Hay que retroceder muchos años, décadas, para encontrar una edición que a escasas horas para su comienzo contará con cuatro grandes candidatos a llevarse el último amarillo en París. Alberto Contador, Nairo Quintana, Chris Froome y Vincenzo Nibali, son los cuatro nombres propios del Tour de Francia 2015.
La tremenda calidad de cada uno de ellos, la ausencia de kilómetros contrarreloj –tan solo 14- y la gran cantidad de etapas que pueden ser decisivas, siendo todas ellas distintas entre sí, dan como resultado un escenario en el que ninguno cuenta con un especial favoritismo sobre los demás. Cualquiera podría coronarse como vencedor en los Campos Elíseos por lo que cada ataque, cada circunstancia de carrera y cada detalle serán absolutamente claves.
Alberto Contador
Alberto Contador llega al Tour de Francia en una posición distinta a la de sus rivales. Él no compite para hacerse con el objetivo del año, el lucha por un reto histórico: el doblete Giro-Tour.
Precisamente, el hecho de haber corrido y ganado la Corsa Rosa puede ser su principal handicap a la hora de afrontar la carrera. Quintana, Froome y Nibali han planificado toda la temporada para llegar frescos y al 100% a la ronda gala mientras que Alberto cuenta en sus piernas con el intenso esfuerzo del Giro que en algún momento podría pasarle factura. A su favor tendrá que en este Tour de Francia la lectura de carrera, la improvisación estratégica y el manejo de los intangibles, en lo que es un maestro, serán claves en el resultado final más si tenemos en cuenta que no hemos apreciado en esta primera mitad de año grandes diferencias entre la capacidad escaladora de Froome, Quintana y Contador, con Nibali un escalón por debajo.
La otra gran incógnita a resolver será el rendimiento de su equipo, repleto de nombres con gran fama pero quizá algo envejecidos para soportar el empuje de Sky, Astana o Movistar. Ni Kreuziger ni Rogers ni mucho menos Basso parecen preparados para controlar la carrera en la montaña visto su decepcionante rendimiento en el Giro. Rafal Majka, ganador de dos etapas y del maillot de la montaña el pasado año, parece ser el único ciclista en el que Alberto podrá apoyarse para pelear contra las potentes escuadras de sus rivales.
Nairo Quintana
El recorrido del Tour de Francia, especialmente las dos últimas semanas, están hechas al deseo de Nairo Quintana: Muchísima montaña y menos kilómetros contrarreloj que nunca. El colombiano se encuentra, ya con el bagaje que le aporta haber ganado el Giro de Italia, ante su primera gran ocasión para ganar la Grand Boucle y convertir en realidad el sueño de todo un país: ver a un escarabajo vestido de amarillo en los Campos Elíseos.
El ciclista del Movistar Team tendrá que superar una compleja primera semana, con el gran reto del pavé como principal escollo a salvar. No perder la carrera antes de la crono por equipos, debe ser el principal objetivo de Unzué y Quintana para intentar marcar diferencias posteriormente en Alpes y Pirineos.
Más allá de su extraordinario talento natural para la escalada, Quintana contará como principales ventajas con un extraordinario bloque para la contrarreloj por equipos y con la ayuda de un ciclista de la talla de Alejandro Valverde, algo con lo que no cuenta ninguno de sus rivales. La compleja crono por equipos, de casi 30 kilómetros y con perfil quebrado, puede acabar siendo una de las jornadas en las que más diferencias se establezcan y en ella, el Movistar parte como gran favorito al contar con la presencia de Malori, Castroviejo y Dowsett.
Chris Froome
Si en el caso de Contador, su equipo suponía una gran duda, para Froome será una de sus principales armas. El nueve que presenta el Team Sky en Utrecht simplemente da miedo: Porte, Kennaugh, Poels, Roche y Konig serán sus cinco hombres de confianza en la montaña a los que hay que sumar al multidisciplinar Geraint Thomas que igual es capaz de romper el pelotón subiendo el Tourmalet que sobre el pavé de la París-Roubaix.
El británico nacido en Kenia necesita un equipo como Sky; que domine la carrera y le deje a falta de dos o tres kilómetros en disposición de rematar. Si el Tour discurre bajo estas pautas, Contador, Quintana y Nibali tendrán muy difícil derrocar a Froome que ha demostrado este año volver a estar extraordinariamente fuerte en la montaña. La principal misión de cada uno de sus rivales debe ser alterar el orden de carrera pues el conjunto inglés y su líder han demostrado históricamente grandes problemas para adaptarse a imprevistos tácticos importantes -cómo sucedió en la pasada edición de la Dauphine-.
La ausencia de kilómetros contrarreloj y la complicada primera semana serán los dos grandes obstáculos que tendrá que salvar Froomey para hacerse con el amarillo. Su manifiesta falta de habilidad sobre la bicicleta, tanto en los descensos como en tramos muy técnicos como los de pavé, abren una vía que Nibali, Contador y Quintana tendrán que aprovechar al máximo en cada oportunidad que la ronda gala les ofrezca.
Vincenzo Nibali
El vigente vencedor del Tour de Francia ha completado un inicio de temporada realmente discreto que ha sembrado en muchos aficionados dudas sobre sus posibilidades de repetir triunfo. Pero antes de sacar conclusiones precipitadas, cabe recordar que ya el pasado año Nibali pasó desapercibido durante la primera mitad de campaña y posteriormente arrasó en la Grand Boucle. Y dado el éxito de su planificación en 2014, la ha repetido en 2015, por lo que nadie debería dudar de sus opciones de repetir victoria.
Mientras que los principales contendientes temen la primera semana de carrera, él ve en estas primeras etapas su gran ocasión para abrir una distancia que a posteriori pueda ser decisiva. Ya en 2014 consiguió distanciar en más de dos minutos a cualquiera de sus rivales en el pavé y parece estar decidido a plantear una ofensiva similar este año para contar con algo de margen por si llegada la montaña no fuera capaz de seguir la rueda de Contador, Froome o Quintana.
En caso de no conseguir salir con ventaja de los diez primeros días se aventura complicado que pueda doblegar a los mejores escaladores del mundo midiéndose de tú a tú por lo que sus opciones de victoria estarán determinadas por su capacidad para abrir diferencias en la primera semana y por su habilidad para generar escaramuzas y situaciones estratégicas favorables en la segunda mitad de Tour.