Me llamo Sara, soy de Madrid y vivo en Dublín desde hace unos meses. En España trabajaba como profesora de Educación Física pero con la crisis decidí irme fuera a aprender inglés.
Desde que he llegado he intentado no desvincularme del mundo del deporte y mantenerme activa, así que al poco de llegar me puse en contacto con el centro de voluntariado más cercano y descubrí un nuevo abanico de posibilidades para aprender inglés sin perder de vista aquello que más me gusta. En cuanto vi que el Giro d´Italia venía a Irlanda y que tenía la opción de participar de alguna manera, no lo dudé. No vi la oportunidad sólo de estar con contacto con una actividad deportiva sino también una forma de conocer gente de todas las nacionalidades, enriquecer mi CV, sumar experiencias, ayudar y por supuesto, aprender inglés.
Días antes del día del Evento, tuvimos una reunión informativa. Fue mi primer contacto “face to face“ con el equipo organizador, con el resto de voluntarios y con todo lo que implica este tipo de actividades. Lo primero que hicieron fue ponernos en antecedentes sobre el Giro en sus ediciones anteriores y las características especiales en su paso por Irlanda (supongo que no en todas partes los organizadores tienen que tener en cuenta la posibilidad de encontrarse ovejas cruzando la carretera). Fue un “training" muy productivo. A partir de ahí, la formación y la información se fueron completando vía email en los días sucesivos hasta el día del evento.
El domingo 11, nos proporcionaron transporte hasta el centro donde nos debíamos encontrar todos los voluntarios, una vez allí, nos dieron la indumentaria distintiva, identificación, comida y bebida y nos asignaron dos “team leaders" con los que podríamos contar en cualquier momento. Una vez llegamos a nuestros puestos asignados, en mi caso Malahide, nuestra labor consistió en adornar las barreras de seguridad, informar a los ciudadanos sobre horarios y recorridos, prevenir posibles imprudencias y repartir artículos de merchandising.
A pesar de que la espera fue larga hasta que llegaron los corredores, todos disfrutamos de la carrera desde que la etapa comenzó, siguiendo su avance a través de la pantalla gigante instalada junto a la carretera y que nadie dejó de mirar.
Afortunadamente todo salió como lo esperado, sin incidentes y dentro del horario previsto a pesar de las difíciles condiciones atmosféricas que hicieron que la carretera se volviera resbaladiza. El pueblo de Malahide parecía estar de fiesta, con feria y atracciones para los más pequeños al lado de la playa. Así que en poco tiempo se llenó de familias enteras siendo los niños los que más disfrutaron sin duda alguna. Sin embargo, no hubo tanta gente como esperaba. Lo resumiría diciendo que éramos muchos voluntarios y poco “trabajo" que hacer lo cual hizo que pudiéramos disfrutar del día más relajadamente y ver el espectáculo de la etapa.
La relación entre voluntarios y también con los “team leaders" fue buena en todo momento, todos mostramos una actitud abierta y proactiva. Siempre dispuestos a echar una mano a quien lo necesitara.
Siempre me acordaré del Giro d´Italia irlandés. Ahora espero con ganas el siguiente evento. ¿A alguien se le ocurre mejor manera de disfrutar de este deporte aprendiendo inglés?