Durante un instante, el tiempo exacto en el que ha tardado en darse cuenta de su error, Luka Pibernik ha entendido que se siente al ganar una etapa en una gran vuelta. Por desgracia para él, cuando ha alzado los brazos para celebrar el triunfo aún restaba por completar una vuelta al circuito que acogía en Messina el final de la quinta etapa del Giro de Italia.
La confusión se inició al ver la pancarta del último kilómetro, punto que Pibernik eligió para arrancar y el pelotón, sabedor de que aún faltaba una vuelta, le dejó a hacer mientras contemplaba incrédulo su celebración que ha acabado siendo la anécdota graciosa del día.