Foto: Tim de Waele
"Me siento más fuerte que nunca. Mentalmente, como en los años 98 y 99". Lo dice Él. En mayúsculas. El Boss. El jefe. Escueto. Como siempre. Pero claro. Como nunca. La página web de su equipo, el Astana reza una sola frase. Lance Armstrong anuncia su participación en el Tour de Francia 2009. Demoledora. Apenas tres meses, los que han transcurrido desde que anunciara su retorno a la alta competición, ha tardado el norteamericano en confirmar su intención de correr la carrera que le subió a lo más alto del mundo del ciclismo.
Esas son sus intenciones. Poco tardarán en volverse tormentosas. Cuando choquen con las de ASO, que ya ha manifestado en reiteradas ocasiones su deseo de que el ciclo de Armstrong no vuelva. El heptacampeón del Tour de Francia parece tener claro que su rol será el de "trabajar para el mejor corredor". Escueto. Y ya no tan claro. Porque, en teoría, sus pedaladas, sus sacrificios serían para Alberto Contador. "Todos queremos vencer, pero el ciclismo es un deporte de equipo". Se torna confuso.
"Luego de haber estado fuera de la competición por tres o cuatro años, es tonto pensar que puedo retomar el paso que llevaba". Aún así, sigue su paso firme. Sin dudas. No ha dejado de entrenar. "Cómo va a resultar eso en la carrera, lo veremos". Otra vez demoledor. Y todavía no ha empezado