Domenico Cavallo, un italiano al volante del Euskaltel

El que fuera director de los Galdeano en el Seguros Vitalicio se ha convertido en segundo del conjunto vasco en el Giro de Italia

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Domenico Cavallo, un italiano al volante del Euskaltel
Domenico Cavallo, un italiano al volante del Euskaltel

A Domenico Cavallo la vida, el destino le envió una señal de esas que se deben atrapar al vuelo, amarrarlas con fuerza porque no regresan, pasan fugaces y luego, poco tiempo después, echar la vista atrás es sinónimo de arrepentimiento  tristeza. De lágrimas generalmente. Cavallo era el director del Telekom en el año 2002. Llevaba dos años dando órdenes a Jan Ullrich cuando el alemán empezaba a tontear con la mala vida de las anfetaminas, el éxtasis y el alcohol. Estaba cansado de hacer la maleta, de estar lejos de casa, de ver a Martina, su hija, una vez cada dos meses y decidió parar. "Quería verla crecer". Lo dejó todo por Martina, para no perderse su adolescencia y acertó. Fueron los seis últimos años de vida de Martina, que inhaló monóxido de carbono y murió nada más cumplir la mayoría de edad. "Fue una señal que me mandó el destino", evoca Cavallo al cielo, con las gafas puestas disimula el dolor que aún siente y que ni con cristales puede esconder. Emoción.

La herida no cerrará nunca. No hay nada, dicen, como ver a un hijo morir, pero Cavallo esta preparado para volver al ciclismo. A los coches. Desde ellos dirigió a los hermanos Galdeano en el Seguros Vitalicio, y a Freire, y a Álvaro Pino. Junto al que fuera director del Xacobeo hasta la pasada temporada Cavallo fue recibido Cavallo por el papa Juan Pablo II. Los dos, italiano y gallego con una mata de pelo sobre la cabeza. Eran otros tiempos. Aún conserva la fotografía el técnico transalpino, visiblemente esquilmada por el tiempo, amarillenta. De aquella época se llevó un lazo irrompible para toda la vida con Álvaro González de Galdeano, "fue el ciclista con el que más he conectado, junto con Freire". Los hermanos alaveses lo llamaron el invierno pasado, cuando decidieron correr el Giro de Italia. Precisaban de un técnico de la tierra que sirviera de guía, para la carera y hoteles, para la carretera y los consejos.

Hambre de ganar
Cavallo se sintió con fuerzas, se aferró al cielo, a Martina. "A ella le gustaba que me dedicara a esto  y me ha dado la ilusión para retomarlo", para seguir con la vida. Cavallo es el conductor del segundo coche del Euskaltel-Euskadi en el Giro de Italia, y ya fue director del cuadro vasco en Tirreno-Adriático y Romandía, donde fue testigo de primera fila del éxito de Jonathan Castroviejo en la crono de apertura. En el Giro, dice Cavallo, "Álvaro es el que manda y yo le sigo". Ríe. "Les doy consejos, ayudo en todo lo que puedo". Los ojos del Euskaltel-Euskadi en el Giro de Italia.

La vista que precede a los pasos de Igor Anton es Domenico Cavallo. El es quién le especificará en los próximos días de montaña cómo son los puertos, su dureza. És él quien, como profesor, sentará a Anton en el pupitre frente a la pizarra para visionarle entre esquemas a los rivales y los mapas de Italia en busca de alzar los brazos. "Igor plasma la verdadera ilusión de éste equipo por el Giro", afirma. "Tenemos que dejar que pase esta primera semana para coger más hambre en la última". Los tiene a dieta Cavallo. Así, a la legada d ellos Alpes saldrá el Euskaltel como quiere. Con gula de ganar.