Mikel Landa ha emocionado a los aficionados con su ataque a falta de cuatro kilómetros para coronar el Izoard, que ha hecho soñar con la victoria de etapa e incluso con el asalto a una de las plazas de podio. Finalmente, la reacción de Urán y Bardet provocó que fuera cazado y su trabajo le llevo a ceder unos segundos en los metros finales que complican algo más sus opciones de alcanzar el cajón en París. “El podio está casi imposible. Estoy a más de un minuto de dos ciclista muy fuertes, pero no voy a bajar los brazos y voy a disputar la contrarreloj de Marsella”, ha comentado el alavés tras la etapa.
Con respecto a su ofensiva en el tramo final del Izoard ha explicado que “estaba previsto. Buscábamos ganar la etapa con Froome y al irme por delante obligábamos a trabajar a los demás. De todas maneras, me hubiera gustado tener algo más de libertad para poder mejorar en la general”. Landa ha querido también expresar su alegría por el importante avance que ha obtenido hoy su compañero Chris Froome para conquistar su cuarto Tour de Francia. “Hasta que no se cruza la última meta aún queda carrera, pero creo que hoy casi hemos sentenciado. Chris es el mejor en la crono y además se encuentra muy fuerte para rematar” ha concluido.