Recién llegada de Tokio, con dos medallas colgadas del cuello -la de plata, agridulce, en ruta, y la de oro en contrarreloj- la neerlandesa Annemiek van Vleuten ha vuelto a dar muestra de su raza en la Clásica de San Sebastián femenina, atacando en el decisivo alto de Murgil -tras un magnífico trabajo de su compañera en Movistar, Sara Martín- soltando a todas sus rivales y, tras un peligroso descenso mojado, en el que a punto estuvo de irse al suelo, adjudicarse la victoria en solitario en el boulevard donostiarra.
La acompañaron en el podio la norteamericana Ruth Winder (Trek-Segafredo), segunda a 36'', y la italiana Tatiana Guderzo (ALÉ Btc Ljubljana), tercera a 1'35'', dando tiempo a un grupo perseguidor en el que también se encontraban Stultiens (Liv Racing), Muzic y Chapman (FDJ), y Rooijakkers (Liv Racing).
⏯️ That attack, @AvVleuten 😉
— Donostiako Klasikoa (@dklasikoa) July 31, 2021
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La jornada arrancó -y finalizó- bajo la lluvia, lo que no impidió que desde muy temprano se sucedieran las numerosas tentativas de escapada, siempre controladas por Movistar Team al mando del pelotón. La más exitosa de ellas, formada tras el paso de Jaizkibel, estuvo integrada por Muzic (FDJ), Rooijakkers (LIV), Santesteban (BEX), Baril (MAT), Cordon Ragot (TFS) y Guderzo (ALE), llegando a contar con una ventaja máxima cercana a los dos minutos, a falta de unos 25 km.
A partir de ese momento, el equipo telefónico puso a trabajar toda la maquinaria -Gloria Rodríguez, Alicia González y Lourdes Oyarbide- para reducir la ventaja al máximo posible y con un objetivo en mente: las exigentes rampas de Murgil. Llegados a ese punto, solo Cordon-Ragot se mantenía en cabeza, con una jovencísima Sara Martín seleccionando con su ritmo infernal el pelotón y dejando en bandeja el ataque de su jefa de filas, Annemiek van Vleuten.
La neerlandesa, explosiva, se marchaba en solitario, superando como una exhalación a la francesa del Trek-Segafredo, para coronar en solitario con más de 30'' de ventaja sobre sus perseguidoras. El descenso, peligroso por el estado del piso, a punto estuvo de darle un disgusto a Van Vleuten que, superado el susto en un curva, se encaminó sin oposición hacia San Sebastián para sumar otra victoria de prestigio a su extenso palmarés.
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