La Dirty Kanza, una de las carreras gravel pioneras y probablemente la más famosa del mundo, estaba previsto que celebrase este año su decimoquinta edición el último fin de semana de mayo. Sin embargo, al igual que otros muchos eventos, la situación generada por la pandemia del coronavirus ha obligado a que su celebración se posponga hasta septiembre, concretamente entre los días 10 y 13.
La organización propuso para este fin de semana que los aficionados completasen su particular DIY Dirty Kanza (Do It Yourself -haz tu propia- Dirty Kanza) en un evento virtual bautizado como Dirty Kanza- Ad Astra Edition!, en el que también se organizaron rutas en la apliación Zwift e incluso la exposición virtual de los productos de las marcas que apoyan al evento.
En paralelo, a comienzos de mayo, Laurens ten Dam, que iba a debutar este año en la carrera después de dejar el ciclismo profesional, lanzó en su cuenta de Twitter el reto de completar el mismo día en el que estaba previsto la carrera una ruta de 100 millas (160 km) o 200 millas (320 km), la misma distancia que la versión más larga de la Dirty Kanza.
Las reglas eran sencillas: comenzar a las 6 de la mañana, que la ruta incluyese los máximos de segmentos de gravel posibles, ser completamente autosuficiente, hacer un máximo de dos paradas de avituallamiento... y tomarse una cerveza al terminar. Incluso propuso diferentes recorridos en Bélgica y Holanda para aquellos que se animasen a intentarlo. La iniciativa atrajo a 650 ciclistas de todo el mundo, entre ellos profesionales o exprofesionales como Van Aert, Gesink, Stetina o Leipheimer, además del propio ten Dam.
Laurens ten Dam y Niki Terpstra, mejor en compañía
El impulsor de la idea se buscó una buena grupeta con Niki Terpstra, Thijs Al e Ivar Slik, que lo hizo en bici de montaña, para afrontar el reto, que le llevó en total casi 13 horas y media -11 horas y 45 de pedaleo- con una velocidad media de más de 27 km/h. Ten Dam, Terpstra y Silk comenzaron y concluyeron en Aalknar, al norte de los Países Bajos, y llegaron casi hasta Utrecht en un trazado mayoritariamente llano en el que no llegaron a los 1.000 metros de desnivel acumulado.
Niki Terpstra empleó para completar la ruta una Wilier Jena, mientras que Laurens ten Dam utilizó la Specialized Diverge 2021 que os presentamos hace unas semanas.
Wout Van Aert, el más rápido
Van Aert, que correrá la Strade Bianche y la Milán-San Remo antes de participar en el Tour de Francia, comenzó su ruta en su localidad natal, Herentals, y después se encontró con su compañero en el Lotto-Jumbo Maarten Wynants y con el especialista en ciclocross Daan Soete. En su ruta por el norte de Bélgica tampoco acumuló mucho desnivel -apenas 560 metros-, pero sí mantuvo una velocidad de crucero bastante alta, terminando con una media superior a los 28,5 km/h.
Según explicó al periódico Het Laatste Nieuws, Van Aert, cuatro veces campeón del mundo de ciclocross antes de dar el salto a la bici de carretera, estuvo varios días trazando la ruta, aunque después tuvieron varias confusiones que les retrasaron. De cualquier manera, anunció que quiere participar en la Dirty Kanza original.
Robert Gesink, un rutón por Girona
En nuestro país, el participante más ilustre ha sido Robert Gesink, que recorrió una ruta de 324 km con su excompañero Dennis van Winden por los alrededores de Girona. El neerlandés partió a las 6 de la mañana desde la capital en dirección a Olot e hizo varios bucles pasando por localidades como Banyoles, Palamós o La Bisbal de Empordá antes de regresar a Girona. Fue la ruta más dura entre los pros de carretera, ya que acumuló más de 3.200 metros de desnivel durante la salida.
Peter Stetina y Levi Leipheimer, juntos al desierto
Peter Stetina, que dejó el ciclismo de carretera a finales del año pasado para pasarse al gravel, ideó un recorrido de 200 millas desde el Lago Tahoe hasta el desierto de Black Rock en el que tuvo un compañero muy especial: Levi Leipheimer, segundo clasificado en la Vuelta a España de 2008.
Stetina lo resumió así en su cuenta de Instagram: "Esta fue una de esas aventuras en la que te das cuenta de lo vulnerable que eres sin los demás. Te hace respetar lo pequeño y débil que eres frente a la inmensidad de la naturaleza". Según Leipheimer es una aventura que nunca olvidará, aunque anunció que ya está pensando en preparar algo para pedalear juntos de nuevo.