Fotos Volta a Catalunya:Malacarne ya no llevará más bidones

El italiano culminó con éxito una larga fuga para estrenar su casillero de victorias como profesional en una etapa en la que Luis León Sánchez buscó sorprender a Joaquim Rodríguez, pero la alianza entre el líder y Xavi Tondo provocó que el murciano solo les restara tres segundos

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Fotos Volta a Catalunya:Malacarne ya no llevará más bidones

Define Davide Malacarne su profesión de forma resumida. "Llevar bidones", sintetiza. Aún no se siente ciclista. No es para menos, con 22 años en un carnet forjado sobre las ruedas gordas y el barro del ciclocross. El duro invierno y la tierra blanda le vio vestirse con el maillot arco-iris en categoría junior y alzarse también con la victoria en la Copa</personname /> del Mundo de ciclocross. Un niño entonces. Aventurero del barro, se decía. Nada de ciclista. No se veía así hasta que hace dos años cambió el suelo blando por la brea. Las cámaras gruesas por las finas. Amplió entonces su horizonte, a la carretera, hasta Bélgica, cuna del Quick Step que le reclutó para su equipo profesional en el 2009 para compartir equipo con los Tom Boonen, Stijn Devolder o Sylvain Chavanel. Estrellas sedientas para las que llenaba su maillot con botellines. Del coche de equipo hasta el pelotón para repartirlos. Así se gana la vida. Gregario segundón hasta posarse en Ascó, punto de partida de la quinta etapa. Entonces decidió que no quería repartir más botellines. Que no quería refrigerar su espalda con el agua fría desde la larga fila de coches hasta las posiciones de sus líderes. Golpe sobre la mesa a base de exhibición y victoria a base de fuerza. Digna de cambiar de galón.

 

Cuatro escapados

Lo describe Malacarne su trabajo de forma sencilla aunque un tanto frustrante: "Lo mío es pasar miseria, tener mucha fatiga y sufrir". Es lo primero que se le viene a la cabeza cuando cumple su segundo año como profesional y con un Giro de Italia en las piernas. Reventado dice que llega siempre a meta. A Cabacés también se acercó así, fatigado pero explosivo. Funesto. Molido pero vibrante. "Éstas son las etapas que me gustan, las duras y exigentes, las que tienen pocos sitios en los que recuperar por carreteras muy difíciles, con descensos técnicos y que hacen una selección muy rápida". Tenía la quinta etapa de la Volta</personname /> a Catalunya todos los ingredientes para que Malacarne acabara siendo el gourmet más exitoso del día. Cocinero. Nada de aguador ya. Pronto se provocó la selección en el pelotón con el adelanto de Gustavo César Veloso, Sergio de Lis, Javier Ramírez Abeja y el propio Malacarne. En pleno ascenso al Coll de Grau, una tachuela de segunda categoría por sus más de ocho kilómetros pero sin apenas dureza, los cuatro fugados cruzaron la pancarta del premio de montaña con más de ocho minutos de ventaja sobre un pelotón en el que el Katusha remaba tranquilizando la guerra que se apostillaba en las filas del Caisse d'epargne para derrocar a Joaquim Rodríguez del liderato.

 

Cerraron filas los escoltas de Joaquim Rodríguez. A pasar un día más sin complicaciones. La parsimonia permitió al cuarteto cabecero sumar diez minutos de ventaja a los pies del Alto de la Figuera</personname />, el último de los cuatro puertos que la carrera debía superar. Terreno difícil. Apto para que Malacarne escondiera los bidones para avituallar en plena carrera a sus líderes. Con dos le bastaba esta vez. Solo para él. Para su exhibición. El explosivo final de Cabacés, con 500 metros</metricconverter /> que escocían a las piernas era un caramelo que muchos querían saborear. Entre tantos, se asomó el Liquigas de Basso y Kreuziger, a ritmo de crucero, para reducir en apenas diez kilómetros más de cinco minutos la renta de los escapados. Tembló entonces Malacarne, "si me cogen, tengo que volver a dar bidones". Ni pensarlo. Se tambaleó también Gustavo César Veloso, que pinchó antes de comenzar el último ascenso. Calentón el del gallego para reincorporarse a la cabeza. Para reengancharse a la opción del triunfo.

 

Ataque de Luisle

"Cuando el Liquigas y el Caisse d'epargne se pusieron a tirar me entró mucho miedo", confesaba Malacarne. Veía los botellines acercarse. Sentía el goteo del agua sobrante cayendo por la espalda. No. Ni pensarlo. "por eso me he marchado solo". No quedaba más opción. Veloso intentó coger la rueda del italiano, pero "tenía las piernas ya...", decía el del Xacobeo en meta, alejando la distancia de sus dos manos. Hinchadas. "Me intentaron seguir el resto de compañeros pero nos faltaron fuerzas a todos", se lamentó. Imposible ya darle caza. "Era el más fuerte, no hemos podido hacer nada", se apenaba Javier Ramírez Abeja. "Les agradezco que me hayan visto así, pero en unas fuga tan larga nunca sabes lo que va a pasar, el momento de crisis puede venirte en cualquier momento", añadía Malacarne. El ímpetu y las ansias de dejar de llevar bidones alejaron el cisma.

 

Agujero negro ése que temía el joven italiano que a punto estuvo de engullir a Joaquim Rodríguez. "He sufrido", certificaba, con los pies ya en el suelo, lejos de los pedales. En el descenso de la Figuera</personname />, 'Purito' posó sus ojos en el calzado amarillo chillón de Luis León Sánchez. "Lo tenía vigilado pero ha arrancado en un momento muy bueno". Tanto, que pronto se alejó en veinte segundos del líder y de Xavier Tondo. "Nos ha pillado desprevenidos pero entre los dos hemos sabido superar esa crisis. Tondo ha sabido cerrar muy bien los huecos y menos mal". Menos mal, "porque dejar a Luisle 20 segundos es un suicidio". Alianza catalana para destronar al extranjero murciano. "Xavi -Tondo- y yo somos amigos, pero la carrera es la carrera", deja claro Quim. La Volta</personname /> los tiene a los dos peleados en diez segundos, "pero, si no la gano yo, prefiero que sea Tondo y él, si no la gana, prefiere que la victoria sea para mí". Concesiones.

 

Con la ayuda de Tondo y la inestimable de sus compañeros del Katusha, "vital", según el líder, "han estado de chapeau, porque hasta el final Horrach y Karpets me han arropado", Joaquim Rodríguez ató a Luisle en solo dos segundos de diferencia, los que consiguió de premio, escaso, el murciano. "Es insignificante", opina 'Purito', pero "aún queda carrera, se puede decir que he dado un paso importante para ganarla, pero no está hecho todavía", avisa. Miedo en el cuerpo blanco del líder. Se lo ha metido el murciano en Cabacés, el pueblo escarpado y de difícil terreno para galopar. Bastaba con un par de botellines para refrigerarse, como le sucedió a Malacarne. A base de derroches de espectáculo pide a gritos y lágrimas, las que derramó en meta, incontenible la emoción, que ya no quiere llevar más bidones.

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