La tregua concedida por la meteorología había sido sólo cosa de veinticuatro horas y el mal tiempo arreció en la cuarta jornada del Xacobeo Galicia en su recorrido por el Camino de Santiago. Cuando los ciclistas del equipo profesional gallego se aprestaban a salir, caía aguanieve en Burgos y el viento y la lluvia acompañaron durante la mayor parte de la jornada, con temperaturas entre los cero y los cinco grados centígrados, en un recorrido de 82 kilómetros entre la ciudad del Cid y Carrión de los Condes en Palencia.
En estas condiciones meteorológicas tan adversas fueron baja, por precaución, varios corredores para la etapa, además de Delio Fernández y Serafín Martínez, que andan con problemas en las rodillas. El primero es posible que vuelva a subirse a la bicicleta tan pronto como el tiempo mejore. Serafín Martínez tiene una fuerte inflamación en una rodilla a consecuencia de una caída en la primera etapa. Otros corredores con leves síntomas de resfriado han considerado oportuno, en asesoramiento con los técnicos, no exponerse al mal tiempo.
Un grupo de diez, acompañados por Jesús Blanco Villar, tomaron la salida, no sin antes protegerse concienzudamente. A grandes males, grandes remedios. Los corredores decididos a cubrir el recorrido de la cuarta etapa se aprovisionaron en un establecimiento próximo a la catedral de Burgos de llamativos trajes de aguas más propios de pescadores que de ciclistas; pero había que cubrir la etapa con los menores riesgos posibles para la salud.
Cuando se llevaban cubiertos unos quince kilómetros, el grupo se dividió en otros dos. Uno decidió proseguir por la carretera, debido al mucho barro acumulado en el camino, y otro se mantuvo fiel al recorrido tradicional, para alcanzar ambos sin mayores contratiempos la localidad de Carrión de los Condes.
Las inclemencias del tiempo no lograron quitar un ápice de belleza al trayecto, cargado de tanta historia como aún son capaces de transmitir, sin excepción, los numerosos pueblos esparcidos a lo largo del itinerario. Los ciclistas con espíritu más aventurero, a pesar de las incomodidades y de la dureza, se sintieron muy reconfortados con la jornada. Los 71 kilómetros no serán la mayor dificultad de la quinta etapa, entre Carrión de los Condes y Mansilla de las Mulas, sino las bajas temperaturas que las previsiones anuncian una jornada más.
