Dèmare, sufrimiento con recompensa

Tras penar en las etapas del Macizo Central y los Pirineos, el francés de Groupama consigue la deseada victoria en Pau al imponerse al sprint a Laporte y Kristoff. Sin cambios en la general.

Fernando Belda. Foto: Bettini Photo.

Dèmare, sufrimiento con recompensa
Dèmare, sufrimiento con recompensa

Cuando luchas, a veces la suerte existe. Que se lo digan al francés Arnaud Démare (Groupama), que sufrió al máximo en las últimas etapas de montaña para no entrar fuera de control, y tener la oportunidad que hoy ha aprovechado en las calles de Pau, una de las ciudades más visitas por la Grande Boucle.  En un Tour tan duro para los sprinters -que se ha cobrado los “cadáveres” de Gaviria, Groenewegen, Matthews, Cavendish, Kittel…. y que tiene a Sagan tocado tras la caída de ayer (hoy no se ha metido a disputar el sprint)-, la simple supervivencia ya es todo un triunfo para los hombres rápidos.

El sprinter del Groupama lo ha pasado muy mal en el Macizo Central y los Pirineos, casi siempre descolgado desde los kilómetros iniciales, controlando la desventaja para no llegar fuera de control. En total, 1h 59´perdidos con Geraint Thomas en cuatro etapas; en dos de ellas (las de Mende y Bagnéres de Luchon) Dèmare llegó el último. En la de ayer, en el Col du Portet, fue penúltimo, y no sin polémica por las acusaciones de André Greipel, extrañado de su tiempo en la ascensión al Portet y de que pudiera llegar dentro del tiempo  permitido. (Después, Greipel se disculpó por las insinuaciones hechas).

Sea como fuere, el viacrucis de Arnaud Dèmare en los Pirineos ha tenido hoy recompensa en forma de victoria, su 2ª en el Tour tras la que consiguió en 2017 en Vittel. “No luché para nada en las pasadas etapas. -ha dicho en la meta-. En todos los momentos difíciles que he pasado en la montaña sólo pensaba en conseguir una victoria como ésta. Muchos velocistas se han retirado estos días: yo no me he rendido, sino me he concentrado para evitar el fuera de control. Hoy me he encontrado en una posición ideal gracias al trabajo de mis compañeros. El lanzamiento ha sido perfecto; las sensaciones, muy buenas; y hemos sacado partido. Mi Tour de Francia ya ha sido un éxito. Esta victoria es una recompensa para todo el equipo".

Efectivamente, sus compañeros del Groupama, al igual que el UAE Emirates para Kristoff, trabajaron duro para tener controlada en todo momento la peligrosa fuga del día, con todo un clasicómano como el Quick-Step Niki Terpstra (ganador de dos monumentos como la París-Roubaix y el Tour de Flandes), como hombre más destacado, acompañado de otros 4 grandes rodadores como Thomas Boudat (Direct Energie), Guillaume van Keirsbulck (Wanty - Groupe Gobert) y los Mitchelton-Scott  Luke Durbridge y Matthew Hayman (también con una París-Roubaix en su palmarés).

La fuga era peligrosa, pero los equipos de los sprinters (UAE Emirates y Groupama, principalmente) nunca les dejaron coger más de 2´20". No hay muchas ocasiones de llegada masiva como para andar desaprovechándolas. Así que la etapa se resume en más de 150 kilómetros de control, que terminaron en la caza del quinteto a 16 km de meta, con la llegada masiva como final inevitable.   

En la misma, fenomenal trabajo del italiano Jacopo Guarnieri (Groupama) para colocar y lanzar a Dèmare, que es quien inicia el sprint. A su rueda salta Christophe Laporte (Cofidi), y tras ellos, Kristoff, Boasson Hagen Colbrelli y Sagan, quien realmente nunca llega a disputar el sprint. Nadie pudo con Démare, pese a las tímidas quejas de Laporte por la trayectoria del francés. Imponente, Démare gana con mucha autoridad, y consigue la tan esperada victoria para él y para su equipo, en un Tour que les estaba resultando aciago. Gran premio al sufrimiento. No hay ningún cambio en los primeros puestos de una clasificación general que sigue encabezada por Geraint Thomas. 

A reseñar también la caída de Nairo Quintana a 105 km del final, que le provocó heridas en su brazo izquierdo y el costado, necesitando la asistencia en carrera del coche médico. Sin embargo, se espera que no le afecte para las tres etapas que quedan para concluir un Tour que no da tregua.

Mañana viernes, última etapa de montaña, la 19ª, Lourdes – Laruns. Es la última oportunidad para que los escaladores intenten marcar diferencias, en otra etapa maratón de gran dureza acumulada que puede causar estragos en algún favorito con las fuerzas ya al límite. Serán 200 kilómetros con dos cotas de 4ª para abrir boca antes de afrontar cuatro colosos, dos de ellos de Categoría Especial: Col de Aspin (1ª; 12 km al 6,5%), el mítico y durísimo Tourmalet (HC; 17,1 km al 7,3%), Col des Bordères (2ª; 8,6 km al 5,8%), y la ascensión final a Soulor Aubisque (HC; 16,6 km al 4,9%). Desde su cima hasta la meta de Laruns, 20 km de descenso. 

CLASIFICACIÓN ETAPA