tengo proyectos en mente y disfrutar de una de mis pasiones, los rallies. Ya he hecho alguno y si corro la temporada que viene mi copiloto será Rubén Plaza. Participamos juntos en uno y le encantó. También quiero hacer MTB a ritmo muy lento (carcajada). La segunda en el Giro. Felline, Nizzolo, Caruso y hasta el propio Kristoff cedieron ante el cántabro en la empinada llegada a Frosinone. Cinco rápidas para Fran Una victoria: La de Qatar fue muy especial y en el Giro 2011 frente a Petacchi. Te llevas: La autodisciplina y la gestión de uno mismo. La bici: Mi vida desde los siete años. Seguiré pedaleando siempre. A un joven que te lee: No dejes de formarte y aprende una profesión. Si decides apostar por el ciclismo hazlo, pero siempre con un respaldo o un plan b. Tus padres: Fundamentales: María Blanca y Francisco. Les debo mucho; todo. Siempre han cuidado a su hijo por encima del deportista. Un equipo muy profesional La forma de trabajar de BMC/CCC "Pensaba que entendía un poco de clásicas de pavés, pero cuando llegué al equipo me enseñaron muchísimo -comienza Fran-. Tenían hasta diez coches de apoyo en carrera, tres personas con bidones, bicis y ruedas de repuesto en todos los tramos, antes, durante y después. No lo había vivido nunca. Cada corredor disponíamos de hasta tres bicis preparadas". Con Greg Van Avermaet no se podía dejar nada al azar. "Ese año venció casi todas las de pavés. Las grandes vueltas estaban en un segundo plano. Teníamos a Richie (Porte), pero las clásicas lo eran todo para ellos". Al belga le gustó su profesionalidad. "En la Roubaix que gana sufre una avería en el cambio y después se le afloja el manillar. Me pide que baje al coche a por una llave y le digo que no, que coja mi bici. Me comenta que no me quiere perder allí y le obligo a pararse para cambiar. Me tuve que poner firme (risas) Hay que tomar decisiones rápidas porque la televisión hace que otros equipos se den cuenta que vas a cola con problemas". Ventoso y sus compañeros metieron al belga en el grupo, que conquistó un éxito muy deseado en el velódromo. En BMC se cuidaba hasta el extremo la preparación de las cronos. "Nunca había tenido una cabra en casa. El equipo entendía que todos debíamos entrenar de vez en cuando sobre ella, aunque no fuera nuestra especialidad. Todos los compañeros son importantes. Saben que para ganar en ocasiones hay que sacrificar a algunos ciclistas por el camino, pero a estos se les da el mismo valor que al que cruza la meta primero. Todos suman... pero todos pueden también restar". Sudor y lágrimas Tondo, Malori y un corte polémico En la vida de cualquier persona existen los momentos difíciles, esos que siempre viajan contigo en la cabeza, en el corazón. El deportista no es inmune y los vive, siente y padece. "Enterarme del fallecimiento de Tondo fue muy duro. Estaba en casa y recibimos un mensaje en el grupo de Intxausti. No daba crédito a lo que leía". En el Giro no sabíamos si retirarnos o no, qué tristeza. "Al día siguiente viajamos para estar con su familia. Fue un cúmulo de circunstancias fatales, esas cosas que parecen increíbles". Fran sustituyó a Xavi en aquel Tour que el catalán tenía marcado. DEP. Tampoco olvida la caída de Malori. "Iba a su rueda. Hablamos para atacar, lo habíamos hecho en Suiza y casi nos sale. Tres kilómetros después de la conversación una zanja hace que nos caigamos". Fran se levanta, pero Malori se queda en el suelo. "No es fácil seguir sin escuchar nada por el pinganillo referente a su salud. En meta nos decían que estaba mal, pero no lo crees, te proteges. Hablamos con Lombardi (organizador de San Luis) para ir al hospital y nos preparó por el camino. Me impresionó, lloré". Tampoco ahora puede contener las lágrimas. Fran es fuerte, duro pero sensible, buen tipo. "Pudo volver a montarse en una bici y estuve allí, en su primera carrera". Donde es fácil caerse es en Roubaix. Aquel día, a Ventoso no le esperaba el suelo. "Hubo una montonera y terminé de frenar con el ciclista que tenía delante. No llegué a caerme. Me dispuse a arrancar y vi un corte en mi pierna. Me mareé, no sangraba mucho pero el aspecto era feo". Atendieron a Fran que se metió en la ambulancia. "Me corté con el disco del ciclista que me precedía. Tuve que demostrar mi verdad ante una comisión de la UCI. El ciclista me escribió un mensaje privado admitiendo que fue su disco y presenté ese mensaje como prueba". Se montó un gran revuelo sobre la utilización o no de los frenos de disco en carrera. Era el primer ciclista que sufría una herida por ese motivo. "Y encima me robaron el casco", concluye con una carcajada.

Fran Ventoso: la envidiable carrera de un veloz gregario

Me hace especial ilusión compartir con los lectores la conversación que mantuve con Fran tras anunciar su retirada. Fuimos compañeros de equipo y guardo una buena amistad con él.

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