Ibon Ruiz: "No esperábamos todo lo que nos pasó en La Vuelta; fue estratosférica"

En su primera Vuelta a España el vitoriano disfrutó de cerca el éxito de sus compañeros del Equipo Kern Pharma. Con cinco años en la categoría, se ve asentado y quiere seguir dando pasos adelante.

Ainara Hernando. Foto: Luis Ángel Gómez (Sprint Cycling Agency)

Ibon Ruiz en una imagen de esta temporada
Ibon Ruiz en una imagen de esta temporada

ASÍ EMPEZÓ TODO. Jugaba al fútbol en el colegio y mi primo competía en el C.C. Aranako. Mi tía me preguntó si me interesaba, probé, me sentía libre y me enganchó. Y así, desde los 8 o 9 años, hasta hoy. Siempre en ese club ciclista, de ahí al Lizarte hasta pasar con el Kern Pharma. Aunque desde el primer día se
me dio bien, me costó pegar el estirón y en cadetes de primer año sólo acabé una carrera. Lo combiné con la pelota a mano, pero prefería la bici a estar encerrado en un frontón. Era una bolita, ¡gordo, gordo! Lo mejor de las carreras era el choripán, el bollycao de después.

RIVAL DESDE PEQUEÑO DE LAZKANO. Y también amigos desde entonces. Él empezó en el Aranako y después cambió de equipo; tenía claro que la bici era lo suyo. Hubo una época que siempre me ganaba y me tocaba ir detrás y probar a vencerle. Ahora lo nuestro ya no es rivalidad porque él está a un nivel bastante superior al mío, sino sobre todo amistad. Entrenamos juntos a menudo y a veces salen las batallitas de entonces. Todo lo bueno que le pasa me alegra, porque además si gana es bueno para mí: el café va a estar pagado, incluso a veces una comida.

EL DÍA QUE SUPE QUE SERÍA PROFESIONAL FUE RARO. Era sub-23 de segundo año y en principio no iba a pasar. Llevaba dos temporadas buenas, pero me comunicaron que no había sitio y me vendría bien un año más en amateur. Estaba viendo la carrera de Amurrio cuando recibí un WhatsApp anunciándome que daba el salto con Kern Pharma, entonces en la categoría continental. Sentí una mezcla de emociones, alegría y extrañeza.

BELOKI, UN PADRE DEPORTIVO. Me llevó los entrenamientos en mi época sub-23 cuando hice la apuesta por ser ciclista. Desde que estoy en Kern Pharma mi entrenadora es Iosune Murillo, pero a Joseba le considero mi padre deportivo. No es mi mánager, aunque si tengo alguna duda o una noticia que contar, hablo primero con él. Un amigo de mucha confianza.

300 METROS. Los que me sobraron en la 2ª etapa de la Itzulia 2022 y pudieron cambiarme la vida. Fue frustrante porque tuve un día muy bueno. Acabó ganando Alaphilippe pero me vi vencedor porque a 500 metros miré para atrás y no tenía a nadie; 200 metros después estaban todos detrás. ¿Pero de dónde han salido?, pensé. No he vuelto a ver esa etapa; sé todo lo que sufrí y es una espina clavada. La gente me reconoció el esfuerzo y lucí un día el maillot de la montaña más el dorsal de la combatividad. No he vuelto a tener una jornada de tanto protagonismo; ha sido mi mejor día encima de la bici.

Ibon Ruiz

MÁS DÍAS MALOS QUE BUENOS. Eres ciclista para buscar ese día bueno que lo paga todo. En los malos tiras de orgullo para seguir adelante. El equipo me pide que me centre en el papel de gregario para que lleguen más victorias de nivel como las que hemos logrado en 2024. Hace cinco, casi seis años, que no gano. No lo he hecho en profesionales, pero disfruto con los compañeros como en La Vuelta. Piensas que ojalá hubieses sido tú, pero te alegras muchísimo.

ME SIENTO ASENTADO. Experiencia ya tengo, ¡y años de antigüedad! Las primeras carreras no se me dieron mal, pero la pandemia fue un paso atrás. Desde entonces he recuperado el tiempo perdido. Quiero seguir progresando. Si no es buscando opciones para mí, ayudando a mis compañeros. Me considero todoterreno; cuando tengo el día bueno subo como un escalador, cuento con algo de chispa y para hacer el trabajo de rodar me manejo bien. Me gusta ser amable y hacer grupo dentro del equipo.

SOY UN PRIVILEGIADO. Llevo cinco años como profesional y no todo el mundo está aquí. Los chavales vienen despuntando desde juveniles y hay que estar feliz de mantener tu sitio porque cada día es más complicado vivir de esto. Conoces gente, viajas a sitios increíbles y te da otro punto de vista para la vida. He compartido pelotón con Pogacar, Vingegaard, Evenepoel... una pasada. El que más me impresionó tener al lado fue Froome y también Valverde. Imponen y tenía miedo de tirarlos. Ahora cada vez son más cercanos.

NI EN LOS MEJORES SUEÑOS. No esperábamos todo lo que nos pasó en La Vuelta. Con la primera victoria nos podíamos haber ido a casa; con la segunda, cerrar la temporada; y con la tercera ya directamente jubilarnos. Fue estratosférica. Es de admirar lo que lograron mis compañeros. La más emocionante fue la primera, lloramos como niños. Nos dieron la noticia de la muerte de Manolo Azcona y Castrillo salió muy decidido. La segunda fue un espectáculo ver la fuerza con la que atacó. Y la de Berrade, en casa y saliendo de Vitoria. El día de por sí era increíble con tantos amigos en las carreteras; que luego ganase fue surrealista. Cuando pasamos durante la etapa por la Rioja Alavesa, dije a los compañeros que si alguno acababa entre los tres primeros pagaría una buena botella de vino. Tuve que hacerlo y con mucho gusto además.

COMPAÑERO DE HABITACIÓN DE CASTRILLO. He sido testigo directo del mes de su explosión. Podría compartir habitación con él toda la temporada, hemos entablado muy buena relación. Es un chaval de diez. Me sentí afortunado de tenerle tan cerca. Yo le vacilaba y nos hemos reído mucho. La noche del primer triunfo no conseguía dormir de la emoción.