Desde su primer Critérium del Dauphiné en 2006, Vincenzo Nibali ha regresado a la carrera francesa todos los años que no ha competido en el Giro de Italia. Acabó séptimo en 2014, el año en que ganó el Tour de Francia. En 2015 se aupó al liderato tras una etapa legendaria que terminó en Villard-de-Lans, antes de ceder el maillot de líder a Tejay van Garderen al día siguiente. Sin embargo, la estrella italiana del Bahrain Merida nunca ha ganado una etapa en sus cinco apariciones Critérium del Dauphiné.
A principios de mayo, él y sus compañeros del Bahrein-Mérida comenzaron el entrenamiento específico para la contrarreloj por equipos entre Pont-de-Vaux y Louhans del 6 de junio. Y también se ha preparado para un más que probable duelo en las montañas con rivales como Romain Bardet. Antes de abandonar las Islas Canarias tras una quincena de entrenamiento en altitud en el volcán del Teide, Vincenzo Nibali respondió brevemente algunas preguntas.
- Vincenzo Nibali, ¿qué hiciste durante el mes de mayo?
- He pasado las últimas dos semanas en el volcán del Teide para sentar las bases de mi entrenamiento de montaña para el Tour de Francia. Me dirijo a Italia antes de regresar, con ilusión, al Critérium del Dauphiné.
- ¿Por qué ha elegido regresar al Dauphiné después de una ausencia de dos años en los que ha competido en el Giro (ganador en 2016 y 2º en 2017)?
- Estoy convencido de que el Dauphiné es la carrera más adecuada para prepararse gradualmente para el Tour de Francia, que este año he convertido en mi principal objetivo. Recuerdo especialmente que siempre es una carrera difícil con mucha montaña y muy buenos ciclistas.
- ¿Vienes a ganar esta vez?
- Vengo con el objetivo de hacer una buena carrera, pero ganarla será muy difícil. Me gustaría obtener un buen resultado en algunas de las etapas, pero mi objetivo principal es prepararme para el Tour de Francia.
- ¿Qué importancia le das al reconocimiento de la etapa de La Rosière, que será final de la 11ª etapa del Tour?
- Es muy importante. En el ciclismo de hoy en día no hay que pasar nada por alto cuando nos preparamos para una carrera tan prestigiosa como el Tour de Francia. En abril, ya corrí sobre el pavés de Roubaix [que se pasará en la 9ª etapa del Tour]. Conocer el terreno proporciona una cierta ventaja.