No hay tregua en este Giro. Tras la batalla de las últimas días –más decisivos de lo que se preveía- y a la espera de la crucial etapa del sábado con final en el temido Zoncolán, hoy se esperaba una jornada más tranquila en el Giro (Osimo-Imola, de 214 km). Pero no ha sido así, al menos en los últimos 30 kilómetros, en los que se han sucedido los ataques y contrataques, bajo una intensa lluvia que lo ha complicado todo. Hasta entonces, la etapa transcurrió plácida, con una fuga consentida de cinco modestos, con ventajas controladas en todo momento por el pelotón.
En un final eléctrico, ya en el circuito de velocidad de Imola, el irlandés Sam Bennett (Bora-Hangrohe) fue el primero en lanzar el sprint, un durísimo zarpazo a 300 metros del final –pura potencia y velocidad- para alcanzar y superar a Matej Mohoric y Carlos Betancur, quienes rodaron en cabeza los últimos kilómetros y soñaron hasta el final con la victoria.
No fue un sprint al uso dada la superioridad de Bennett, que se mostró intratable en la recta de meta del Autódromo Enzo y Dino Ferrari y ganó con suficiencia por delante de Danny Van Poppel (Lotto NL-Jumbo) y Niccolo Bonifazio (Bahrain Merida). Elia Viviani había quedado cortado antes de entrar en el circuito de Imola. "Sorprendí con mi ataque final -dijo Bennett tras llegar a meta-. La clave fue atacar pronto y por sopresa".
Es la segunda victoria en esta edición del Giro para Sam Bennett –de 27 años-, quien también se impuso al sprint en Praia a Mare en la 7ª etapa. De esta manera, se convierte en el segundo irlandés que gana dos etapas en el Giro de Italia, siguiendo los pasos de Stephen Roche, quien lo consiguiera en 1987. Todos los favoritos llegaron en el mismo tiempo del ganador de etapa, por lo que no hay cambios en los primeros puestos de la general, que sigue comandada por Simon Yates (Mitchelton-Scott).
'You want power? Have some of this!' ????@Sammmy_Be absolutely flies to victory in Imola to take stage 12! ????#Giro101 pic.twitter.com/l2F8cSziR3
— Eurosport UK (@Eurosport_UK) 17 de mayo de 2018
La calma que precede a la tempestad
Muy pronto, en el kilómetro 3, se conformó la fuga del día, protagonizada una vez más por ciclistas modestos de los equipos italianos de categoría Profesional Continental, que no quieren dejar pasar la ocasión de justificar su presencia en el Giro. Los cinco protagonistas eran Mirco Maestri y Manuel Senni del Bardiani-CSF; Eugert Zhupa y Jacopo Mosca del Willier Selle Italia; y Marco Frapporti del Androni-Sidermec, quienes abrirían rápidamente un hueco de más de 4 minutos con el beneplácito del pelotón.
Pero los equipos de los sprinters no estaban por la labor de “regalar” la etapa y se pusieron al frente del grupo en una función más de control que de caza. Así, durante más de 150 kilómetros la fuga estuvo viva pero condenada a morir en cuanto el pelotón quisiera, con ventajas que oscilaban entre los 2´30” y los 3´30”. A 30 km de meta –con el pelotón lanzado y a punto de alcanzar a los fugados- empieza diluviar y se producen varios cortes en el grupo. Richard Carapaz, Pozzovivo y Viviani se quedan rezagados en un grupo que pierde cerca de 30”, lo que obliga a trabajar a fondo a sus equipos.
Unos kilómetros después enlazan con el pelotón, que ya era cabeza de carrera, pero Viviani vuelve a quedarse en el duro repecho de entrada al circuito de Imola. Para entonces, Tim Wellens rodaba destacado, pero sería alcanzado a 10 km de meta por un pelotón del que tiraban con fuerza los Education First, y del que no paraban de descolgarse unidades.
Otro final de locura en el que se suceden los ataques en la cota de Tre Monti, de 4,4 km al 4,1%, con rampas de hasta el 10%, que se coronaba a 7 km de meta. Lo intentan Henao, Rohan Dennis, Diego Ulissi… El italiano del UAE-Team Emirates consigue irse del grupo y a su rueda salta, enlazando con facilidad, el Movistar Carlos Betancur. Nada más coronar esta cota, un Mohoric en estado de gracia se une a ellos, poniendo un ritmo tan fuerte que pronto descuelga a Ulissi.
El esloveno y el colombiano se marchan con decisión buscando la victoria, con la que sueñan durante seis kilómetros. Pero la ventaja nunca supera los 10 segundos, y el pelotón se les echa encima en el último kilómetro. A unos 300 metros de la llegada, un imperial demarraje de Sam Bennett –pura potencia y velocidad- acaba con sus opciones y las de todos sus rivales. Realmente no hubo sprint, dada su superioridad. Mañana, 13ª etapa, Ferrara- Nervesa D. Battaglia, de 180 km, en otra jornada propicia para la llegada al sprint.
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