Colbrelli le da a Italia el 4º entorchado europeo consecutivo, tras batir a Evenepoel en Trento

El transalpino supo aguantar el tremendo ritmo del belga en la última ascensión al Povo, para batirle con superioridad al sprint. Tercera plaza para un gran Benoit Cosnefroy (Francia), tras una carrera rápida, vibrante y con muchas alternativas desde el inicio.

Víctor Marcos. Fotos: Dario Belingheri/Bettini Photo

Sonny Colbrelli
Sonny Colbrelli

No acostumbra el Campeonato de Europa a brindarnos grandes carreras a lo largo de su breve historia. Pero la de hoy sí que ha merecido la pena. Por el recorrido, por la batalla planteada desde el inicio, y por la resolución final. Una resolución que ha llevado a Sonny Colbrelli a conseguir el cuarto título continental consecutivo para Italia, tras un emocionante duelo con Remco Evenepoel, que ha tenido que conformarse con la segunda posición, tras no poder descolgar al italiano en la última ascensión al Povo y verse batido al sprint por un corredor que se encuentra, esta temporada, en estado de gracia, y al que habrá que seguir muy de cerca en los próximos mundiales.

Tercero ha sido un bravo Benoit Cosnefroy, que refrendaba la buena actuación de los franceses a lo largo del día. El galo, junto a Colbrelli, fue el único que soportó la embestida de Evenepoel en la penúltima ascensión, a menos de 30 km del final, y donde se dejaron buena parte de sus opciones los Pogacar, Hirschi, Sivakov o Trentin. Ya en la última subida, el ritmo del belga asfixiaba a Cosnefroy, dejando la victoria en un mano a mano entre Colbrelli y Evenepoel que, finalmente, se resolvió a favor del corredor del Bahrain-Victorious.

En cuanto a la selección de Pascual Momparler, pobre bagaje el obtenido. España comenzó valiente la carrera, con Soto, Adriá, Landa, De la Cruz y Gorka Izagirre metiéndose en cortes delanteros, pero le faltaron piernas cuando las cosas se pusieron serias. De hecho, el ciclista catalán del Kern-Pharma, Roger Adriá, fue el único que finalizó la prueba, en 29ª posición.. de 31 ciclistas que lograron acabar una jornada muy exigente.

 

 

Sin tiempo para la especulación, durante los primeros kilómetros de carrera de los 180 totales se formaba una fuga de cuatro con los franceses Paret-Peintre y Bonnamour, el belga Vanhoucke y el español Soto, que lograban una escasa ventaja sobre el pelotón de unos 20 segundos. Lo que muy pocos esperaban era la ofensiva española desarrollada durante los kilómetros siguientes, en el ascenso a Vigo Cavedine: Adriá, De la Cruz, Gorka Izagirre y Landa saltaban desde atrás, buscando enlazar con la fuga, y arrastrando a un buen número de ciclistas de otras selecciones como Pinot, Bagioli, Grossscharnter, Rapp o Reichenbach

Con semejante arsenal, el grupo cabecero hacía camino, ampliando rapidamente su ventaja por encima del minuto, mientas en el pelotón unas descolacadas Italia y Bélgica no sabían muy bien como actuar, a pesar de haber metidos sendos corredores en la fuga. La estrategia española, al menos inicialmente, era de admirar.

Sin embargo, Portugal, viendo que se le escapaba el tren, ponía a Nelson Oliveira a tirar del pelotón para controlar las diferencias, y la renta del grupo cabecero comenzaba a disminuir. En cualquier caso, el desgaste estaba siendo tremendo para todos, por delante y por detrás, todavía con 125 km por recorrer. Soto, vacío tras realizar su trabajo en la parte inicial, se descolgaba y era neutralizado por un pelotón donde Portugal seguía trabajando con todos sus efectivos al frente. Por delante, Mikel Landa se empleaba a fondo, en colaboración con los franceses, para mantener la diferencia, de apenas 30 segundos.

 

 

El ritmo de Portugal pasaba factura en el pelotón, ya muy reducido, provocando el sufrimiento de corredores como Gino Mäder, Peter Sagan, Dylan Teuns, Bauke Mollema o el propio Iván García-Cortina, una de las bazas españolas, a priori, en el día de hoy.

Poco antes de coronar la ascensión a Candriai, la carrera volvía a explotar por los aires con el ataque de Bardet en el pelotón, respondido por Evenepoel, Moscon y Sivakov. Un movimiento que cerraría el grupo y al que poco después le daría continuidad otro francés, Warren Barguil, que comenzaba el descenso muy cerca de los escapados, donde aguantaban De la Cruz y Gorka Izagirre.

Un descenso rápido y técnico donde Matteo Trentin se lanzaba con su habilidad habitual desde el pelotón para enlazar con el grupo delantero. Otro gran bajador, Marc Hirschi, llegaba hasta puestos de privilegio, mientras el pelotón se enfilaba y se rompía en mil pedazos.

Ya entrando por vez primera en el circuito de Trento, Evenepoel, Ulissi, Pogacar, Colbrelli y Campenaerts se sumaban al numeroso pelotón de cabeza, donde Mikel Landa y Roger Adriá volvían a entrar. Por detrás, los Mohoric, Padun, Mollema y compañía luchaban por no perder opciones y recuperar metros. Lo lograrían en la primera ascensión al Povo, donde Diego Ulissi marcaba el ritmo para Italia, con 100 km por delante.

