Santiago Buitrago: "Me he preparado muy bien para el Giro de Italia"

ME INCULCARON EL CICLISMO DESDE PEQUEÑO. A Bogotá llegaban unas pocas revistas de cada edición de Ciclismo a Fondo. Me compraba todas las que podía y colgaba los pósters de Valverde o Cavendish en mi habitación. También veía a mi padre salir con sus amigos cada domingo y me encantaba escuchar sus historias de la bici. Cuando crecí un poco, mi tío convenció a mi padre para que me sacara a pedalear. Nos poníamos en ruta a las 5:00 de la mañana porque en Colombia se sale muy temprano. En Europa, en cambio, duermo hasta las 8:00. MI PAPÁ ME LLEVÓ A MI PRIMERA CARRERA ENGAÑADO. Tenía 12 años y, cuando salimos de casa, me dijo simplemente que íbamos a dar una vuelta con la bici. Cogimos el autobús y fuimos a un pueblo: ¡ahí me dijo que iba a correr! Yo vestía una pantaloneta, deportivas, sudadera... y los rivales, en cambio, iban superequipados. Aun así, me emocioné muchísimo, corrí con ganas y acabé 5º o 6º. Con el dinero del premio, fuimos a un centro comercial y compramos mis primeras zapatillas, sin pedales ni choclos -calas-. EL PRIMER DÍA QUE DESCOLGUÉ A PAPÁ. Al principio, él iba siempre más fuerte que yo. Me decía: "Sube este puerto a tu ritmo y cuando corone vuelvo a por ti". Yo me preguntaba si algún día llegaría a subir más rápido que él. Cuando comencé a competir, en un cumpleaños me regaló una bici de carretera, los pedales y los choclos. Al día siguiente, estrenando el material solté a mi padre tan pronto como empezamos a subir. ¡Ahora era yo quien se tenía que dar la vuelta en la cima para recogerle! Lo pienso y entiendo por qué mi padre me mira con tanto orgullo. Todavía no ha venido a Europa para verme competir; estoy deseando tenerle aquí. Quiero que toda mi familia me visite en julio. DESCUBRÍ EL CICLISMO EUROPEO EN ITALIA. Siendo sub-23, pasé una temporada en el Team Cinelli de la Toscana. Viví con una familia en Ferrada de Mocònesi, provincia de Liguria. Nunca había salido de Sudamérica y ellos me tendieron la mano. Me pasé el año de hospital en hospital, porque me caía un montón; y ellos, siempre pendientes y cordiales, se encargaban de llevarme a los médicos y a veces incluso me pagaban el fisio. Cada vez que corro en Italia tratan de ir a verme. Me decían que su sueño era verme correr el Giro y el año pasado una etapa pasó justo por delante de su casa... conmigo en el pelotón. QUERÍA ACABAR EN EL TOP 10 DEL GIRO'22. Llegué con muchísima ilusión, con altas expectativas... y en la primera etapa de alta montaña exploté. Perdí un montón de tiempo y pasé a meterme en las fugas. Así gané una etapa y, sin buscarlo, casi entré entre los diez primeros de la general. Cuando peté, la presión desapareció y me quité un peso que me permitió volar. ME HE PREPARADO MUY BIEN PARA EL GIRO DE ITALIA. Verme con los mejores al principio de la temporada en el Saudi Tour o la Ruta del Sol me motivó mucho. No obstante, sé que una carrera de tres semanas es una historia diferente. Me gustaría mejorar lo conseguido el año pasado: firmar un buen puesto y repetir triunfo de etapa. Me lo tomo con tranquilidad porque los líderes del equipo serán Gino Mäder y Jack Haig; yo parto con un rol muy libre. Quiero ir día a día, disfrutar al máximo y sacar todo mi potencial. Aunque soy consciente de que los rivales son muy buenos, puedo estar delante. CICLISTA DE GRANDES VUELTAS. Mi sueño y objetivo es disputar algún Tour de Francia, y cada año lo veo más cerca. Me gustan mucho las subidas de media hora porque son los puertos que más hago cuando entreno en Colombia. También se me dan muy bien los finales cortos y explosivos sin necesidad de entrenarlos demasiado. LOS JÓVENES COLOMBIANOS DEBERÍAN SABER QUE ESTO ES DURO. El ciclismo de mi país destacó en el Tour de Francia con Nairo y Rigo. De un momento a otro, empezamos a ganarlo todo. Pero eso cambió porque surgieron nuevos talentos de todo el mundo. Los colombianos de esta generación entrenamos lo mejor que podemos, pero no somos máquinas. Nos cuesta adaptarnos a Europa porque somos muy apegados a la familia y entre carrera y carrera no volvemos a casa, sino a un apartamento en el que vives solo o a un hotel. Hay que enseñar a los jóvenes en Colombia que la vida aquí es complicada y que por bueno que sea tu equipo el ciclismo nunca será tan fácil como lo ves en televisión. A VECES ME HE AGOBIADO EN ANDORRA. Cuando estoy en Europa, vivo aquí. En Colombia nuestra cultura es de salir con amigos, pasar mucho tiempo con la familia... y cuando llegas te estrellas con otra realidad. Vives solo; entrenas y ya está. Fue duro al principio. Me agobiaba en esta ciudad tan pequeña, rodeada de montañas, con tanto frío en invierno y tanto calor en verano. Le pedía al equipo que me llevara a correr a cualquier sitio, en casa me deprimía. Por suerte, cuidé de mi casa y de mi vida. Ahora tengo novia y amigos, muchos por la bici. Una persona me llevó a otra y ya siento Andorra como un hogar. COCINAR ME HA AYUDADO A SER FELIZ EN EUROPA. Disfruto mucho y me hace sentir en casa. Cuando me mudé aquí, fui al supermercado a comprar cubiertos, sartenes y comida. Las primeras semanas me pasaba el tiempo inventando y mezclando. Invito a amigos a cenar y cocinamos juntos. Me gusta, particularmente, la pasta. Mi asignatura pendiente es producir mi propia pasta.

Santiago Buitrago: "Me he preparado muy bien para el Giro de Italia"

Entrevistamos a este escarabajo de altos vuelos, señalado por Rigoberto Urán como estandarte de la nueva generación colombiana, mientras se preparaba el almuerzo justo después de entrenar, en vísperas del Tour de los Alpes.

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