El esloveno Tadej Pogacar intentó dejar una y otra vez al líder Vingegaard en la última batalla de los Pirineos. No lo consiguió y tras ceder 1´04" con el danés en la meta de Hautacam dice adiós a sus opciones de ganar el Tour por tercer año consecutivo. Está a 3´26" del líder en la clasificación general y ya solo resta la contrarreloj del sábado, de 40 km, para quitarle tiempo. Misión imposible.
"No hay mejor manera de perder un Tour de Francia que ésta. Lo he dado todo hoy pensando en la general. Voy a acabar la carrera sin nada de lo que arrepentirme. Todavía queda una etapa que puedo ganar antes de llegar a París, y voy a tratar de conseguirla", dijo en la meta de Hautacam.
Pogacar reconocía que el Jumbo-Visma había estado "perfecto durante todo el Tour". ‘Chapeau’, porque han demostrado ser fortísimos todos los días. En cuanto a hoy, en particular, ha ganado el mejor. Jonas [Vingegaard] estaba hoy más fuerte que yo".
Sobre el desarrollo de la 18ª etapa, la última gran jornada de montaña de este Tour, el esloveno del UAE Team Emirates explicaba en meta que la caída le terminó pasando factura. "Lo había dado todo en el penúltimo puerto, pero sentía que todavía me quedaba energía en el depósito para un último ataque en Hautacam. Por desgracia me fui al suelo, y la caída me pasó factura. Traté de seguir a los Jumbo-Visma hasta la cima, pero fueron más fuertes que yo".
Sobre esta caída en el descenso del Col de Spandelles y el episodio vivido después con Vingegaard, el esloveno explicaba que, "siento un gran respecto por Jonas Vingegaard, y creo que es mutuo. Cuando él decidió esperarme tras mi caída, estaba en buena situación para hacerlo porque había compañeros suyos tanto por delante como por detrás para ayudarle. Él podía ir tranquilo; era yo quien necesitaba bajar lo más rápido posible. Por eso fui al límite, y me acabé yendo al suelo: no puedo culpar a nadie salvo a mí mismo".