Alberto Contador ha vivido un instante de crisis en la escalada a la exigente Planche des Belles Filles, 6 km al 8,5%, que gracias a su veteranía y buena gestión de fuerzas ha logrado minimizar para dejarse en meta tan solo ocho segundos con Froome y Porte. “Ha habido un instante en que se me han hinchado las piernas y he tenido que coger aire. Después he decidido acelerar a pesar de que llevaba gente a rueda. Lo importante era salvar el día, ya que no me he encontrado bien y lo hemos conseguido”, explicaba fatigado en meta.
Como balance global de la jornada, y dado que no se adaptaba excesivamente bien a él esta ascensión, demasiado explosiva para un ciclista que actualmente se encuentra más cómodo en etapas de alta montaña, con varios puertos encadenados, donde puede sacar a relucir sus condiciones de gran fondista, hacía una lectura positiva. “Las diferencias no han sido muy significativas. En este Tour hay que ser especialmente regular y voy a intentar serlo para después probarlo en Alpes”. En cuanto a su estrategia en la ascensión, ha comentado que “por supuesto que Aru es un corredor fortísimo, ya lo demostró en Dauphine, peo hoy me había centrado en las ruedas de Froome y Porte. Ahora tenemos dos etapas llanas, de desgaste, y nos encontraremos con un nuevo test el sábado”, ha concluido antes de poner rumbo al autobús de su equipo, el Trek-Segafredo.