Durante muchos años se hizo famosa aquella máxima que decía que quien salía de amarillo de Alpe D´Huez ganaba el Tour de Francia. Esta creencia se rompió en 1987 y 1989, cuando ni Pedro Delgado ni Laurent Fignon pudieron hacerse con la victoria en la general tras vestir de amarillo aquí, pero la realidad es que salir de líder de la mítica cima otorga galones de gran favorito.
Lo ha hecho hoy el galés Geraint Thomas tras ganar de manera brillante en Alpe D´Huez en una vibrante etapa en la que se han ascendido tres colosos alpinos: el col de la Madeleine, Croix de Fer y la mítica montaña de las 21 curvas, con sus 13,8 km al 8,1%. Con este triunfo -el primero de un británico en Alpe D´Huez- Thomas reforzar su liderato (gracias a las bonificaciones aventaja a su compañero Froome en 1´39” y a un gran Dumoulin en 1´50”) y reaviva el debate, cada vez más pertinente, sobre quien es el verdadero líder del Sky y para quien debería trabajar a partir de ahora el equipo británico.
Thomas sale del temible tríptico alpino más reforzado que nunca: ha logrado dos victorias seguidas en dos cimas de Categoría Especial (La Rosiére y Alpe D´Huez) se ha mostrado inteligente y poderoso en las rampas más duras y además es un buen contrarrelojista de cara a la crono del penúltimo día. Su único hándicap puede ser la inexperiencia de verse luchando por ganar una carrera de tres semanas, pero la clase y las fuerzas las tiene. “No estoy acostumbrado a correr una carrera de tres semana. Dejadme disfrutar de esto; es grandioso”, decía eufórico en meta. Si no falla en los Pirineos, Thomas puede convertirse en el primer galés en ganar el Tour… si el Team Sky no decide lo contrario.
⏪???? @GeraintThomas86 was the fastest in the last kilometer today!
— Le Tour de France (@LeTour) 19 de julio de 2018
⏪???? @GeraintThomas86 était le plus rapide aujourd'hui dans le dernier kilomètre !#TDF2018 pic.twitter.com/sL0nHRSerH
Kruijswijk, héroe de la jornada
Las rampas de Alpe D´Huez han mostrado quienes son los más fuertes de la carrera: el temible dúo británico del Sky y un Dumoulin admirable, fuerte y valiente en carrera, el único que les puede plantar cara, de tú a tú. Con ellos llegaron a los últimos metros, para jugarse el triunfo de etapa, Romain Bardet, siempre brillante en la alta montaña, y un renacido Mikel Landa, que hoy sí ha estado con los mejores y se ha ganado la teórica jefatura de filas de Movistar ante el nuevo “pinchazo” de Nairo Quintana, que hoy se dejó otros 47”.
Movistar lo volvió a intentar de lejos, poniendo siempre un ritmo fuerte en cabeza del pelotón (con Amador y Marc Soler) y mandando de nuevo a Valverde por delante. Hasta lo intentó Quintana en las rampas de Alpe D´Huez, a 9 km de meta, en un intento sofocado por el joven Egan Bernal (Sky), que hoy ha vuelto a demostrar con su impresionante trabajo la calidad que tiene en sus piernas; muy pronto estará luchando por ganar esta carrera. Pero (volviendo al Movistar) a la hora de la verdad volvieron a fallar las piernas de sus líderes. Pese a todo, Landa y Quintana se consolidan en el top-10 de la general. También Vincenzo Nibali aguantaba con los mejores cuando una moto de carrera le derribó a menos de 5 km. Pese a ello, en una remontada admirable, entró a solo 13” de Thomas.
Y mención especial para el neerlandés de Lotto NL-Jumbo Steven Kruijswijk, el auténtico protagonista de la jornada. Dicen que no hay héroe sin leyenda y él lo intentó a lo grande desde el principio. Se metió en una escapada de 30 que se formó en el Col de La Madeleine y atacó a 72 km de meta, en las rampas más duras de la Croix de Fer, dejando la compañía de Valverde, Majka y Mikel Nieve, para buscar un imposible. Con un movimiento arriesgado llegó a poner contra las cuerdas al Sky al contar con más de 6´de ventaja (fue líder virtual buena parte de la jornada), pero los kilómetros y la dureza de las rampas de Alpe D´Huez acabaron con su sueño. Sería cazado por Froome a tan solo 3 km de meta. Admirable el intento de este ciclista que en 2016 estuvo a punto de ganar el Giro de Italia; solo una caída en el descenso del Col del Agnelo, en el que se estampó contra la nieve, se lo impidió.
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El Tour se queda sin sprinters
La dureza del tríptico alpino está pasando factura a los ciclista, y muy especialmente a los sprinters. Hoy no salió Rigoberto Urán, segundo en 2017, al nohaberse recuperado de las lesiones sufridas el domingo tras una caída en la etapa del pavés, y en los primeros kilómetros abandonó Tony Gallopin (compañero de Bardet en Ag2r), enfermo desde hace algunos días. Pero la escabechina siguió con el abandono de tres velocistas de nivel (Fernando Gaviria, Dylan Groenewegen y André Greipel), que se unen a los fueras de control de ayer de Marcel Kittel y Cavendish. Así la carrera queda escasa de sprinters de cierta entidad: Sagan, Kristoff, Démare, Degenkolb… no hay mucho más.
Mañana viernes, 13ª etapa, Bourg D´Oisans – Valence, de 169,5 km. Tras la tempestad alpina llega la calma con una etapa que, camino del Macizo Central, presenta tan solo dos dificultades montañosas de escasa entidad: la Côte de Brié (3ª; 2,4 km al 6,9%) y la Côte de Saint-Eulalie-en-Royans, de 4ª. Jornada propicia para que los equipos de los sprinters (Sagan, Kristoff y Demáre, principalmente, tras los numerosos abandonos de hoy) controlen las escapadas en busca de una llegada masiva.
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