Todo aquel que lleve enganchado al pedal desde hace décadas sabrá bien que las provincias del País Vasco han sido siempre consideradas una de las mecas del ciclismo nacional. Y esto no solo por sus carreteras ideales para las grupetas, también por su gran número de equipos y escuelas de ciclismo, su variedad de pruebas, el enorme nivel de sus participantes y el fabuloso ambiente de los aficionados que pueblan cada una de las citas ciclistas sin importar la categoría de los participantes.
Todo ese gran patrimonio cultural del mundo ciclista, cuna de marcas míticas como BH, GAC u Orbea, se trasladaba en verano a las carreteras de las grandes vueltas. Los aficionados vascos se hacían ver en las ascensiones pirenaicas del Tour de Francia animando a sus paisanos del pelotón. Y los euskaldunes no defraudaban a su hinchada. Decenas de ciclistas vascos componían la serpiente multicolor, ya fuera con el maillot amarillo del KAS, el naranja del Euskatel o el rosa de la ONCE. Sin ir más lejos, hace casi 25 años, participaban en el Tour de Francia la friolera de diecinueve ciclistas nacidos en el País Vasco. Echando la vista atrás, el siglo XXI se abría con una lista de corredores vascos capaz de quitar el hipo. Atención, tomo aire y cito de carrerilla: Abraham Olano, Joseba Beloki, Txente Garcia Costa, Davis Etxeberria, Igor Gonzalez de Galdeano, Haimar Zubeldia, Roberto Laiseka…
Pasadas dos décadas, el panorama ha cambiado drásticamente. En la edición de este año, con las ausencias de Mikel Landa y Pello Bilbao, únicamente dos corredores vascos han tomado la salida en Lille. Los guipuzcoanos Ion Izaguirre, enrolado en el equipo francés de Cofidís, y Alex Aramburu, de la misma escuadra, son las únicas bazas empujadas por la marea que sus paisanos, sin duda, montarán en las cunetas de los puertos de la carrera.
Para más inri a esta situación de pocos ciclistas vascos, se suma que el de Ormaiztegi, Igor, ha cumplido los 36 años, con lo que puede estar en una de sus últimas participaciones.
Toda la afición española espera que en la próxima edición aumente el numero de corredores patrios, y entre ellos nuevos txapeldunak que demuestren que la gran cantera vasca sigue en perfecto estado de forma.