Hirschi, Sivakov y Pogacar.
Hirschi, Sivakov y Pogacar.

Un activo Oliveira se marchaba en cabeza con Barguil, arrastrando al alemán Rapp, al belga Dewulf y al español Adriá, pero el ritmo impuesto en el pelotón por un recuperado Filippo Ganna apenas les permitía hacer camino. Ulissi le daba continuidad al gran ritmo de su compañero, en la segunda subida a Povo, llevándose consigo a Campenaerts, y volviendo a enloquecer la carrera.

Los movimientos de Pogacar y Hirschi, afianzados por Mohoric, ojo, a 80 km de meta, acababan con la breve historia de la fuga, y la calma -tensa- volvía al seno de la carrera, que avanzaba a un ritmo endiablado. Campenaerts marcaba entonces el tempo para Bélgica en una nueva ascensión al Povo, donde Romain Bardet volvía a probar fortuna en solitario, sin éxito. En el pelotón principal, solo Gorka Izagirre y Roger Adriá permanecían como representantes españoles.

Mohoric ponía velocidad en el descenso, provocando la reacción de Trentin, Campenaerts, Moscon, Pogacar, Evenepoel, Padun, Hirschi, Colbrelli, Cosnefroy, Sivakov y el noruego Hoelgaard. Un auténtico 'grupazo' que se iría seleccionando con el paso de los kilómetros y las ascensiones al Povo, con idas y venidas entre grupos perseguidores, dejando en cabeza solo a Sivakov, Hoelgaard, Evenepoel, Colbrelli, Trentin, Pogacar, Hirschi, Cosnefroy y Hermans, falta de 40 km para el final.

A unos 50'', un grupo perseguidor integrado por Mollema, Bardet, Almeida, Gesckhe, Dewulf y Campenaerts luchaba por mantener sus opciones. El resto del pelotón, españoles incluidos, a casi tres minutos, perdían ya cualquier oportunidad de meterse en carrera. Una carrera que, por fin, parecía esclarecerse de cara al tramo final.

El tremendo trabajo de Hermans en el grupo cabecero, en favor del favorito Evenepoel, elevaba la diferencia hasta los 1'40'', a falta de 30 km, respecto al grupo perseguidor. Los belgas tenían que ir pensando en cómo eliminar a hombres rápidos como Colbrelli y Trentin. Ciclistas que, en el caso de llegar en grupo, iban a vender muy cara su derrota.

Sivakov sería el primero en intentarlo en la penúltima subida al Povo. Colbrelli respondía y Evenepoel, como era previsible, aprovechaba para contraatacar con un fortísimo ataque, llevándose a rueda a un gran Cosnefroy y al correoso italiano. Pogacar quedaba cortado junto a Hirschi y Sivakov. El belga, consciente del daño causado, pedía relevo para ahondar en la herida, pero italiano y francés se lo negaban. Pero él, a lo suyo, seguía pedaleando con rabia y abriendo hueco respecto al terceto perseguidor, camino del penúltimo paso por meta.

Hoelgaard, Trentin y Hermans llegaban al grupo de Pogacar, donde el esloveno asumía la responsabilidad de tirar junto a Hirschi. Por delante, Evenepoel tensaba a sus rivales en cada relevo, ahora sí, con un ritmo brutal, ampliando la renta hasta los 30'', con solo 15 km para la conclusión.

Evenepoel tensó al italiano al máximo en la última subida al Povo
Evenepoel tensó al italiano al máximo en la última subida al Povo

Llegaba el momento de la verdad, el último ascenso al Povo, donde Evenepoel debía deshacerse de, al menos, Colbrelli, para ampliar sus posibilidades de éxito. De momento, nada más comenzar la subida, Cosnefroy reventaba, asfixiado por el ritmo del belga. El italiano, de momento, permanecía soldado a la rueda del joven prodigio, empecinado en reventar a su último rival. Pero Colbrelli lograba coronar a rueda de Evenepoel, a falta de 9 km para el final, y ya con un minuto de ventaja sobre sus perseguidores: la medalla de oro se iba a disputar al sprint... y las opciones del italiano iban creciendo a pasos agigantados.

El juego de las miradas, los desarrollos y los engaños comenzaba tras pasar bajo la 'flamme rouge'. Evenepoel en cabeza y Colbrelli a rueda, confirmando que Cosnefroy no iba a poder llegar. Esto era cosa de dos. Colbrelli arrancaba antes de la última curva, arriesgando en la trazada, y lanzando un sprint larguísimo, ante el cual Remco no tenía nada que hacer. El belga se derrumbaba, exhausto y cabreado, nada más pasar la línea de meta. Y es que, uno de los ciclistas más en forma de la temporada, Sonny Colbrelli, le había arrebatado una importantísima victoria. 

Tercero llegaba en solitario Benoit Cosnefroy, a 1'30'', tras una grandísima carrera. Y cuarto, dando tiempo al grupo perseguidor, a 1'44'', un exultante Matteo Trentin, celebrando la victoria italiana. La cuarta consecutiva en los Europeos de ciclismo.

 


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