Nubes negras se ciernen en torno a Alberto Contador. La Unión Ciclista Internacional, que hasta ahora apenas se había pronunciado y, lo poco que lo había hecho era para dar pequeñas pinceladas de apoyo al ciclista ha pedido una sanción contra el madrileño. La UCI, a través de la Federación Española de Ciclismo, va a abrir un procedimiento disciplinario contra el corredor para dilucidar cómo llegó el clembuterol hasta la sangre de Contador, es decir, la RFE será la encarga de investigar al detalle si la versión del solomillo comprado en Irún e ingerido en el segundo día de descanso del Tour de Francia es cierta.
"El clembuterol es positivo aunque sea poco, pero queremos saber cómo esa pequeña cantidad llegó ahí. El ciclista dice que fue por una contaminación alimentaria, es una posibilidad, pero tenemos que estudiar si es buena", precisó Pat McQuaid, presidente de la Unión Ciclista Internacional hace varias semanas. "Una cantidad tan pequeña complica los estudios", admitió. En cualquier caso, es la Federación Española la encarga ahora de dilucidarlo y ponerle fin a esta historia, un final que cada día que pasa, como escenas que van avanzando en una película, parece tener más claro que su desenlace no será precisamente feliz.
Contador se enfrenta a un posible castigo que le llevaría a estar dos meses sancionado y apartado de la competición, el castigo que el Código Mundial Antidopaje recoge en su reglamento para aquellos deportistas a los que se le detecte clembuterol en su orina o sangre. Con ella iría también añadida la retirada de su victoria en el pasado Tour de Francia, carrera en la que fue controlado positivo. La RFEC es quien tiene la sartén por el mango.