El belga Wout Van Aert (Jumbo-Visma) ganó con autoridad este sábado la decimocuarta edición de la Strade Bianche, con salida y llegada en la ciudad italiana de Siena y con un recorrido de 184 kilómetros, 63 de ellos en pistas de tierra.
Van Aert se coronó en la primera clásica de la temporada al acabar en 4 horas, 58 minutos y 56 segundos, por delante del italiano Davide Formolo (UAE Emirates) y del alemán Maximilian Schachmann (Bora Hansgrohe).
Tras acabar tercero en las últimas dos ediciones, Van Aert eligió el momento correcto para atacar, en el sector de Le Tolfe, a menos de quince kilómetros para el final, y cruzó la línea de meta en solitario para sellar su primer triunfo en la clásica italiana.
La de este sábado fue una prueba inédita, tras tantos meses de inactividad y con condiciones climáticas extremas. La carrera empezó a las 13.45 h bajo más de 37 grados y los corredores se enfrentaron a un recorrido de máxima exigencia. Si en marzo, cuando se disputa habitualmente esta carrera, se solía ver a los ciclistas luchar contra frío y lluvia, este año el calor fue el enemigo. Los organizadores colocaron a colaboradores en varias zonas del recorrido para repartir agua a los ciclistas y ayudarles a mantenerse hidratados.
Buena prueba de la dureza del día de hoy es que solo acabaron la carrera 42 corredores y 8 más llegaron fuera del control de tiempo establecido por la organización. Además del gran número de caídas, que afectaron a favoritos tales como Vincenzo Nibali (Trek-Segafredo), que se vio obligado a bajarse de la bici. Philippe Gilbert (Lotto-Soudal) acabaría a 10 minutos, Tadej Pogacar (UAE Emirates) a 15... y así una larga lista.
Uno de los primeros en perder comba fue el vencedor el año pasado, Julian Alaphilippe (Deceuninck-QuickStep), quien cedió a 50 kilómetros del final, y también el polaco Michal Kwiatkowski (Ineos), doble campeón de esta prueba (2014 y 2017), que mostró grandes dificultades para aguantar el ritmo de los hombres más fuertes, así como Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) o Peter Sagan (Bora-Hansgrohe), lejos de su mejor momento.
Así que las opciones de triunfo se centraban en el sexteto formado por Fuglsang (Astana), Bettiol (EF), Formolo (UAE), Van Avermaet (CCC), Van Aert (Jumbo-Visma) y Schachmann (Bora-Hansgrohe). Pronto se hicieron con un margen que superó el minuto y medio a falta de 30 kilómetros para la meta y empezaron a intercambiar avisos. El definitivo lo asestaría Van Aert en el sector de Le Tolfe (1,1 kilómetros con el 18 % de pendiente), con Schachman y Formolo intentando seguir su ritmo, sin éxito.
Ya en Santa Caterina, el belga demostró tener la energía que le faltó en los últimos dos años, cuando fue tercero, y acabó triunfando en la Piazza del Campo de Siena, con una ventaja de 30 segundos sobre Formolo y de 32 sobre Schachmann.
Clasificación final
