Finalmente Mikel Landa concluyó segundo en la general final de la Vuelta al País Vasco, su primer podio en la Itzulia frente al tercero (todos ellos terceras plazas) que concretó su paisano Ion Izagirre (Bahrein-Merida). “Ha sido una semana entretenida, hasta el último día hemos tenido posibilidades. La pena ha sido no poder ganar esta última etapa”, indica el alavés.
Para el corredor del Movistar la fortaleza de Roglic ha sido incuestionable: “Nos ha ido comiendo terreno todos los días y en la crono nos pasó a todos por encima. Hoy, tras la caída, y después de que llegase, nos hemos olvidado un poco de la general y hemos querido ir a por la etapa”. La montonera que afectó al líder llegó en un momento en el que la carrera iba lanzadísima, con muchos intentos buscando la fuga pero sin ningún equipo tirando para aprovecharse de esa circunstancia: “En ese inicio no estábamos muy pendientes de la caída de Roglic porque bastante teníamos con seguir la cabeza de carrera, ya que no había nadie que controlase y los ataques eran continuos. No sabíamos si iba a volver a entrar, pero cuando vimos que estaba la cosa se tranquilizó en el grupo”.
Sobre su cohabitación con Nairo Quintana, Landa fue concreto: “Somos compañeros de equipo, con perfiles muy parecidos y mientras corramos así podemos ser una pareja muy peligrosa para los demás”.
“Estoy muy contento con la actitud del equipo y con el nivel de todos mis compañeros. En un recorrido que no me venía del todo bien he conseguido quedar segundo y pelear hasta el último día, así que debo sentirme satisfecho. Ahora voy a las clásicas de las Ardenas, seguramente Flecha y Lieja; será bonito disfrutar de aquellas carreras y apoyar a un Valverde que llegará seguro fenomenal. Tras esas pruebas tocará descansar un poquito", concluye.