Lo imposible

Froome revienta el Giro con un ataque lejano en Finestre, a 80 km de meta, y una victoria épica con enormes ventajas: 3´07" a Pinot, 3´23" a Dumoulin, 8´29" a Pozzovivo y casi 39´a Yates.

Froome dinamita el Giro con un ataque histórico. Fotos: LaPresse - D'Alberto / Ferrari / Paolone / Alpozzi
Froome dinamita el Giro con un ataque histórico. Fotos: LaPresse - D'Alberto / Ferrari / Paolone / Alpozzi

Chris Froome ganó a la antigua usanza una etapa que pasará a la historia del ciclismo. Una victoria épica, fraguada con un ataque lejano en el Colle delle Finestre (previo ritmo salvaje de sus compañeros del Sky, que dinamitaron el pelotón); un ataque casi suicida, de los de puerta grande o enfermería. “Ha sido el ataque más épico de mi vida; soy feliz y estoy sorprendido. Cuando me fui sólo pensé: es ahora o nunca”, dijo tras llegar vencedor en Bardonecchia.

Froome atacó a 80 km de la meta, reventó a todos sus rivales, nunca dejó de incrementar su ventaja en las subidas a Finestre, Sestrieres y Bardonecchia, y se viste de manera inesperada con la maglia rosa. Lo imposible. Una exhibición que se recordará durante muchos años y que deja el Giro de Italia muy a su favor (cuenta con 40” de ventaja sobre Tom Dumoulin) a  falta de la última etapa alpina de mañana, también durísima.

Las diferencias en meta fueron espectaculares. Aventajó en 3´00” a Richard Carapaz, en 3´07” a Pinot, en 3´12” a Miguel Ángel López, en 3´23” a Dumoulin, en 8´23” a Pello Bilbao, en 8´29" a Pozzovivo... y en cerca de 39´al hasta hoy líder, un Simon Yates que reventó en Finestre y ha penado con la maglia rosa a sus espaldas durante el resto de la etapa. 

Ahora Froome lidera el Giro con 40” sobre Dumoulin, 4´17” sobre Pinot, 4´57” sobre Miguel Ängel López, y 5´44” respecto a un espectacular Richard Carapaz, que se mete en el top-5. Pozzovivo, Pello Bilbao, Konrad, George Bennett y Sam Oomen completan el Top-10 de la general de un Giro que hoy ha saltado por los aires.  

Ataque salvaje en Finestre  

Todo comenzó a fraguarse en las primeras rampas del Colle delle Finestre (la Cima Coppi y el puerto más duro del Giro, 18,5 km al 9,2%). El Sky se puso al frente del pelotón y marcó -con Puccio, Henao y Elissonde- un ritmo durísimo que pronto dejó el grupo reducido a una veintena de unidades. Simon Yates se descolgó rápido y ahí empezó su largo penar. En la cima de Finestre ya perdía 16 minutos y en meta se dejó cerca de 39.

A mitad de puerto –con 80 km aún por recorrer- atacó Froome y se fue en solitario. Dumoulin no quiso cebarse con el ritmo del británico y se quedó en un grupo con Pinot, Miguel Ángel López, Carapaz y Reichenbach, compañero de Pinot. Pozzovivo quedaba rezagado en un tercer grupo, y pronto perdería todas sus opciones.

En los 9 km finales de Finestre, con los tramos de tierra (sterrato) húmedos por la nieve, Froome fue abriendo hueco con el grupo de Dumoulin, Pinot, Carapaz y Miguel Ágel López, al que aventajó en la cima en 54”. El grupo de Pozzovivo pasaba a 2´23”. Finestre estaba dinamitando el Giro.

Froome aumentó su ventaja en el descenso camino a Sestriere y en la posterior subida a este puerto largo y tendido. Por detrás  Dumoulin se veía obligado a hacer todo el trabajo de persecución ante la ausencia de ayudas de sus acompañantes. Admirable su coraje, que le mantiene con vida de cara a ganar el Giro.

A 30 km de meta, en el largo descenso desde Sestrieres hasta Jafferau, Froome se convertía en virtual líder de la carrera, al superar los 3 minutos de ventaja con Dumoulin. No cambiaron mucho las cosas en la ascensión final a Bardonecchia, 7,2 km al 9,1%. Froome aguantó con una sorprendente entereza y apenas se dejó unos segundos con el grupo de perseguidores, en el que siempre daba la cara Dumoulin. El británico levantó los brazos con rabia al cruzar la meta, sabedor de que acababa de escribir una gran gesta que le dejaba el Giro de Italia al alcance de sus manos. Mañana, a rematar la faena camino de Cervinia, en otra jornada que promete emociones fuertes.

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