Bowman repite triunfo en el Giro y los favoritos reservan fuerzas para la gran batalla dolomítica

En una etapa decepcionante -en espera de la decisiva de mañana, con final en la Marmolada- no hubo casi ataques entre Carapaz, Hindley y Landa, que llegaron juntos al Santuario di Castelmonte. Día redondo para Bowman: se asegura la "maglia azzurra" de la montaña y logra un doblete resolviendo la fuga.

Koen Bowman repite triunfo en el Giro. Foto Sprint Cycling Agency
Koen Bowman repite triunfo en el Giro. Foto Sprint Cycling Agency

La temible etapa de mañana -con el Passo San Pellegrino, Passo Pordoi y final en la mítica Marmolada-, ha servido de excusa para que los tres aspirantes a la maglia rosa se tomaran el día con tranqulidad. Bahrain y BORA no metieron a ningún ciclista en la fuga, y eso ya era indicio de que no tenían intención de moverse de lejos, en el Monte Kolovrat (10 km al 9,2%, a 40 de meta), que era terreno propicio para intentar la heroica. Pero las fuerzas ya están justas y el solo recuerdo de lo que les espera mañana frenó cualquier intento. 

Solo hubo alguno tímido de Richard Carapaz y Mikel Landa en los dos kilómetros finales, pero quedaron en nada y, junto a Jai Hindley, llegaron los tres a la línea de meta en el Santuario di Castelmonte, a 3´56" del ganador, un Koen Bowman que firma un día redondo, en el que junto a su segunda victoria en este Giro (también ganó en Potenza) se aseguraba la maglia azzurra de mejor escalador. En fuga muchos días, está siendo uno de los grandes nombres de la carrera. 

Un día más vivimos dos carreras en una. Por un lado, la lucha por la victoria parcial entre los integrantes de una escapada consentida -que fueron doce en su origen y cinco en su resolución- y por otro la de los favoritos, que hoy quedó en combate nulo provocando decepción entre los aficionados. 

Koen Bowman, Mauro Schmid, Attila Valter, Andrea Vendrame, y Alessandro Tonelli, los más fuertes de la fuga, se jugaron la victoria en un final accidentado y con cierta polémica, ya que al afrontar la útima curva Bowman frenó cerrando ligeramente a Schmid, quien a su vez hizo lo propio con Vendrame, que se salió de la trazada. El neerlandés del Jumbo-Visma, de 28 años, salió en cabeza de la curva y ya sin oposición, para levantar por segunda vez los brazos en una corsa rosa que jamás olvidará. Antes de su inicio en Budapest solo tenía un triunfo como profesional, una etapa del Critérium du Dauphiné de 2017. 

Carapaz, Hindley y Landa
Carapaz, Hindley y Landa llegaron juntos a la meta en el Santuario di Castelmonte. Foto: Sprint Cycling Agency

Los tres aspirantes a la maglia rosa, con la plaza de podio prácticamente asegurada, lo dirimirán todo entre la última gran etapa de montaña del sábado y la contrarreloj de 17,4  km en Verona del domingo. Solo 3" separan al australiano Jai Hindley del líder Richard Carapaz, con Landa tercero a 1´05".   

Mañana, llega la gran batalla dolomítica en una 20ª etapa (Belluno-Passo Fedaia), que acumula nada menos que 4.490 metros de desnivel positivo en sus 168 km, con tres colosos encadenados: Passo San Pellegrino (de 18,5 km al 6,2% de media), Passo Pordoi (11,8 km al 6,8%, y Cima Coppi de esta edición con sus 2.239 m de altitud) y finalmente, tras un largo descenso, la mítica Marmolada (Paso Fedaia), de 14 km al 7,6% y cuyos 5,5 finales son una pared, siempre por encima del 10% y con rampas de hasta el 18%. Terreno para hacer diferencias si hubiera fuerzas y ganas. 

etapa 20

 

Adiós de Richie Porte

La etapa arrancó a velocidad de vértigo, con una lucha feroz por coger la fuga. El pelotón dio el visto bueno a un corte de doce ciclistas, con Edoardo Affini y Magnus Cort -segundo y tercero ayer en Treviso-, el rey de la Montaña Koen Bowman, Mauro Schmid, Attila Valter, Andrea Vendrame, Tobias Bayer, Alessandro Tonelli, Clément DavyFernando Gaviria, Davide Ballerini y Edward Theuns. No parecía un grupo peligroso, dada la dureza de la jornada, por lo que les dejaron coger una notable ventaja que llegó a superar los 11 minutos a falta de 130 km, antes de que BORA-hansgrohe decidiera que era el momento de controlar la situación.

El paso por los dos primeros puertos de 3ª (Villanova Grotte y Passo di Tanamea), provocó una selección en el pelotón, donde el ritmo machacón de los BORA cortaba ciclistas. Richie Porte, con gastroenteritis, se descolgaba y terminó por abandonar, dejando a Carapaz sin uno de sus grandes apoyos en la montaña.

Ya en suelo esloveno, la subida al Monte Kolovrat, de 10 km al 9,2% de pendiente media, marcaba el punto caliente de la etapa, aunque acabó siendo decepcionante. En la fuga, sus duras rampas pusieron a cada uno en su sitio. Mauro Schmid se mostraba fuerte, y junto a él aguantaban Bowman, Valter y Tonelli, cuarteto que coronó con 8 minutos de adelanto, lo que les aseguraba la victoria. En el descenso enlazó Vendrame, pasando a ser un quinteto.

Por detrás, entre los favoritos, nadie se movía. Ninguno había filtrado a compañeros en la fuga, lo que reducía las opciones de éxito en caso de un movimiento lejano. Eso, y el miedo a gastar demasiadas fuerzas antes de la etapa de mañana, hizo que ni se intentara. Así, se subió el Kolovrat al ritmo cada vez más cansino que marcaba el trenecito del BORA. Terreno desperdiciado por los escaladores.

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El "trenecito" del BORA-hansgrohe marcando el ritmo. Foto: Sprint Cycling Agency.

Tras el largo descenso del Kolovrat quedaba la subida final al Santuario de Castelmonte, de 7,1 km al 7,8%. El quinteto de cabeza, que subió compacto, hizo los últimos 3 kilómetros a latigazos pero ninguno se descolgó, jugándose la victoria en los últimos metros.

En el grupo de favoritos, reducido a una veintena de ciclistas, INEOS endureció el ritmo con Sivakov, pero nadie se movió hasta los dos kilómetros finales, cuando el líder Carapaz fue el primero en acelerar. A su rueda solo saltaron Hindley y Landa, con diferencia los más fuertes del Giro. El alavés intentó contraatacar, pero el ecuatoriano, con sangre fría, cerró el hueco y el intento quedó en nada. Cubrieron juntos los últimos metros para entrar en el mismo tiempo. Combate nulo en espera de la gran batalla dolomítica de mañana.  

 

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